Mañana, España está llamada a las urnas por segunda vez en menos de un año para decidir qué partido gobierna el país y qué candidato ocupa el puesto que de momento ostenta Mariano Rajoy, del Partido Popular (PP), en funciones.

Las encuestas auguran que, nuevamente, será difícil formar un Gobierno y que deberán ponerse de acuerdo y sentarse a negociar posibles pactos una vez termine el recuento, que por ahora da vencedor nuevamente al Partido Popular.

En este artículo, trataré de sintetizar las principales propuestas de los partidos en materia exterior, con especial incidencia sobre la política sobre el Mediterráneo y Oriente Medio, ya que lo considero un eje fundamental de la política española, además de que es el campo en el que se ambientan la mayoría de mis anteriores artículos.

Sin más dilación, pasamos al examen, que se realizará siguiendo el cómputo de escaños que obtuvo cada partido en las pasadas elecciones del 20D.

Partido Popular (PP)

El PP centra su discurso exterior en la pertenencia a la Unión Europea, abogando por más Europa y más fuerte para afrontar los retos del futuro, nombrando entre estos la crisis de los refugiados o el terrorismo. Asimismo, también consideran que, como país que comparte cultura y lengua con Latinoamérica, España debe actuar como propiciador de que en Europa se escuche la voz de Sudamérica. Por último, también destacan como eje fundamental de su política exterior el Magreb y el Mediterráneo, donde abogan por “profundizar en nuestras relaciones económicas, políticas, sociales y culturales”, así como apostar por la cooperación europea para paliar la inestabilidad que se vive en la zona.

Sin embargo, en el apartado de medidas concretas, no se especifica ni se ahonda mucho en qué se propone para lograr estos buenos propósitos. En cuanto a la UE, se apuesta por mayor fortalecimiento de la misma y se dedican varias líneas a hablar del problema migratorio, pero sin más propuesta que “impulsaremos una política común de migración y asilo en la UE” o “continuaremos impulsando políticas y medidas de retorno de los inmigrantes irregulares”, sin esbozar ningún plan concreto para conseguirlo. Donde sí se muestran decididos es en el apoyo al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (TTIP), que ha sido criticado por diversas organizaciones y partidos dentro del Europarlamento por ser contrario a la soberanía de los países y de la propia legislación europea.

Finalmente, aparte de mencionar la necesidad de modernizar e impulsar la diplomacia española y la Marca España, tan sólo se menciona la “especial atención al Mediterráneo y, en especial, al Magreb”, donde se comprometen a promover “la activa participación de nuestro país en la búsqueda de la paz y seguridad en esos países, y en la lucha contra la pobreza”, una vez más, sin concretar de qué manera, aunque avanzan también la creación de “programas de cooperación con nuestros vecinos de la otra orilla del mediterráneo y norte de África que incluya una perspectiva integral de ayuda económica, social, de seguridad y de fortalecimiento de las instituciones democráticas”.

Algunas buenas intenciones, pocas propuestas.

Partido Socialista Obrero Español (PSOE)

Pasando al segundo en discordia, el partido liderado por Pedro Sánchez despliega en un principio 10 retos que ellos consideran que debe asumir España en el futuro próximo en materia exterior: la necesidad de ser una referencia en la UE y en el mundo; la obligación de reforzar el liderazgo de la UE en la gestión de la globalización; la contribución hacia un orden internacional más seguro y sostenible; el fomento de la seguridad y el progreso, con especial incidencia en el Magreb y Oriente Medio; la lucha contra la desigualdad a nivel mundial; el interés por ganar competitividad a través de la internacionalización y la innovación de las empresas españolas; una mejora de la articulación de la política energética respecto a los desafíos globales; establecer un marco adecuado para responder a las necesidades de la ciudadanía española en el exterior; una respuesta adecuada al fenómeno migratorio; y una acción exterior puesta al servicio de los Derechos Humanos.

Si nos centramos en las propuestas, se dan algunos pasos más concretos que en el caso del PP, como “promover que entre las prioridades de la política exterior de la UE se incluya a América Latina y el Mediterráneo” o “promover la cohesión social y el diálogo interreligioso e intercultural como medidas no militares para hacer frente a los movimientos extremistas que amparan la violencia”, esta última muy acertada según mi opinión personal.

Asimismo, siguiendo con mi interés particular por Oriente Medio, nos encontramos con otra grata propuesta como es “proponer la creación de un Banco de desarrollo Euro-Mediterráneo y desarrollar plenamente el potencial de la Unión por el Mediterráneo [...] para reforzar la política de vecindad de la UE con un mayor compromiso con el Mediterráneo”, ya que personalmente considero que muchos problemas de terrorismo e inestabilidad en esta región no se solucionan con tropas, si no con inversión económica revisable y coordinada.

