El 7 de noviembre del 2010 el Templo de la Sagrada Familia fue solemnemente dedicado y declarado basílica católica por el santo padre Benedicto XVI, y se convierte en lugar de culto para el mundo. Su origen se remonta a 1881 con la compra de una parcela de terreno de 12.800 m[2] entre las calles Marina, Provença, Sardenya y Mallorca después de que la Fundación de la Associación Espiritual de Devotos de San José promoviera la construcción de un templo expiatorio, o sea, construido a través de donaciones, a la Sagrada Familia.

Y dentro de ella, metros arriba, obras y fachadas de las diferentes escenas de la vida de Jesús. La Fachada del Nacimiento, muy decorada y llena de vida, expresa el júbilo de toda la creación por el nacimiento de Jesús, y narra los hechos relevantes de la Sagrada Familia de Nazaret. La Fachada de la Pasión, algo más austera y simplificada, pretende reflejar el sufrimiento, pasión y muerte de Jesús durante la Crucifixión. La Fachada de la Gloria y puertas del Padrenuestro, aún por construir, que explicará el origen y el final de los humanos y los caminos que llevan a la Gloria. Es la Fachada principal, mucho más grande y monumental que el resto. El interior, que representa un enorme bosque de piedra, desde la propia reflexión del arquitecto, Antoni Gaudí (1852-1926), el mismo hace de este un espacio único donde la claridad del techo de la nave central, a 45 metros de altura, ilumina las filas de baldosas y hace brillar sus triángulos verdes y dorados. El espacio de plegaria, de silencio y reflexión. Las 18 torres, no todas construidas, en el centro estará Jesucristo, y a su alrededor, las cuatro torres que representan los cuatro evangelistas, la torre sola del ábside, coronada por una estrella representa a su madre, María, y las doce torres restantes que representarán a los doce apóstoles, testigos de sus palabras y gestos. Todas ellas, preparadas para una visión y sensación de elevación alrededor de la torre central, más alta y situada en medio del crucero que será dedicada a Jesucristo.

Desde el video en 3D difundido desde la misma sede de La Sagrada Familia puede verse la recreación de la basílica cuando esté acabada

Figura universal de la arquitectura moderna, su aportación a esta disciplina comportó una rotura de los esquemas establecidos, tanto en la forma como en los sistemas construidos y estructurales de sus edificios, fruto de una metodología propia, única y sin precedente. Con la arquitectura y belleza del edificio quería expresar las creencias cristianas y comunicar a todo el mundo el mensaje evangélico consiguiendo una simbiosis entre forma y simbolismo cristiano con una peculiar arquitectura generada por estructuras, formas geométricas nuevas pero de gran lógica e inspiradas en la naturaleza, con columnas inclinadas bifurcadas en forma de árbol, con un importante protagonismo de la luz y el color. Con características propias como la verticalidad, la semejanza a la arquitectura gótica, con estructuras equilibradas y autorresistentes pero con claros signos de innovación. Como presagió el propio Gaudí: "Vendrá gente de todo el mundo a ver lo que hacemos".

En la actualidad se prosigue la construcción de la Basílica y así será hasta 2026. Emblema de Barcelona y símbolo artístico y espiritual de Cataluña, gracias a las aportaciones económicas y únicas de devotos, amigos y visitantes del mundo entero.

Es en 2002 cuando el Ayuntamiento de Barcelona impulsa el Año Internacional de Gaudí con motivo del 150º aniversario de su nacimiento, en memoria de una oferta cultural no solo presente en la basílica del autor sino en innumerables obras que decoran la ciudad como es el Parque Güell, indudable y característica obra del artista, porque no existe ni una línea recta y no se sabe muy bien dónde termina la acción del hombre y empieza la de la naturaleza. Destacan asimismo otras muchas, como son la Cripta de la Colonia Güel, preparada para ser una Sagrada Familia a pequeña escala y Patrimonio de la Humanidad; la Casa Milá o de la Pedrera, que refleja como debía ser una casa de principios del siglo XX; la Casa Batlló, donde la fachada representa la batalla de San Jorge (patrón de Cataluña) contra el dragón, muy colorista, te traslada al interior del mar; el Palacio Güel, en el que se puede ver una de las señas de identidad del artista, los elementos cerámicos troceados, espacio sorprendente, elegante y con soluciones muy creativas; la Torre Bellesguard o Casa Figueras, que rompe con la estética tipicamente gaudiniana e imita a un imponente castillo, con su contundente planta, sus ventanas alargadas y sus almenas y las farolas de la Plaza Real, primera obra de Gaudí en Barcelona, coronadas por el escudo de Mercurio y unos peculiares dragones.

Todo un sinfín de obras que hacen de Barcelona una ciudad con encanto. Por eso, la Sagrada Familia y Cataluña forman parte de la cultura de todos, única, excepcional y revolucionaria, aún hoy, siguiendo los modelos del conocido e ilustre arquitecto.