La quema de los muñecos es una tradición para fin de año en La Plata. La misma se realiza a última hora del 31 de diciembre, para festejar el fin de año y el comienzo de uno nuevo. Antes de ser quemados, son presentados en una lista donde se indica su dirección y son visitados por la comunidad, especialmente los niños y algunos turistas (claro, todos toman fotografías).

La quema de estos muñecos o momos es similar a los quemados en otras regiones de Latinoamérica con el nombre de años viejos. Esta tradición nació en el año 1956 en la puerta de un almacén y bar donde se homenajeó a un jugador de Cambaceres (club platense). Desde aproximadamente 1990, se realizan concursos donde los mejores muñecos son premiados. La mayoría representan dibujos animados o personajes infantiles. No falta además el homenaje a personajes queridos como "El Chavo", cuyo protagonista murió recientemente (en 2014 se pudieron ver aproximadamente diez Chavos gigantes). En torno a 106 muñecos gigantes fueron quemados para festejar el fin del año 2014. Con el paso del tiempo, los muñecos se van perfeccionando y muchos son hechos en escala gigante, lo que atrae cada vez más al turismo.

A partir de diciembre, la construcción de los muñecos de fin de año puede ser observada, pero el proyecto se prepara hasta seis meses antes. En los distintos barrios de La Plata se pueden ver grupos de jóvenes, niños y hasta adultos apasionados, que se reúnen todos los días con el fin de construir un muñeco hecho de madera, alambre y papel. Se trabaja en equipo: unos suben maderas, otros pegan diarios y otros pintan (ya se han hecho muñecos de hasta 12 m de altura). El motivo del muñeco no se repite y algunos hasta se financian con donaciones de pequeños negocios del barrio. También se organizan fiestas previas en clubes. Otra costumbre es ver chicos encargados de pedir unas monedas para terminar el muñeco y comprar explosivos. Los mismos pasan una soga fina y baja impidiendo el paso de los autos (también taxis) y se anuncian. Luego de cortar la circulación vehicular y obligar a los sorprendidos automovilistas a dejarles unas monedas, los dejan pasar.

Estas actividades también son una excusa para pasar los últimos días del año con amigos, porque el trabajo se hace cada vez más arduo, y algunos hasta instalan carpas en las veredas para descansar y vigilar al muñeco.

Actualmente muchos muñecos participan de un concurso organizado por la Municipalidad. La inscripción se realiza en la Secretaría de Control Urbano de la ciudad. El Municipio, se encarga de controlar la seguridad para garantizar un festejo sin accidentes. Así, con anterioridad se llevan a cabo, a partir charlas obligatorias sobre seguridad a cargo de Bomberos. Existen requisitos y normas a tener en cuenta para el armado del muñeco, siendo la fecha de inscripción del 1 al 15 de diciembre. Así, los muñecos autorizados no pueden exceder los 6 metros de altura, ni sobrepasar los 3 metros de ancho, ni 3 metros de largo. Los materiales deben ser maderas blandas, papeles y cartones, debido a que los mismos favorecen la combustión.

Su ubicación también es delineada y se debe colocar un cerco que separe a los vecinos a más de 18 metros de distancia del fuego.

Los días 30 y 31 se exhiben los muñecos y está abierta la votación para elegir a los ganadores (se entregan premios económicos a los tres muñecos más elegidos) por medio de mensajes de celular. Por ahora existen muchos reportes en los diarios locales pero solamente un libro (Rollié et al. 2002) y un documental acerca de la famosa quema de muñecos platense.

Bibliografía

Rollié, R.; Branda, M.; Quiroga, J.; Caputo, D. Muñecos de fin de año: una tradición platense. La Plata: La Comuna Ediciones, 2002. (Colección Fascículos - Serie del Rescate)
http://www.eldia.com.ar/
«Cuatro décadas en el barrio y 15 años construyendo muñecos de fin de año». La Plata, Argentina: Diario Diagonales. 2008. Consultado el 2 de enero de 2015.
http://www.taringa.net/