Las maravillas de la Costa de la Luz son de sobra conocidas por autóctonos y foráneos. Sus playas de arenas finas y rubias, su extensión y sus aguas cristalinas dibujan un entorno natural, salvaje y, a veces, único, ideal para pasar unos días de vacaciones en familia o con amigos.

Sin embargo, no es el esplendor de su costa lo único que llama la atención a sus visitantes. Y es que uno de los manjares más exquisitos del mundo nada entre sus aguas y es en la costa de Cádiz, entre Conil de la Frontera y Tarifa, donde se encuentra. Hablamos del singular y delicioso atún rojo de almadraba. Aunque el mes por excelencia de este pescado es mayo, lo cierto es que los que se acercan hasta la provincia de Cádiz, y especialmente a los municipios de Barbate, Conil o Zahara de los Atunes, pueden deleitarse con uno de los tesoros más preciados y deseados por los paladares de todo el mundo.

Pero, ¿por qué el atún de almadraba? La almadraba no es más que el tipo de captura del gran túnido rojo. Y es aquí donde juega un papel fundamental el pueblo marinero de Barbate, ya que la localidad se encuentra en un punto estratégico en el proceso migratorio del atún. A lo largo de este proceso, el atún bordea las costas del estrecho de Gibraltar en busca de aguas más cálidas. Así, las almadrabas utilizan la rabera de tierra de barrera para dirigir a los atunes hacia el cuadro, del que no podrán salir, impedidos por dos redes llamadas endiches. Un complejo sistema de redes en forma de siete, obligarán al atún a permanecer en el cuadro de la almadraba hasta la ‘levantá’, momento en el que una red en el fondo es izada para completar la pesca del atún.

Cuando el atún rojo es capturado, en su proceso migratorio entre los meses de mayo a julio, los ejemplares pueden llegar a tener entre 10 y 14 años, alcanzando desde los 150 a los 250 kilos de peso. Y es que, este gran pelágico, que suele vivir en aguas que rondan los 24º grados, en tan sólo cuatro meses puede llegar a alcanzar, de media, 4 kilos de peso y 60 centímetros de longitud.

El oro rojo, un deleite para todos los sentidos y otra delicia más que encontramos dentro de la amplia gama que nos ofrece la gastronomía española.