Siendo el español un idioma tan rico y abundante, con innumerables vocablos, sinónimos y expresiones, en los últimos años se ha venido sufriendo una invasión de términos de otros idiomas, sobre todo en inglés, que van sustituyendo a los que ya existen en castellano.

Esto se da sobre todo en el ámbito de las nuevas tecnologías, Internet y en los videojuegos, pero se ha ido extendiendo a otros aspectos de la sociedad dando lugar a una mezcla que en muchas ocasiones carece de sentido.

Ya no se trata de españolizar voces inglesas para dar lugar a palabras que en nuestro idioma no existen como es el caso de 'googlear', 'tuitear' o 'youtuber', sino que es una invasión en toda regla. Lo que empezó en el mundo de la publicidad se ha extendido a tantos ámbitos que ya parece que uno no mola, perdón, no es cool sino se sirve de alguna de estas palabras.

En el mundo publicitario esta invasión es ya una realidad. Ya no se sigue un horario sino que hay un "timing" y ya no se persigue a un público objetivo, sino que hay un "target". A esto hay que añadir términos como "brain storming","briefing", "planning", "key visual" y un largo etc., palabras cuyo uso, al contrario de lo que muchos creen, no hacen nada más que empobrecer el lenguaje. En la actualidad, este aluvión de anglicismos llega a todos los aspectos de la vida cotidiana, los productos ya no son buenos para el medio ambiente sino que son "eco friendly" y el champú no repara el cabello sino que tiene efecto "total repair", los pantalones y los sujetadores son "push up", las modelos no marcan tendencia sino que son "trendsetter" y los libros no son los mas vendidos son "best-seller".

Pero la moda y la publicidad no son los únicos afectados por la imposición de los anglicismos, la televisión y los videojuego no se salvan. Ahora el que es aficionado a los juegos, ya sea a través de la red o por consola, ya no es un jugador sino que se le conoce como "gamer" y si lo que te gusta es disfrazarte de tu personaje favorito ya no es simplemente un disfraz sino que es "cosplay".

Palabras que vienen de otros idiomas siempre ha habido y habrá. De hecho hay anglicismos que se han hecho un hueco en nuestro diccionario y en el vocabulario de todo el mundo, véase fútbol, picnic, mitin (del inglés meeting), etc y no solo anglicismos, sino también de otros idiomas como chalé, boutique, corsé (galicismos); confeti, a capela (italianismos) o chucrut, delicatessen y zepelín (germanismo). Sin embargo, no hay que abusar de extranjerismos sobre todo si en nuestro idioma existe una palabra o palabras que signifiquen lo mismo.

La Real Academia de la Lengua (RAE) busca luchar contra esta invasión de vocablos extranjeros y es por eso que lanzó un curioso anuncio en el que se hacía eco de esta realidad. En esta publicidad se anunciaba que los consumidores podían adquirir dos productos gratis. Sin embargo, debido a los anglicismos, los consumidores no descifraron que la colonia "swine" (cerdo) "sonaba muy bien, pero olía muy mal", y que las gafas con "blind effect" (efecto ciego) "son las únicas gafas que no te dejan ver”. Este anuncio tuvo una buena acogida en la red y vino a recalcar que el español es un idioma con un léxico rico y variado, no es necesario sustituir palabras y expresiones por las que hay en otros idiomas.