Si el ser persona es lo que verdaderamente cuenta, no sería tan nefasto el que hubiese diferentes clases, pues por encima de su diversidad y aun en ella, sería visible la unidad del ser persona (...). Se trata, pues, de que la sociedad sea adecuada a la persona; su espacio adecuado y no su lugar de tortura.

(María Zambrano, 1958)

El mundo actual nos está demando un cambio de paradigma que sostenga y facilite el desarrollo humano. Este aspecto, a mi parecer, demanda el reconocimiento de nuestra propia vulnerabilidad como especie y la interdependencia que tenemos para el logro de los hitos del desarrollo y bienestar que nos permitan evolucionar. Si el objetivo es la evolución, todas las cifras compartidas en el artículo anterior, vinculadas al desarrollo y bienestar del ser humano no son sólo una cuestión de áreas de la salud, sino que una cuestión, individual, social y política que demanda transformaciones profundas donde los indicadores que potencien nuestra evolución deben ser tenidos en cuenta.

En este sentido, aunque se ha observado un avance con la creación de indicadores como el Índice de Desarrollo Humano (IDH) que pretende medir capacidades, el conjunto de opciones de que dispone una persona y, en última instancia, las libertades de que goza, considerando cuatro componentes (la esperanza de vida al nacer, la tasa de alfabetización adulta, la tasa de matriculación combinada en educación primaria, secundaria y terciaria, y la renta real medida en términos de paridad de poder adquisitivo), creo que aún nos queda un largo camino, en el momento en que estas dimensiones nos hablan de un paradigma con una visión limitada de lo humano.

Si las tendencias en salud mental y suicidios son las que son. ¿qué está pasando con la vivencia de violencia, abuso o injusticia? ¿Qué efectos está teniendo en nuestro equilibrio mental, salud física y efectos epigenéticos? ¿Qué nos pasa con los vínculos en lo social y en lo íntimo? ¿Hasta que punto un sistema que reproduce modelos parentales en mercado y Estado pueden ser una vía para la evolución? ¿Cómo puede convivir este índice con jornadas laborales que suman para el lado totalmente contrario? Son muchas las preguntas que me surgen y que este indicador u otros vinculados a la felicidad aún no puede responder.

La violencia hacia lo humano, hoy por hoy, para mí también se enuncia en la tendencia a ignorar los conocimientos que desde las disciplinas humanistas y sociales se vienen acumulando por años, se enuncia en un empeoramiento de las condiciones de vida y laborales, y creo que en este momento ya no se puede enunciar sólo con la muerte rápida de una guerra, porque hoy la guerra psicológica en la que estamos está logrando que ya no hagan falta armas para que sean las propias personas las que decidan terminar con su vida. ¿Eso no es violencia?

No al azar Byung-Chul Han afirma que quien fracasa en la sociedad neoliberal del rendimiento «se hace responsable a sí mismo y se avergüenza, en lugar de poner en duda la sociedad o al sistema(…). Dirigiendo la agresividad hacia sí mismo el explotado no se convierte en revolucionario sino en depresivo».

Desde lo humano y la psicología, hoy sabemos que las situaciones de violencia y las guerras pueden generan traumas no sólo en quienes lo viven sino también en las generaciones que vienen. Desde la neurociencia hoy sabemos que el dolor y la violencia que observamos de alguna u otra forma también llegamos a experimentarla, es decir nos afecta a todos, como también sabemos que las huellas de los traumas son duraderas y afectan la expresión de ciertos genes. Lo que está pasando allá afuera nos afecta a todos.

Me atrevo a decir que, siendo el hombre la base de esta sociedad debe existir un marco regulador de prácticas y políticas que aseguren el respeto a los factores que facilitan el desarrollo, bienestar y la evolución humana. Un marco que, independientemente, se trate de un Gobierno de derecha o de izquierda, deba ser considerado teniendo el mismo peso legal que cualquier tratado comercial porque una declaración no bastó y hoy por hoy el ser humano vuelve a estar en riesgo de su aniquilación.

Aunque el desarrollo humano está logrando instalarse poco a poco como un elemento central en el concepto de desarrollo, aún queda un camino para que instituciones como el FMI y el Banco Mundial consideren su impacto a nivel de orientación de estrategias de desarrollo. En este sentido, las políticas de austeridad en Europa como respuesta a la crisis vivida que tuvieron como foco salvar la economía y mayoritariamente la banca contrastaron brutalmente con el número de vidas perdidas producto de la crisis, esto dio pie a mi pregunta sobre el fin último de los modelos de administración actual y la necesidad de una regulación que vuelva a poner el centro en las personas como eje central de cualquier sociedad y economía.

