Cada comienzo de curso los padres lo esperan con la misma ansiedad y alegría. Alegría porque por fin sus hijos vuelven a la rutina del colegio y ansiedad por miedo a que los pequeños vuelvan a casa con la cabeza llena de los temidos piojos.

Aunque el hecho de tener piojos se vive como algo que nunca crees que les puede pasar a tus hijos porque se relaciona con la suciedad, lo cierto es que el contagio de los piojos poco tiene que ver con la falta de higiene. La mejor forma de ver si se tienen piojos o no es con el pelo mojado, porque el piojo se mueve con más dificultad por el cabello.

El piojo de la cabeza (Pediculus humanus capitis), es un insecto que se alimenta de sangre humana y que sólo puede vivir fuera del cuerpo un par de días. Tradicionalmente se pensaba que los piojos volaban, o saltaban de cabeza en cabeza. Pero no es así, se desplazan fácilmente de una cabeza a otra, y más en los ambientes escolares, donde los niños realizan tantas actividades juntando las cabezas (recreo, trabajos en grupo, mesas compartidas…)

Por extraño que parezca, la longitud del pelo o el grado de limpieza del pelo no determinan la facilidad para el contagio. Más bien todo lo contrario. Los piojos prefieren el pelo limpio al sucio y el liso al rizado. Los piojos se propagan por contagio directo, de cabeza a cabeza, no a través de peines o ropa.

Es la hembra del piojo la que se encarga de contagiar los piojos, dejando los huevos pegados en el pelo. El periodo de incubación de los huevos está entre los 10 y los 12 días. Los huevos tardan en eclosionar entre 17 y 25 días. Los piojos adultos pueden vivir hasta 2 meses en la cabeza de una persona.

Uno de los principales síntomas que nos alertan de la aparición de piojos es el purito (picor) de la cabeza. Sin embargo hay muchos niños en los que el picor no aparece hasta 4 o 6 semanas más tarde, pero ya están contagiados. Los lugares más habituales donde se suelen localizar los piojos son la coronilla, la nuca y detrás de las orejas.

La manera de eliminar los piojos es mediante la aplicación de distintos insecticidas, aunque en los últimos años está aumentando el número de contagios por piojos y su resistencia a los insecticidas más comúnmente usados. La edad máxima para coger piojos va de los 3 a los 10 años.

Por lo general se suelen emplear productos (champús y lociones) que contengan permetrina, que es la sustancia que mejor funciona. El primer paso es aplicar la loción y dejar actuar. Después se pasa la lendrera por el pelo para retirar las liendres o los piojos que pueda haber. También existen lendreras eléctricas, que les dan descargas a los piojos cuando la pasas por el pelo.

Existen otros producto naturales que se pueden usar en la pediculosis; uno es el que ya usaban nuestras abuelas, el vinagre, y el otro es más novedoso, el aceite del árbol del té. El uso inadecuado de pediculicidas y su empleo preventivo para evitar el contagio de los piojos están contribuyendo al aumento de resistencias.

Existen una serie de medidas preventivas que se pueden tomar para evitar que los niños cojan piojos:

  • Evitar que los niños compartan peines, gorros, toallas, etc.
  • Intentar impedir que los niños junten las cabezas.
  • Hacer que las niñas lleven el pelo recogido.
  • Revisar las cabezas de los niños al menos una vez a la semana para asegurarse de que no tienen piojos. Esta revisión es conveniente hacerla con el pelo mojado.