Julio Ponce Lerou, yerno de Pinochet fue una de las personas que administró la privatización de las sociedades estatales en Chile en calidad de gerente general de la Corfo (corporación de fomento de la producción) durante la dictadura y de otras agencias estatales, nominado directamente por su suegro, el dictador. La privatización fue la causa del enorme enriquecimiento de unas pocas familias y grupos, que hoy tienen en sus manos el sistema económico del país. La historia del origen de las propiedades de estos grupos demuestra el carácter predador de uno de los capitalismos más feroces e inhumanos en el mundo, donde la lógica detrás de esta acumulación de bienes ha sido el nepotismo en vez de las capacidades empresariales.

Para Julio Ponce Lerou, el hombre del poder, no existen barreras que no puedan ser superadas. El único problema son los métodos y, cuando no existe limitaciones morales, todo es posible. Entre ellos figuran el uso del terror, sus contactos “familiares”, el acceso a informaciones sensibles y su posición estratégica en la administración de los bienes estales para consolidar su poder y posteriormente, con el cambio de gobierno, la corrupción y nuevas relaciones basadas en favores económicos. El gobierno actual y sus jerarcas no han sido inmunes al “poder persuasivo” de este personaje, cuyo objetivo principal, en este momento, es el control del litio, esperando que la industria de la energía nuclear tenga su auge y que la fabricación de baterías, de todos los tipos, haga subir el precio del litio por las nubes.

Otro detalle importante es que los “hombres de dictadura” siguen gobernando la economía, desde las sombras, con la aceptación abierta y explicita de la concertación. En pocas palabras, en Chile gobierna una estrecha pandilla de pocas personas, que detienen en sus manos el poder económico e indirectamente el gobierno. Los gobernantes de todos los colores y partidos viven en simbiosis con este sistema, beneficiándose a nivel personal y justificando sus actos en nombre del progreso, la ganancia y el continuo e inconmensurado enriquecimiento de unos pocos y el empobrecimiento constante de las mayorías.

Durante la dictadura en Chile, se consolidó una práctica económica nociva para todo el país, la de conceder “selectivamente” los derechos de explotación de los recursos naturales a un grupo limitado de personas parte del establishment con costes bajísimos para el contratante, ventajas fiscales, con pocas limitaciones y en términos de exclusividad protegida y garantizada por ley. Escuetamente, se les concedió el derecho de abusar, sin inversiones, de los bienes comunes y de adueñarse de todas las ganancias sin haber corrido ningún riesgo empresarial y sin haber construido absolutamente nada. Este es el caso de la madera, la pesca, la minería, los ríos y la explicación detrás de la guerra por el litio, que tiene como protagonistas a Julio Ponce Lerou y al ex presidente Sebastián Piñera.

La confabulación político económica y la consiguiente corrupción están determinadas en gran parte por esta actitud. Los falsos empresarios pagan a los políticos por el derecho parasitario de enriquecerse aún más, explotando sin escrúpulos un bien que pertenece a todos y del cual benefician solamente unos pocos previligiados.

La integridad moral de un país está determina, entre otros factores, por la educación, la administración pública, la transparencia, pero también por la capacidad de valorizar los limitados recursos naturales, que son propiedad colectiva. Y es en estos esfuerzos tendientes a valorizar los bienes del país, que se desarrolla, legitima y refuerza el concepto de comunidad nacional.

En Chile, unos pocos, poquísimos, con la complicidad inaceptable y además inmoral de los últimos gobiernos, han usurpado los bienes comunes y creado una cleptocracia, el gobierno de los ladrones, que sin pudor alguno detentan el poder en el país y esto no es por sacrifico o por habilidades empresariales, sino por manipulación, favoritismo y fraude ilegítimo, que se han enriquecidos y lo siguen haciendo impúdicamente, minando la moral a nivel nacional.

En colaboracion con: www.arcoiris.tv