Cambiemos el paradigma: utopía era pensar que no había que pensar

El año 2010 acuñé el concepto de RSH intentando transmitir en mis clases y luego en presentaciones y textos , mis reflexiones sobre la necesidad de un nuevo paradigma transversal que apuntara a la responsabilidad que tenemos como actores civiles, políticos y empresariales de asegurar, facilitar y fomentar el desarrollo humano desde las políticas y modelos que implementamos en nuestras sociedades, comunidades, instituciones o empresas1.

Hablaba finalmente de la necesidad de un nuevo marco con indicadores provenientes de las ciencias de la salud y sociales que nos ayudaran a evaluar cualquier propuesta pensando en facilitar el desarrollo impulsando a su vez aquellos factores identificados como protectores del bienestar emocional.

No pensaba en un modelo de algodón ni en la construcción de sociedades perfectas o modelos perfectos, simplemente entendía que si esta sociedad nos estaba mostrando las tendencias que veía en violencia, salud mental y suicidio, algo no estaba bien, en el momento que a su vez la vinculación de estos malestares con factores económicos, formas de vida y administración comenzaban a demostrarse de forma cruda. En el caso de la UE, en plena crisis, los informes arrojaban una alta vinculación entre los suicidios y el aumento de patologías mentales , repitiendo de esta forma los antecedentes de anteriores crisis.

Al ser consiente de estas relaciones, comencé a preguntarme sobre el concepto de ser humano que subyacía a estas prácticas, y comencé a reflexionar sobre la posibilidad de definir e identificar desde todas las disciplinas de las ciencias de la salud, humanistas y sociales los factores que impulsan el bienestar y desarrollo humano, así como la identificación de factores protectores a considerar para el desarrollo de políticas que realmente impulsaran al hombre. Pensaba en la necesidad de lograr un eje transversal …finalmente construir un marco que nos sirviera de rasero por el que medir políticas y modelos.

En este sentido, comencé a afirmar que la definición de indicadores permitiría no sólo definir criterios para la evaluación de propuestas políticas sino también explicitar una definición de ser humano y de desarrollo humano desde la que el Estado deba operar y regular prácticas en el mundo empresarial, aspecto que hoy por hoy parece no existir.

Preguntas como ¿aumento o no del sueldo mínimo?, ¿más horas o menos horas de trabajo?, ¿conflicto bélico o negociación?, ¿más mall o plazas y actividades?, ¿más jardines o diversidad de jornadas laborales?, ¿sociedad individualista o sociedad colectivista?, serían posibles de responder en base a conocimientos que nos hablan de cómo estos entornos o aspectos pueden o no facilitar el desarrollo y bienestar humano, ya no desde un «yo creo», ya no una ideología política, hoy desde la ciencia y la capacidad analítica y necesidad de cruzar disciplinas, ni siquiera desde la tecnocracia ignorando lo humano.

RSH: una mirada transversal y el desafío de construir una nueva visión de lo humano

Como afirma Manfred Max Neef, uno de los postulados de un nuevo modelo orientado a las personas es que la economía debe estar al servicio de las personas y no las personas al servicio de la economía, lo cual, a su vez, no es incompatible con un mercado globalizado y con una economía que fomente nuestro bienestar, fortalezas y desarrollo.

Pero para llegar a ello creo que lo primero es atrevernos a mirar las cosas desde otra mirada, además del desafío de construir juntos un nuevo mapa humano que nos ayude a pasar de una declaración, a compromisos globales con peso legal en lo humano y sostenidos científicamente.

En este sentido, una mirada RSH, a mi parecer como primera aproximación demanda la consideración de cuastro pilares de análisis:

  1. Definición de indicadores vinculados a bienestar y desarrollo humano desde las disciplinas de la salud y ciencias sociales, relacionados a factores que pueden facilitar nuestro desarrollo cognitivo, emocional, físico y relacional, así como factores protectores a tener en cuenta.

