Desde hace algunos años la protección de la intimidad y los datos personales son una de las mayores preocupaciones que tenemos. Con la irrupción de los smartphones proliferó la aparición de aplicaciones, ahora ya muchas de ellas gratuitas, que ofrecen una gran variedad de servicios, como WhatsApp, con las que intercambiamos gran cantidad de datos personales consciente o inconscientemente.

Cuando una aplicación ofrece una serie de servicios gratuitos, lo que realmente están buscando es conseguir una serie de datos de las personas que son usuarios, que les ofrecemos al aceptar los términos y condiciones de su aplicación que ni nos molestamos en leer. Nosotros y toda nuestra información nos convertimos en el verdadero producto, que posteriormente se puede acabar vendiendo o cediendo a terceros.

La red social más famosa de todos los tiempos es Facebook, y aunque pueda parecer inofensiva también recaba información sobre nosotros sin que lo sepamos. Todos los estados que publicamos, las fotos y vídeos que compartimos con nuestros amigos, Facebook los guarda en sus servidores durante un tiempo indeterminado. Es cierto que Facebook lo avisa en su política de privacidad pero, ¿quién se lee todos los contratos y condiciones de las aplicaciones?

Desde que Facebook compró WhatsApp, todos nuestros datos están aún más al descubierto. Al principio la red social no iba a cruzar los datos de la una con la otra, pero en la última actualización de la aplicación de mensajería gratuita ya se advierte que finalmente esto sí que va a ocurrir, de manera que ahora tienen acceso a los archivos que compartimos por el móvil y a nuestra lista de contactos.

Son tantas las aplicaciones que existen, la infinidad de servicios gratuitos que se nos ofrecen que muchas veces no somos capaces de ver cuál es el precio real que tenemos que pagar por poder disfrutar de ciertas ventajas. Pero al igual que hay que ser cuidadoso con los términos y condiciones que hay que aceptar (la letra pequeña que no se lee), hay que ser precavido con la información que se comparte, porque nunca se sabe quién puede ver lo que publicamos.

Esto es especialmente importante en el caso de Facebook, ya que nuestros comentarios y fotos en las que aparecemos pueden ser compartidos por otros o vistas por amigos de amigos si no lo tenemos marcado en nuestra privacidad. De modo que si borras tu perfil de Facebook, como ya he comentado antes, hay muchos de tus datos que se quedan guardados en sus servidores, de forma que tienes que borrar tus comentarios, fotos, vídeos y tu información uno a uno antes de eliminar por completo tu cuenta.

De forma que es muy importante ser consciente que todo lo que se comenta por internet, en las redes sociales o los vídeos y fotos que compartimos pueden ser recibidos o utilizados sin nuestro consentimiento. Estos son algunos consejos para usar mejor las aplicaciones y las redes sociales:

  1. Leer los contratos de las aplicaciones móviles para ver qué información estamos compartiendo.
  2. Habilitar solamente la geolocalización cuando los beneficios sean mayores que los posibles riesgos.
  3. Entender que otros pueden seguir nuestra ubicación actual y pasada.
  4. Pensar antes de publicar fotos etiquetadas en las redes sociales.
  5. Adoptar la tecnología y educarse a uno mismo y a otros