Sin embargo, también en otros casos, las propuestas no se mojan, como es el caso del TTIP, donde no se dice si apuestan claramente por él, aunque sí menciona que se velará para que el mismo, en caso de ser aprobado, respete derechos sociales, medioambientales, etc. En otro caso, también se habla de “crear un plan de acción con África subsahariana para apoyar su enorme potencial de desarrollo y aliviar la tensión migratoria que existe en sus países”, sin vislumbrar un poco más de cómo calculan que se puede relajar esa tensión migratoria. Igualmente, se hacen propuestas que a juicio de un observador, son erróneas, como seguir manteniendo los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), que ya han experimentado diversas denuncias de organizaciones de derechos humanos por el trato carcelario y denigrante que se hace a los inmigrantes hacinados en estos centros. No se necesita una adecuación de los CIE, si no su cierre. Ninguna persona es ilegal.

Más desarrollo y propuestas, aunque algunas vaguedades y errores.

Unidos Podemos

En esta formación, de los 394 puntos de su programa, 34 corresponden a materia exterior. El partido liderado por Pablo Iglesias se compromete, entre los puntos más destacables, a que la cobertura sanitaria sea universal, devolviendo la tarjeta sanitaria a los migrantes, decisión adoptada por el PP en la pasada legislatura y que no lleva en su programa el PSOE; la creación de una Oficina de la Emigración; eliminar el test de nacionalidad y reducir los plazos para adquirirla; articulación de vías seguras y flexibles de entrada en España; el cierre de los CIE; aprobación de un marco jurídico internacional para la reestructuración de la deuda soberana; reforma de los sistemas de votación del G-20 y del FMI; oposición al TTIP; Tasa Tobin contra la evasión fiscal; abolición del derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU; y mayor autonomía de España dentro de la OTAN. En el caso de Unidos Podemos, se denotan dos cosas: por un lado, que esta formación se nutre de la unión de muchas y diversas organizaciones de la sociedad civil, y que beben de propuestas que llevan en boca de estas plataformas muchos años, como son la Tasa Tobin, el TTIP, el cierre de los CIE o los plazos exagerados para que un migrante adquiera la nacionalidad española. Por otro lado, es palpable que el partido se ha reunido de personalidades internacionales importantes como Thomas Piketty o Vicenç Navarro, porque recogen demandas de la comunidad internacional que de momento nadie ha tocado, pero que muchos ven como obstáculos, como son el veto de las cinco grandes potencias (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña), que imponen sus visiones en el Consejo de Seguridad de la ONU y colaboran en la inacción internacional ante graves crisis humanitarias como Siria; o los sistemas de votación del G-20 y el FMI (al que añado el sistema de votación de la Organización Mundial del Comercio), los cuales no reflejan las cuotas actuales de poder de los países ni incluyen a organizaciones del sector civil.

Por tanto, un programa más exhaustivo, que al menos no recoge tantas vaguedades como los anteriores, aunque se deja también en el tintero la oportunidad de aclarar las dudas sobre su compromiso europeo, aunque sí que abundan las propuestas para “mejorar la UE”.

Ciudadanos

Finalmente, la formación liderada por Albert Rivera ocupa 39 de las 350 propuestas a esta cuestión exterior. En las mismas, se escuchan algunas propuestas interesantes, como la reforma de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo “para hacerla más profesional, eficiente e independiente”; el apoyo a que el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y el Servicio de Acción Exterior “sean los únicos representantes de la política exterior europea y responda ante el Parlamento Europeo”; la construcción de una “Defensa común europea”, o el fomento de la cooperación policial y de inteligencia.

En otros casos, a mi parecer se trata de propuestas contraproducentes, como el apoyo al TTIP, o la reforma del estatuto de víctima “de modo que se concreten las especificidades propias de las víctimas del terrorismo y su especial consideración institucional”, ya que hoy en día ya existe en España una especial consideración de las víctimas del terrorismo que en muchos casos les ha dado poder para actuar como un lobby y dictar las políticas en materia antiterrorista, cosa que en otros países con historial de terrorismo interno, no sucede, como Gran Bretaña, Italia o Alemania.

Igualmente, otras propuestas quedan vagas y sin concretar, como “defenderemos en el ámbito de la Unión Europea una solución justa y solidaria a la tragedia de los refugiados”, sin mencionar que harán respecto a la frontera en Melilla, o en casos como los CIE o el Sáhara Occidental, que sí que mencionan los otros tres partidos. Además, en ningún caso se menciona Oriente Medio como parte de su propuesta internacional, dando más prioridad a favorecer los contactos empresariales e impulsar la presencia de España en Asia-Pacífico, por ejemplo.

En definitiva, he de resumir que cada partido lleva cosas interesantes en sus programas, y aunque muchas se repiten, como la obvia defensa de los derechos humanos, algunos ofrecen pocos planes concretos de actuación en materia exterior. No obstante, siendo este un artículo breve, no es posible un análisis exhaustivo de cada una de las propuestas en materia exterior, por lo que animamos a los lectores interesados a que cotejen este análisis con las propuestas recogidas en cada programa. Sin embargo, visto lo visto y que no existen muchos puntos insalvables entre las cuatro fuerzas políticas, no parece que el ámbito exterior vaya a ser el que ponga trabas a una negociación a partir del 26J.