La mayoría de mis conocidos y amigos ,de mis ex novios y supongo los próximos, tienen Tinder.

Creo que hasta mi madre, mi padre o mi jefe podrían tener Tinder. ¿Sabes qué quiero decir? Personas que no imaginaria, y que la distancia geográfica o el límite en las edades que he puesto yo misma no permiten que me hayan aparecido en la aplicación, o por lo menos no por ahora.

Tinder es una aplicación para todos, para todas las edades, géneros, nacionalidades, personas famosas o comunes como tú y yo. Casados o solteros, homosexuales, heterosexuales, bisexuales. De cualquier modo, todos tienen Tinder, ¿faltaría yo? Claro que no. Está de moda. Así funciona la sociedad, así funciona el mundo de hoy y nuestra generación dominada por las redes sociales. Pues no luches contra la corriente.

Ligar nunca fue tan fácil, de verdad.. Ese deshojar margaritas -«tú sí, tú no, tú seguro que sí»- que se repite 15 millones de veces al día, me encanta. Me siento tan deseable con cada superlike que he recibido constantemente durante las últimas tres semanas que no puedo despegarme de mi móvil. Hombres lindos con sonrisas brillantes, con cuerpazos y profesiones que implican carácter, personalidad y virtudes verdaderas. Hombres sinceros cuando piden algo y te lo dicen ya, con un mensajito, sin dar vueltas y sin crearte ilusiones, sin hacerte perder tiempo. Otros más brutos, algunos más sensibles, serios o con ganas de hacer bromas. Tontos que no saben cómo acercarse a ti, inteligentes y sabelotodos, hombres que buscan enamorarse, otros casarse, o los que no tienen ni idea que quieren... solo, bueno va, así, a conocer gente. Hombres, hombres, cada tipo de hombre. Todos aquí dentro, en mi teléfono. Puedo elegir todo lo que me de la gana, depende de como me despierte cada mañana.

Por otro lado (he puesto en los ajustes de la aplicación que me interesan ambos géneros), las mujeres no solo son guapísimas, con miradas atractivas y sexys pero además ligan de verdad. Sin vergüenza o miedo, hasta las más tímidas se abren y te invitan a una… copa, algo que no pasara nunca tan fácil en un ámbito social, especialmente entre personas del mismo género. Graciosas o pesadas, sentimentales o racionales, con ropa, o desnudas, madre mía como me gustan las que son tan liberales. Otras que se quieren acostar contigo por una noche… Bueno, conmigo más (no olvides que mi autoestima ha subido a la altura del Everest por recibir tantos likes) otras que buscan el amor eterno o una pareja, esas a las que les queda tan difícil conseguirlo en la vida real. Pero ¿cuál vida real?

Tinder es la vida real, solo que mejor… o por lo menos este es el eslogan de su creadores para aumentar sus ovejas. Perdón...sus usuarios, quise escribir.

Tres semanas de locura. Casi 70 charlas diferentes. Cortas, largas, con hombres y con mujeres. Me quedaba siempre sin batería o conectada hasta muy tarde en mi teléfono. Gente de todo el mundo, gente simpática o de la que pensaba: "encuentra un medico rápido por favor", gente que me hizo reír y que me hizo reflexionar, gente que me quiso conocer, gente… gente… gente... Se lo agradezco a todos ellos que me eligieron a través de millones de personas para regalarme un precioso "like" y compartir una charla conmigo.

Pues mira ahora, querido Mr Tinder:

Gracias por darnos la posibilidad y la facilidad de comunicarnos entre nosotros. Pero podemos hacerlo sin ti también. Cada uno con su personalidad única y su ser único puede atraer a su lado a una persona que le corresponda, ya sea solo por una aventura pasajera o tal vez para toda la vida.

El arma mas fuerte que tiene esta generación, la nuestra, la que está tan dominada por las redes sociales, es el alto nivel de educación. Nunca, en todos los años que tiene el planeta tierra, las personas habían tenido tanto acceso a la educación ni a la información. Todos viajan más que antes y se relacionan con un gran número de personas casi cada día, ¿y tú me vas a convencer de que somos incapaces de relacionarnos entre nosotros mismos y desarrollar vínculos? ¿De verdad nos hace falta una aplicación en nuestros súper iphones y smartphones para conseguir un encuentro humano, simple, claro y sincero?

¿De verdad, es un "like" o un cumplido vacío lo que puede subir nuestra autoestima? ¿Tal persona eres? ¿O tal soy yo?

¿Estamos tan ciegos que no podemos observar a nuestro alrededor y entender que estamos rodeados de millones de personas maravillosas y que están abiertas a conocernos cada día y que nosotros mismos hemos atraído a nuestro lado? ¿O estamos tan convencidos por la tonta excusa de que la falta de tiempo o los desengaños amorosos nos llevan a buscar respuestas en las relaciones a la carta?

Como seres humanos tenemos una gran necesidad de relacionarnos entre nosotros, pero no sabemos cómo hacerlo y a esto deben su éxito estas aplicaciones.

Me da miedo que suframos por esta inmadurez sentimental, sumada a la falta de inteligencia emocional que hoy en día, ningún sistema educativo enseña y que debemos aprender a través de nuestras propias experiencias y nuestra auto observación, y que es lo que aprovechan las grandes bussiness minds que crean aplicaciones como Tinder u otros clones de la misma.

Tener tanta libertad de elección no nos hace ni más libres ni más felices. Por el contrario, a medida que experimentamos y jugamos la dinámica del sistema, nos hace estar cada vez más insatisfechos. Es esa emoción que nos da el tener cada día una experiencia nueva y diferente, la que hace que nunca se cierre la posibilidad de seguir buscando y así encontrar algo mejor. Pero creo que al hacer de la búsqueda del amor algo tan racional, nunca lo vamos a encontrar.

Ese poder de elección nos paraliza y cuantas más opciones tenemos, más tendemos a lamentarnos por lo decepcionante que es la opción que elegimos.

Las personas no son un producto que se pone en el mercado. Encontrar pareja o crear relaciones de amistad no es lo mismo que ir al mercado a comprar frutas. En el mercado te paseas por los puestos, ves las frutas que hay y te planteas cuál te llevas. Quieres las mejores, pero son todas muy bonitas y están muy bien presentadas.

¿Le pedirías al frutero que te diera a probar una manzana de cada, para elegir cuál te gusta más? Por otra parte, ¿te gustaría que la gente te considerara una manzana mas dentro de esa caja que tiene que probar junto con otras muchas para ver cuál le gusta más?

Pues a mi no. Si buscamos pareja o amistades, es mejor que empecemos a pensar con respeto hacia los demás y hacia nosotros mismos.

Ante todo, recuerda que la felicidad de la conexión entre humanos no se encuentra con un golpe de suerte, ni gastando horas y horas enfrente de una pantalla compartiendo "likes". Se propicia con las cosas pequeñas que ocurren todos los días y que habitualmente ignoramos, y en estas está el autentico bienestar, en lo más diminuto, invisible y elemental.

Suerte con tu búsqueda de la felicidad a través de aplicaciones deshumanizadas y frustrantes. Tinder, no eres el mío.