En el parque, en la plaza, en la oficina o en la tapa del váter… Nada ni nadie está a salvo. Los Pokémon, que nacieron en su primera versión en el Japón de 1996, se han adaptado a los formatos actuales 20 años más tarde y han desatado la locura en todo el mundo.

Seguramente habremos intentado escapar de las cientos de noticias que se generan diariamente en torno a esta fiebre, pero es imposible. Accidentes con mortales consecuencias de ciudadanos que pierden el norte y la orientación buscando nuevos monstruos, jóvenes que se cuelan en cuarteles de la Guardia Civil porque el radar les indica que ahí encontrarán a esos Pokémon tan difíciles de encontrar y que les alzarán a lo más alto del podio de los entrenadores, parques que se llenan de personas que caminan sin levantar la vista de la pantalla de sus smartphones…

Pokémon Go! ha roto todas las expectativas colocándose como la aplicación en la que más tiempo invierten los usuarios, superando a la imbatible (hasta ahora) Whatsapp. Además, consiguió convertirse, en tan sólo una semana, en el juego para móviles más popular de la historia en Estados Unidos. La fórmula del éxito es sencilla. Los Pocket Monsters, de la que se obtiene la contracción que da nombre a estas criaturas, siguen siendo los mismos, con sus diferentes categorías, niveles y poderes, pero ahora viven en la misma ciudad que el usuario y sólo pueden ser descubiertos a través del móvil.

Un jugador sale del trabajo y camina hacia su casa pero nada es como antes. Los pasos que da se extrapolan al juego y su avatar recorre ese mismo trayecto pasando junto a las Pokeparadas (puntos reales de cada ciudad que ofrecen regalos a los cazadores que caminan alrededor) y los gimnasios de entrenadores donde pueden realizarse batallas contra otros jugadores y subir de nivel.

De repente, el móvil vibra, algo pasa… ¡Un Pokémon se ha aparecido junto a nosotros y tendremos que decidir si queremos intentar cazarlo con nuestras pokeballs! Si el cazador es un poco hábil, irá atrapando a las criaturas para ir subiendo de categoría. A partir de ahí, todo es recorrer las diferentes calles y ciudades para poder encontrar a los monstruos más inaccesibles.

El fenómeno Pokemon Go! se ha convertido en fruto de estudios sociales al lograr que adultos, adolescentes y niños jueguen al mismo juego y encuentren fascinante esta saga que ya enamoró a los ahora treintañeros hace dos décadas.

Según los expertos, este juego trae consigo una nueva ventaja como es obligar al usuario a salir a la calle y, por ello, fomentar la actividad al aire libre y la socialización entre jugadores.

Parece que la saga de Pokémon convierte en oro todo lo que toca además de toda la publicidad indirecta que reciben a través de los usuarios: publicación de mapas de ciudades que indican dónde se puede cazar cada Pokémon, consejos a la hora de competir en gimnasios…

Con el lanzamiento de esta aplicación, Nintendo ha revalorizado sus acciones en más de un 100%, según informaba Bloomberg, influyendo directamente en las transacciones de la bolsa de Tokio que superó la cifra de los 4.500 millones de dólares por primera vez en su historia.