Hay un lugar del pirineo aragonés que me encanta y que se asemeja a una clásica postal navideña. Sus calles y senderos están cubiertos por un manto de nieve mientras las chimeneas de las casas escupen un humo que se diluye en un cielo estrellado. Un cielo que, cuando está iluminado por la luna, nos permite contemplar las bellas e imponentes montañas que lo rodean. Es el Valle de Benasque.

Generalmente, en esas estampas invernales no suele aparecer gente por sus calles, pero en eso el pueblo de Benasque es diferente, y esa es una de sus peculiaridades que más me gusta. En invierno, el pueblo tiene un bullicio constante por sus empedradas arterias debido, principalmente, a la estación de esquí de Cerler que se sitúa a tan solo seis kilómetros de Benasque.

Este pequeño municipio aragonés de la comarca de La Ribagorza tiene demasiadas cosas buenas como para no visitarlo todos los años. Sus bonitas calles empedradas son testigos del trajín de los visitantes que, con sus mullidos abrigos y sus gorros de lana, comienzan la jornada muy temprano para no perder ni un segundo y, así, poder subir a deslizarse por las montañas nevadas de la estación de Cerler. Yo siempre pienso que Cerler, especialmente para los esquiadores madrileños, está considerada la hermana pequeña de otra estación de esquí que también pertenece al Grupo Aramón: Formigal. Pero lo que pocas personas saben es que Cerler ha sido elegida hace unos meses, por segundo año consecutivo, la mejor estación de España por los “World Ski Awards”, los premios mundiales del esquí, en los que se distingue a las mejores estaciones del mundo. Y es, además, una de las 24 mejores del planeta.

Pero aunque también es posible alojarse arriba, en la estación de Cerler, el encanto de Benasque y su estupenda oferta hotelera hace que, al menos para mí, sea más apetecible descansar en la linde de la montaña. Hay ofertas para todos: el Hotel Aneto, el primer y único 4 estrellas del pueblo, nos recibe nada más entrar por la principal avenida, la Carretera de Francia. Gestionado con gran profesionalidad por la familia Valero, es toda una apuesta artística. El bar del hall invita a una cerveza o a un caldito caliente y es punto de encuentro de todos los que desean comentar los mejores momentos tras la intensa jornada de esquí. Del mismo grupo es El Gran Hotel Benasque Spa de tres estrellas, el Hotel El Pilar de una estrella y el Hostal Balneario Baños de Benasque, a 10 Km del pueblo y enclavado en el Parque Natural Posets-Maladeta. Es, además, el balneario más alto de España.

Otros hoteles, a unos pocos metros, como el Hotel Ciria y el Hotel Araguells también son acogedores y perfectos para la estancia en Benasque. Y para los que prefieren estar “a pie de pistas”el Hotel Evenia Monte Alba, en la estación de Cerler, es perfecto para ir en familia. La piscina climatizada semi cubierta de éste tres estrellas es uno de los atractivos del mismo. Además cuenta con animación infantil y servicio de guardería.

En el caso de preferir alojarse en apartamento, lo mejor es ponerse en las manos de Apartamentos Los Huertos. María, una madrileña que llegó a Benasque para quedarse, ofrece una variada oferta de viviendas que, yo que me he alojado en muchas de ellas, puedo decir que siempre te dejan con buen sabor de boca.

Y para los que prefieren estar más en contacto con la naturaleza y disfrutar de una estancia más rural, el Hostal Parque Natural, gestionado por la amable familia Río, es una opción perfecta y muy recomendable en cualquier estación del año, y el entorno es insuperable.

Una oferta culinaria espectacular

Pero quizá lo que siempre me sorprende más de Benasque es la altísima calidad de sus restaurantes a un precio más que razonable. A veces pienso si detrás de esas cocinas no habrá auténticas estrellas Michelin no reconocidas.

La jornada nocturna puede empezar, de forma muy satisfactoria, en la Avenida de Los Tilos, una de las calles más animadas de Benasque. Allí se encuentra El Veedor de Viandas, una mezcla de tienda delicatesen y bar de tapeo con una más que surtida oferta de vinos (recordemos que el municipio se emplaza en la zona de cultivos de Somontano). Los pinchos y el jamón cortado in situ son alabados por quien lo visita. Eso sí, siempre está hasta la bandera y encontrar mesa a veces es misión imposible.

