Hollywood se ha puesto en pie de guerra contra los estereotipos físicos. La élite hollywoodiense lo tiene claro y ha dicho no a la extrema delgadez. Jennifer Lawrence es la última en sumarse a este grito de guerra tras asegurar que se siente gorda debido a los cánones de belleza que la industria ha instaurado. A pesar de ser una de las mujeres más deseadas gracias a su físico y su divertida forma de ser, la intérprete ha señalado sentirse presionada ya que los productores consideran que es poseedora de un cuerpo demasiado normal. Lawrence no es la única que ha sufrido por los comentarios vertidos acerca de su físico, más que envidiable para el resto de los mortales. La actriz de Pequeñas mentirosas, Ashley Benson, denunciaba que su talla 36 no entraba dentro de los “estereotipos” de algunos productores.

Parece que solo algunas estrellas tienen carta blanca para enfundarse en un apretado vestido y presumir de sus envidiables pechos y traseros. Las curvas de las que las estrellas en la época dorada de la meca del cine presumían han dejado paso a cuerpos que se alejan de lo que se conoce como estéticamente saludable. Atrás han quedado cuerpos como el de Marilyn Monroe o Elizabeth Taylor que tantos suspiros han levantado. Sus curvas han sido el referente para muchas mujeres.

Tana es la presión por conseguir un cuerpo considerado “10” que incluso las modelos más cotizadas han denunciado esta situación. Varios ángeles de Victoria Secret han abandonado el ejército de la conocida marca de lencería debido a la presión a la que se han sentido sometidas. La firma se caracteriza por su desfile anual que consigue reunir ante el televisor a medio planeta. Más de un ”ángel” ha confirmado que para enfundarse las alas han tenido que someterse a dietas tan exigentes que en muchos casos sólo han podido alimentarse de líquidos.

Esta no es la única lucha en la que las celebridades se han enzarzado. El photoshop no es para muchas el aliado perfecto que tanto se había creído. El abuso de este programa por parte de los fotógrafos y editores de muchas revistas han enfadado a más de una. Kate Winslet siempre se ha mostrado orgullosa de sus arrugas y ha dado una lección al pedir que se evite el uso de retoques en sus fotografías. La artista Zendaya mostró su decepción al ver el resultado de una sesión fotográfica en la que se le había aclarado la piel. En España, Inma Cuesta se mostró indignada tras el retoque de piel y la estilización de su cuerpo que una famosa publicación realizó en uno de los reportajes de la artista.

Quizás el problema es de la industria del entretenimiento, quizás de los consumidores que aceptamos estos modelos de mujer. Lo que debemos es luchar contra el canon establecido y ese culto al cuerpo insano cuyo efecto es una de los mayores problemas de la sociedad.