  2. Mirada macro y sistémica: comienza por el análisis del entorno y consideración de características y síntomas en el mismo que pueden estar dando cuenta de un impacto negativo en el bienestar y desarrollo positivo de las personas y por tanto impacto en el desarrollo de su potencial y productividad. Para este análisis, cuyo centro sería la presencia de indicadores vinculados a potenciación de desarrollo humano cruzando con el grado en que la realidad los facilita, creo que el modelo que mejor permite abordar una realidad multicausal de este tipo es el pensamiento complejo de Edgar Morin al brindarnos una comprensión del mundo como sistema entrelazado.

  3. El ser humano al centro: desde la base de la RSH se busca impulsar la coherencia de las políticas nacionales y/o empresariales que se establezcan como también de los modelos o prácticas considerando indicadores provenientes de disciplinas de ciencias de la salud y sociales claves para el desarrollo, bienestar y evolución humana. Esto implica tener en consideración a la hora de diseñar las mejoras , aquellos factores que pueden ayudar a corregir situaciones que pueden estar agravando o perjudicando el desarrollo y bienestar humano como los ejemplos citados en el inicio de este texto relacionados a las jornadas laborales, desigualdad social , individualismo, salud mental y suicidios , entre otros.

  4. Pensar en global, actuar en local, empresas e instituciones. Implica un análisis del impacto de las políticas internas propias de la organización desde las características del entorno macro donde está inserto a nivel país considerando a su vez criterios de desarrollo provenientes de las ciencias de la salud y sociales. Algunos ejemplos de ello podrían ser:

  • Problemática entorno: el grado de desigualdad presente en un país y su impacto en salud mental y desarrollo.

Oportunidad interna: Definición de políticas retributivas a nivel empresa justas y según beneficios obtenidos. Finalmente, cuando se trata de deslocalizar por mano de obra barata lo que estamos haciendo es perpetuar una baja calidad de vida en otras poblaciones.

  • Problemática entorno: carga laboral y jornadas extensas impacto en salud mental y desarrollo.

Oportunidad: Establecimiento de políticas de racionalización de horarios y sistema de objetivos, ambas aumentan el compromiso y productividad.

  • Problemática entorno: Grupos de exclusión en aumento impacto en bienestar emocional. La exclusión enciende a nivel cerebral la misma zona que cuando alguien nos golpea.

Oportunidad interna: Establecimiento de política de inclusión prioritaria para grupos desfavorecidos según realidad local. Diseño de acciones de intervención en RS que impacten en el entorno inmediato antes que extranjero

  • Problemática entorno: Baja tasa de natalidad de la población , el envejecimiento de la misma.

Oportunidad : Establecer una definición de políticas de racionalización de horarios y conciliación que pueda permitir a las personas criar y cuidar a sus familiares dependientes o al menos facilitarlo sabiendo a su vez que este tipo de políticas generan un impacto positivo en la productividad.

  • Problemática entorno: Sociedad individualista.

Oportunidad: una mirada RSH buscaría implantar prácticas colaborativas que fomenten una mayor relación entre las personas y definición de objetivos comunes sólo posibles a ser logrados de forma colectiva.

El desafío que se nos presenta creo que es enorme y, en sí mismo, nos demanda un análisis colaborativo entre disciplinas, lo cual creo no sólo nos permitirá lograr una visión de ser humano más integral, sino también volver a vernos ya no por partes, sino como un sistema interconectado donde entorno y desarrollo humano pueden conversar, impulsando sociedades humanamente sostenibles. Creo que no podemos permitir que la destrucción y la violencia siga siendo el lenguaje de quienes con su actuar definen el futuro de millones de personas, por ello , hoy por hoy, mi invitación es hacer un giro de la mercantilización de la vulnerabilidad humana a sociedades que fomenten el desarrollo de herramientas internas que permitan a las personas hacer frente a los desafíos que vienen.

Cierro este texto mientras EEUU lanza una bomba contra Afganistán y asegura que Corea del Norte es un problema que será atenido. Corea del Norte prepara un nuevo ensayo nuclear y afirma que no tendrá piedad contra las provocaciones de EEUU… creo que estamos al borde una guerra y hoy temo que nos sea más fácil dar vuelta la cara por sentirnos unas hormigas sin capacidad de influencia que expresar a nuestros gobiernos que deseamos un mundo de No Violencia y que juntos podemos tener la capacidad de construir ese mundo y transformar la realidad que vivimos.

Notas

1 Posteriormente mi desarrollo fue incluido en un programa de Postgrado Iberoamericano de Responsabilidad Social Empresarial de la Universidad de Castilla La Mancha. Responsabilidad Social Humana: Dirección estratégica y gestión responsable de las personas.