Lo de Bernarda, una obra de comedia ácida adaptada y dirigida por Vivian Luz Piemonte, quien lleva a las tablas una sátira de conflictos familiares, está protagonizada por Cintia Álvarez, Gisele Brytwa, Gustavo Javier Guevara, Ivana Belén, Mora Matos, Mark Lemercier.

Lo de Bernarda es una adaptación colorida, tropical y costumbrista de La casa de Bernarda Alba (1936) de Federico García Lorca. Con tintes del movimiento teatral del underground de Buenos Aires (Argentina) de los años 1980.

Federico García Lorca (1898-1936) fue un poeta y dramaturgo español, La casa de Bernarda Alba es una obra teatral que retrata la situación de las mujeres en la España de principios del siglo XX. Una obra que se engloba dentro del género del costumbrismo. Dicho género artístico, fue una corriente del siglo XIX, que representaba el folklore de un grupo social o una región, es decir, las costumbres y tradiciones de cada lugar. En otras palabras, refleja la cotidianeidad de una época.

La obra de García Lorca se desarrolla en el interior de la casa de Bernarda que se encuentra en un pequeño pueblo, cerrado y tradicionalista. Resulta un lugar sofocante para los deseos de libertad de sus hijas. Es así como García Lorca consigue crear un ambiente asfixiante, un mundo opresivo donde las tradiciones y las apariencias son las cadenas de las mujeres que viven en el interior de la casa. Como señala el título de la obra, la casa es de Bernarda, una viuda con sus hijas que tienen que mantener el duelo por la muerte de su padre, por lo que no pueden casarse, hasta que este concluya.

En la adaptación teatral Lo de Bernarda, la historia se aleja del teatro clásico a través de sus colores, registro costumbrista llevado a lo grotesco de la sociedad y el uso del estilo kitsch, con mujeres de cabellos abundantes, vestidos de raso y encaje, se mueven al son de la música de «Gilda» (cantante y compositora argentina del género de la cumbia).

En palabras de la directora Vivian Luz sobre el montaje escénico de Lo de Bernarda: «encuentro inspiración en el registro actoral de Alejandro Urdapilleta (actor argentino) quien en los años 80 y 90 se destacó en la escena del teatro under porteño en el Parakultural. Su registro es grotesco-border-trans. La carnavalización de la escena dramática, tal como lo define el intelectual Mijaíl Bajtin y la forma actoral de Ricardo Bartis, son algunas de las inspiraciones que pueden verse en el montaje».

La dramaturga Vivian Luz, sitúa su obra en el barrio de Santa Paula, conurbano de Buenos Aires, Argentina en el año 1995. Mostrando al personaje de Bernarda, como una mujer severa, viuda, religiosa y promiscua, asistida por Poncia, la criada «metiche» e histriónica que vigila cada movimiento de las hijas. La trama se desarrolla en un único espacio, por tanto, toda la obra girará en torno a ese lugar: La Casa de Bernarda Alba. Una casa que queda pequeña para estas mujeres ya adultas, un amor prohibido y una madre que toma hasta la última bocanada de aire asfixiando a sus hijas.

En la obra La Casa de Bernarda Alba, García Lorca nos presenta a una madre que somete a sus hijas a un luto eterno, mientras que en la adaptación Lo de Bernarda, el luto es una apariencia. Bernarda les pide a las hijas que mantengan el luto, pero ninguna está del todo de acuerdo. A lo largo de la obra se pueden presenciar diferentes juegos de poder y engaños dentro del círculo familiar. Es una obra que nos invita a develar las apariencias familiares, sociales y políticas de la época.

Una gran connotación a símbolos de la cultura popular argentina de los años 90, forman parte del despliegue escenográfico; desde los alimentos, la vestimenta, hasta la música, creando una conexión entre la Argentina de los años 1990 y la actual. Acercándonos a las problemáticas económicas de la clase «media baja» de sobrevivir en un país que está en constante crisis al igual que el círculo familiar de esta historia.

Situar a la obra en la década de 1990 nos acerca a un periodo de una Argentina ilusoria, un país que se dirigía lentamente a una crisis económica (2001). En la obra Lo de Bernarda, a diferencia de la obra de García Lorca, la figura del patriarca dador de sustento y protector de la familia es una farsa. La adaptación nos presenta otra realidad, las hijas de Bernarda son las que -gracias a sus pequeños trabajos- logran mantener a flote la economía familiar. La obra es un reflejo de la realidad Argentina de los años 1990, dónde el país era una «gran apariencia», acercándonos al paralelismo de la farsa, de una ilusión dentro de un círculo familiar y del papel del Gobierno dentro de la economía.

Creo que un dramaturgo que toque con las miserias humanas es apto para una adaptación. Porque, justamente, lo que prioriza una obra para situarse en el Mundo del Clásico, es que debe tocar con un tema de índole universal.

(Palabras de la directora Vivian Luz, acerca de Federico García Lorca)

Lo de Bernarda nos acerca a la cultura popular argentina, una tragicomedia ácida de lucha de poderes entre la libertad y el encarcelamiento. A su vez, nos permite reflexionar sobre temas como el mundo de las apariencias, el clasismo social, la importancia de la moral conservadora, las pasiones reprimidas, el autoritarismo y la envidia. Una adaptación teatral que merece ser vista.