Tras unos buenos caldos, lo mejor es una comilona para recuperar la energía perdida en la jornada de esquí. Mis sitios favoritos son El Fogaril y el restaurante del Hotel Ciria, a escasos metros del primero. No podrás decir que no a su lomo de corzo en salsa de trufa con colmenillas rellenas de foie ni a su lechón confitado al praliné de avellanas. A unos cinco minutos de allí, se encuentra el restaurante La Parrilla también, una opción más que sobresaliente. Las paredes de su salón repletas de platos decorativos presagian una cocina tradicional que, en realidad, sorprende por mezclar platos clásicos con un punto de innovación. Mis favoritos son el arroz silvestre acompañado con cuatro granizados diferentes o sus menús de temporada ya sean con trufa, caza o quesos.

La Llardana en lo alto de la montaña con unas vistas que quitan el hipo o la comida casera de Casa Tous son, sin duda, opciones igual de buenas. Pero sin salir del Valle y a tan solo 20 minutos en coche de Benasque, está el pueblo de Chía, en el que se ubica un descubrimiento delicioso: Chongastán, un restaurante familiar en el que Begoña Martín y su gente te tratarán de maravilla. Allí es obligado probar la carne de ganadería propia aunque los guisos no se quedan atrás.

Mil formas de disfrutar el Valle de Benasque

Y como no solo de dormir, esquiar y cenar vive el hombre, además, os detallo otras actividades que se pueden realizar en Benasque como tomarse el chocolate con churros en el puesto de maderita del centro del pueblo; comprarse unas gafas, un gorro o cualquier material de esquí de calidad en la tienda Khurp o en el establecimiento de cuatro plantas que la emprendedora familia Barrabés tiene en la Carretera de Francia. Esta tienda fue la primera que abrieron antes de que la empresa creciera, no solo físicamente sino en Internet, y que es caso de estudio de muchos Máster; tomarse una copa en los pub Molly Malone o Surcos o bailar en la discoteca Petronilla; contemplar el Palacio fortificado de los Condes de Ribagorza del siglo XVI en la calle Mayor; admirar la majestuosidad del Aneto que allí se yergue en pleno Parque Natural de Posets-Maladeta, lugar por el que en primavera merece la pena realizar rutas de senderismo que los entendidos califican de espectaculares; visitar el Refugio de La Renclusa, que presta su servicio a los montañeros y que está guardado por Antonio Lafón desde hace años, siendo el punto de partida más común para subir al pico Aneto; visitar las tiendas Sabores de Pueblo y El Paso de Baber para comprar pastel ruso, un buen queso del Valle, una botella de Somontano, una trenza de la Almudevar o una longaniza de Graus. Benasque incluso cuenta con un Centro de Ciencias que es un lugar clave para todos los científicos del mundo, y en el que se han realizado cientos de congresos muy renombrados. ¡No te podrás aburrir nunca!

El valor añadido de El Valle de Benasque es que sus habitantes son muy, pero que muy simpáticos y la estancia allí hace que sea extremadamente agradable. Da igual con quién trates: desde Mónica en la recepción del Hotel Aneto hasta Jaime en las oficinas del equipo de marketing de la estación de Cerler. Y si tienes alguna necesidad en las pistas de la estación, el equipo de Aramón-Cerler te cuida como si fueras de su familia porque, al final, ellos son eso: una gran familia en la nieve. No me extraña que hayan conseguido el citado premio.

¡Por cierto! Para los que prefieren el esquí nórdico y de montaña, a tan solo cuatro kilómetros de Benaque está la estación de Llanos del Hospital y para los que quieran estar cerca de la misma, allí mismo está el Hotel-Spa Hospital de Benasque.

Lo único que falla en el Valle, y por lo que la gente de allí lucha incansablemente desde hace años, es que arreglen, de una vez por todas, el acceso al pueblo por el Congosto del Ventanillo. Cuando esté resuelto, entonces, Benasque y Cerler no tendrán competencia porque serán perfectos.

Mi asignatura pendiente es visitar el valle fuera de temporada de esquí. Los que lo hacen comentan maravillas de las excursiones en plena naturaleza que se pueden realizar por aquellos parajes de cuento ¡Es uno de mis propósitos de este año nuevo!

Nota de la autora: evidentemente en este artículo no están mencionados todos los que están ni están todos los que son, pero desde aquí mi agradecimiento a los que siempre han hecho mi estancia en Benasque y Cerler una experiencia tan agradable ¡Nos vemos pronto!

Enlaces de interés

Hotel Aneto
Gran Hotel Benasque Spa
Hotel El Pilar
Hotel Balneario Baños de Benasque
Hotel Ciria
Hotel Araguells
Hotel Evenia Monte Alba
Apartamentos Los Huertos
Hostal Parque Natural
El Veedor de Viandas
El Fogaril
La Parrilla
La Llardana
Casa Tous
Chongastán
Hotel-Spa Hospital de Benasque