En todo el mundo y diferentes culturas existen una serie de rituales o eventos simbólicos que representan la transición de una parte de nuestras vidas a otras. En el país en el que crecí y en algunos otros latinoamericanos, la mayoría de estos rituales son religiosos, como la Primera Comunión y la Confirmación, que muestran un paso a la adolescencia y a la adultez. Y también existen en otras religiones como el judaísmo con su Bar Mitzva para hombres y Bat Mitzvah para mujeres.

Estas demostraciones de cambios en la vida también tienen connotaciones menos religiosas en otras partes del mundo, teniendo igualmente significados muy profundos y formando hasta rincones que pueden ser visitados como sitios turísticos. Uno de los que más ha llamado mi atención es el llamado Suttetræ, que traducido significa el "Árbol de los Chupetes" y que existe en varias ciudades y pueblos de los países escandinavos. Durante generaciones, niños en Suecia, Noruega y Dinamarca han colgado estos objetos para demostrar su paso de ser bebés a ser niños grandes.

Para muchos padres, hacer que sus hijos dejen de lado el chupo cuando ya no son bebés es una verdadera pesadilla porque sus hijos se resisten a abandonar este hábito, así ya no sea recomendado por el médico y otros expertos. Sin embargo, los escandinavos han descubierto la forma de hacer este proceso algo mucho más creativo y significativo.

La idea es que el niño, o en su defecto sus padres, cuando sienta que ya no quiere o necesita el chupete, haga una especie de ritual sacrificio para dejarlo ir. Para esto, la idea es que sea llevado a uno de los árboles dedicados a ello para que lo cuelgue y marque así su transición a la siguiente etapa de su vida.

El "niño grande" es levantado por sus padres para que sea él mismo el que cuelgue este símbolo de su tiempo de bebé y se despida de él, en ocasiones junto a una carta que ha escrito como un adiós.

Psicólogos de los países escandinavos aseguran que todo esto ayuda al niño a que aprenda a dejar ir las cosas que ya no le sirven, al tiempo que deja una imagen positiva en su mente hasta el punto que incluso vuelven en el futuro para mostrarle a sus amigos y otra familia en donde lo han dejado, convirtiendo algo que solía tener un significado negativo en toda una celebración.

Uno de los Árboles de Chupetes más famosos del mundo, y que es muy visitado por los turistas, está cerca de la entrada del Parque Frederiksberg de Copenhague, en Dinamarca, pudiendo ser visto casi sin buscarlo. Si estás en la capital de Suecia, Estocolmo, puedes ir al museo al aire libre y zoológico Skansen, que también tiene uno de estos hermosos símbolos que tienen la historia de los bebés locales.

Y esta original tradición ya ha llegado hasta países como Estados Unidos, que tiene varias ciudades en donde árboles cercanos a colegios, jardines infantiles y parques de juegos se han convertido en el lugar de descanso final de decenas de chupetes, teniendo así una decoración original de varios colores.

Así, poco a poco, niños de diversas partes del mundo tendrán la oportunidad de tener una celebración especial para ese momento en el que dejan de ser bebés, tal y como lo han hecho exitosamente otros.