El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, subrayó la urgencia de hacer frente al cambio climático en un discurso frente a los líderes de los estados insulares del Pacífico en su estado natal de Hawái.

“Ningún país, ni siquiera uno tan poderoso como Estados Unidos, es inmune al cambio climático”, dijo el miércoles 31 de agosto en la Conferencia de Líderes de las Islas del Pacífico, en el Centro Este-Oeste de la Universidad de Hawái.

El mar ya se “traga aldeas” en Alaska y los glaciares se funden a un ritmo “sin precedentes”, recordó el mandatario.

Al subrayar los esfuerzos de su gobierno para combatir el cambio climático mediante políticas energéticas, observó: “No hay conflicto entre una economía saludable y un planeta saludable”.

La amenaza inusual que se abatió esta semana sobre Hawái por dos huracanes que se acercaban realzó el mensaje del presidente justo cuando este estado insular es sede del Congreso Mundial de la Naturaleza, organizado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), desde el jueves 1 hasta el sábado 10 de septiembre.

Unos 8.300 delegados de más de 180 países participan en este encuentro de Hawái, entre ellos jefes de gobierno y de Estado, organizaciones no gubernamentales (ONG) y empresarios.

Sin embargo, las reiteradas advertencias de Obama en materia de cambio climático fueron ignoradas por los medios nacionales, totalmente volcados a la elección de su sucesor y concentrados en las declaraciones sobre inmigración del candidato del opositor Partido Republicano, Donald Trump, en México.

En ese contexto, las advertencias de tormenta solo ocuparon un lugar en los informes del clima.

La UICN informó que Obama no participaría de la ceremonia de apertura del congreso en Honolulú.

Sin embargo, tenía previsto visitar las islas Midway en su primer viaje al mayor santuario marino, enormemente ampliado por orden ejecutiva la última semana de agosto, antes de partir hacia China, donde se celebra la cumbre del Grupo de los 20 (G-20) países industrializados y emergentes.

Obama cuadriplicó el tamaño del Monumento Nacional Marino de Papahanaumokuakea a más de 582.000 millas cuadradas de tierra y mar en el entorno de las islas de Sotavento, en el noroeste de esta isla.

El santuario fue creado durante el gobierno de George W. Bush (2001-2009), y las autoridades de la UICN esperaban que la elección de Hawái como sede del Congreso Mundial de la Naturaleza, organizado cada cuatro años, harían que Obama ampliara el alcance de la decisión de su predecesor en su estado natal.

La apuesta dio resultado, pero la elección de Honolulú para el congreso no estuvo libre de controversia, pues los miembros de la UICN se mostraron consternados con el mensaje que deja la huella de carbono de los miles de delegados que debieron volar y recorrer vastas distancias para llegar hasta esta ciudad.

Un pequeño grupo de manifestantes también aprovechó para reclamar que Estados Unidos cierre las bases militares de Hawái.

La UICN considera al congreso como “el foro de decisiones más grande e inclusivo del mundo en materia ambiental”, que procura definir el camino a seguir para la conservación de la naturaleza en los próximos años.

“El congreso de la UICN fijará el rumbo para recurrir a soluciones basadas en la naturaleza para sacar a millones de personas de la pobreza, creando una economía más sostenible y restablecer una relación saludable con nuestro planeta”, observó el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim.

Por su parte, el ministro de Finanzas de Nigeria, Ngozi Okonjo-Iweala, comentó: “Estamos todos juntos en esto. Es hora de ser audaces. Es hora de actuar. No hay tiempo que perder, así que hagamos que en Hawái valga la pena”.

Bajo el lema “Planeta en la encrucijada”, el congreso procura subrayar que la conservación de la naturaleza y el progreso humano no son un juego de suma cero.

“Existen opciones creíbles y accesibles que pueden promover el bienestar general a la vez que respaldan y acrecientan los valores naturales del planeta”, destaca la UICN, que reúne a 1.300 organizaciones.

Entre los asuntos clave que se debatirán se destacan el tráfico de vida silvestre, la conservación de los océanos, las soluciones basadas en la naturaleza para mitigar y adaptarse al recalentamiento planetario y la inversión privada en la conservación.

“Se esperan adoptar unas 100 mociones en este parlamento ambiental global único de gobiernos y organizaciones no gubermamentales, que luego se volverán resoluciones o recomendaciones de la UICN, y que llamarán a las terceras partes a tomar medidas”, explicitó esta coalición de la sociedad civil.

Las mociones que están en la agenda incluyen promover la conservación de la diversidad biológica en áreas fuera de toda jurisdicción nacional, mitigar los impactos de la expansión de la palma aceitera en la biodiversidad, terminar con el uso del plomo en las municiones, proteger los bosques primarios y antiguos, así como las áreas de gran biodiversidad, de las dañinas actividades industriales y del desarrollo de infraestructura a gran escala.

Además, el domingo 4 de este mes, el congreso divulgará una actualización de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, considerada la mayor fuente de información sobre el estatus de la conservación de la flora y la fauna mundial. También se publicará al día siguiente un informe de Alerta de Océanos.

Dos delegados europeos, que pidieron no revelar su nombre, dijeron que el debate y la presión tras bambalinas pueden llegar a ser intensos, pues los gobiernos y los empresarios buscan proteger sus estrechos intereses de los grupos ambientalistas de presión.

Texto de Guy Dinmore