La ficción cinematográfica se encuentra este 2019 un poco como Frodo en el Monte del Destino una vez destruido el anillo único. Digo esto porque, al igual que el famoso hobbit, la ficción cinematográfica llega este 2019 a muchos esperados finales tras un largo camino plagado de altibajos. Longevas y exitosas sagas verán su fin este año, algunas por desgaste y otras porque ya lo tenían programado, y aunque en algunos casos contarán con continuaciones mediante series o películas ambientadas en sus mundos, será tras un punto y aparte que no se sabe cómo les podrá afectar.

Es posible que haya sido mera casualidad que tantos finales hayan coincidido el mismo año, aunque también es posible que todos estos esperados desenlaces no sean más que la antesala de un cambio de tendencia que podría darse en la próxima década. Hay varios factores que parecen apuntar en esa dirección pero como el futuro es impredecible, será finalmente el público quien tenga la última palabra. En todo caso, vamos por partes…

Deseados finales

Como venía diciendo al principio, este año llegan a su fin diversas series y sagas que han destacado por su longevidad y popularidad. Las más evidentes que se pueden nombrar son las sagas de Juego de Tronos (2011), Star Wars (1977) y del Universo Cinematográfico de Marvel que comenzó con Iron Man en 2008, pero también finalizan series igual de longevas como The Big Bang Theory (2007) o Homeland (2011).

En el caso de TBBT, la serie ha decidido abrazar su final en su duodécima temporada tras la decisión de Jim Parsons de abandonar el show mientras que en Homeland era David Nevin, uno de los creadores, quien abandonaba el barco. En ambos casos podría decirse que ha sido el desgaste lo que ha acabado con ellas; a pesar de ello, ambas podrán tener un cierre para sus historias, algo de lo que no han podido gozar muchas otras a lo largo de la historia como fue el caso de V (1984) o Me llamo Earl (2005). Por su parte, tanto Juego de Tronos, MCU y Star Wars llegan a unos largamente anticipados finales, alguno con más éxito que otros, que marcan el fin de unas historias que, en el caso de Star Wars, los fans llevaban siguiendo desde hace más de cuarenta años.

Todos estos cierres de historias provocan un poco las sensaciones que tenía Frodo al final de su gesta; por un lado satisfacción de haber llegado al final y por otro, alivio de que haya terminado ya. Son unas sensaciones de camino recorrido tras las cuales sería comprensible que el público decidiese moverse hacia nuevos mundos e historias.

He de decir que la industria siempre encuentra la manera de vendernos sus productos, pero también es cierto que añadir capítulos a una historia cerrada es algo que tiene muchas posibilidades de salir mal, desde un punto de vista comercial — desde un punto de vista narrativo no tiene siquiera sentido.

Los felices años 20 y los treinta años de la moda

Leí una vez que la moda consiste en ponerse lo que tenías en el fondo del armario. No le falta razón a esta frase, pues la tendencias de un momento siempre han tenido un reflejo en el pasado. Cada década tiene su propio estilo pero siempre tiene alguna influencia de décadas anteriores. Concretamente resulta curioso que suele producirse algo así aproximadamente cada treinta años. En esta década actual hemos visto un revivir de los años 80 y ahora da la impresión de que nos adentramos en una década en las que rescatará en parte el estilo de los 90. Se cumpla esto o no, lo que sí parece más seguro es que el cambio de década traerá consigo un cambio de tendencias tal y como ha venido sucediendo hasta ahora.

Por otro lado habría que tener en cuenta que la mayor popularidad de unos géneros respecto a otros en una década determinada venía dada en gran medida por la situación social que se vivía en ese momento. En los momentos de mayor crisis social suelen triunfar géneros más fantásticos que ayuden a evadirse de la multitud de problemas diarios, mientras que en los años de mayor bienestar social son las películas más realistas las que consiguen mayor atención. Atendiendo a esto y si tenemos en cuenta el estado de la sociedad actual, podría decirse que la próxima década también va a tener mucha fantasía.

Viejos cuentos y nuevas historias

Si bien es cierto que esa probable apuesta por la fantasía por parte del público puede favorecer a las sagas antes mencionadas, es posible que el público decida moverse hacia otro tipo de fantasía. Lo que sí va a suceder es que todo este cierre de historias va a dejar un espacio abierto para que vengan otras nuevas, lo cual creo que hace verdadera falta.

También puede ser que en esta nueva década se demanden más películas cercanas a la realidad social, pero como he dicho anteriormente, vista la realidad lo normal sería que el público prefiera alejarse de ella, al menos durante un rato. Sin ir más lejos, yo lo he hecho al escribir este artículo y espero que, aunque haya sido por dos minutos, al lector le haya sucedido lo mismo.