Galería Cayón tiene el placer de presentar en su espacio de Blanca de Navarra 7, Madrid, Tempus Fugit, una exposición que reflexiona en torno a la paradoja de representar un hecho cambiante -el paso del tiempo- en un soporte irremediablemente estático -la fotografía o cualquier obra de arte realizada sobre otro soporte inmóvil-.

Tempus Fugit tiene su origen en un verso de Virgilio (70-19 a.C) quien enuncia en su Georgicae, III, 284: Sed fugit interea, fugit irreparabile tempus (“pero huye entretanto, huye irreparablemente el tiempo”). Esta consideración en torno a la dificultad de reproducir un fenómeno cambiante y la irremediable fugacidad temporal es el punto de partida de la muestra.

La necesidad de representar el instante surge en el siglo XIX con el Impresionismo, coincidiendo con el momento en el que los artistas salieron de sus estudios para trabajar directamente en el exterior con el fin de reflejar fielmente y de manera inmediata la realidad y ambiente que les rodeaba. Este encuentro real y directo con la naturaleza les permitió observar con detenimiento el paso del tiempo, lo que les llevó a plantear el problema de su representación. ¿Cómo capturar en la superficie de un lienzo un hecho en constante transformación? En 1894 Monet da una respuesta a esta cuestión con su serie dedicada a la catedral de Rouen. Las pinturas que conforman el conjunto muestran la fachada del edificio en diferentes momentos del día y del año reproduciendo los cambios producidos por la luz y el paso del tiempo sobre la portada del monumento.

Tempus Fugit reúne un conjunto de obras de artistas contemporáneos cuyo trabajo reflexiona en torno a esta preocupación: Bleda y Rosa (María Bleda, Castellón, España, 1968 y José María Rosa, Albacete, España, 1970) exploran con su serie fotográfica Campos de Batalla la representación de las batallas como un punto de partida estético y conceptual, interpretando los rastros incrustados en el sitio y en nuestra memoria; Jan Dibbets (Weert, Holanda, 1941) investiga el paso del tiempo a través de la fotografía y la instalación, haciéndonos conscientes de las huellas generadas por este fenómeno (a tal efecto el artista ha autorizado la reinstalación de All shadow which I noticed in (…), Amsterdam, 1969, una obra fundamental en su producción); Barry Flanagan (Prestatyn, Reino Unido, 1941 – Santa Eulalia del Río, Ibiza, España, 2009) trabajó con la luz como elemento principal desde 1970 explorando los distintos enfoques de la práctica escultórica conceptual; Spencer Finch (New Haven, Connecticut, EEUU, 1962) busca representar con la fotografía la belleza y los enigmas contenidos detrás de la luz y el color; Nancy Holt (Nueva York, EEUU, 1938 - 2014) exploró, a través de sus instalaciones y fotografías, el concepto de naturaleza cambiante y su representación, tratando de acercarla a una escala más humana;y, por último Bernar Venet (Château-Arnoux-Saint-Auban, Francia, 1941) de quien se reproducirá Recouvert de la Surface d´un dessin (1963 - 2018), una obra que se modificará a diario, y con la que Venet establece una discusión en redor a la relación y representación del espacio y el tiempo en la obra de arte.

Tempus Fugit pretende no ser una únicamente una mera exposición en torno a las diferentes respuestas a la problemática de la captación de la luz natural, sino que procura una reflexión en torno al paso del tiempo y sus consecuencias (entre ellas la modificación de la luz solar) y la representación de un instante efímero en el tiempo en un soporte estático y reducido en el espacio.