Estamos ante una nueva era laboral. Los campos de trabajo para el arquitecto se están redefiniendo. Aparecen nuevos modos de entender la profesión ligados a las posibilidades que dan las TIC, que podemos concretar en 4 ámbitos fundamentales, dejando de lado el de la crítica arquitectónica, o el de la publicación escrita y/o digital de ideas, cuya relación con el mundo digital ocupa un apartado más ligado al metodológico-factual que propositivo.

Estos serían: el de la rehabilitación, la construcción, el asociacionismo y el de la programación.

Por un lado aparece el campo de la rehabilitación de espacios ya existentes, aplicando, de un modo simbiótico, las nuevas tecnologías de la información. Prevemos que a partir de ahora será un campo fundamental de estudio pues entendemos que aquí es principalmente donde se va a reflejar el corpus conceptual básico de la teoría del espacio que se ha presentado en este trabajo. Que no es otro que el entendimiento de que el espacio que planteamos es el de un espacio aplicado a otros, por el usuario, y que por ello engloba todos los campos posibles de la práctica arquitectónica.

Por otro lado seguirá siendo necesario redefinir el campo de la obra nueva, el edificio ex-novo, en la que integrar desde el inicio del sistema productivo las tecnologías de la información formando parte indisoluble del proceso formal, espacial, material. Apasionante tarea ésta, comenzada incipientemente a desarrollar, como hemos visto, por algunos despachos de arquitectura, replanteando nuevas formas para las nuevas necesidades, nuevas maneras de generar espacios y de experimentar éstos dependiendo de nuevos materiales destinados a la generación de entornos sensibles.

Dentro de este segundo campo también nos referimos al momento en el que el arquitecto pasa a formar parte de la producción “real” de elementos físicos relacionados con la industria de la construcción, mediante el uso de máquinas de control numérico. Llevado al límite, aparece la posibilidad de control, intercambio de programas e incluso reprogramación de los mismos por parte de cada persona. Un nuevo concepto de prefabricación asociada a nuestra era.

Un tercer entorno de análisis, emergente desde hace unos años, es el de la creación de espacios sociales virtuales en la propia ciudad construida, como lugares de asociación y diálogo entre personas que se conculcan de un modo virtual para desarrollar una actividad real y social, que sirva de transformación colectiva de espacios urbanos.

Nos referimos a la infinidad de propuestas urbanas alternativas que han ido surgiendo mediante la utilización de las redes para conseguir un efecto movilizador frente a no deseadas situaciones urbanas, en las que mediante un talante a veces transgresor de las normas establecidas, principalmente en el campo del urbanismo, se plantean nuevas vías de estudio.

Y por último, y no por ello menos interesante, aparecerá el mundo de la arquitectura virtual, generada en programas de cálculo, videojuegos, simulaciones, realidad virtual, realidad aumentada, en las que nuevas posibilidades ligadas a lo virtual, lo no físico, trazan escenarios altamente sugestivos. Este nuevo campo abierto no sólo plantea la posibilidad de “jugar” en red, sino que también añade un componente de programación.