Ya hace tres años que un grupo de jóvenes emprendedores de Madrid se propuso recuperar el antiguo Mercado de abastos del barrio de Lavapiés, que llevaba una larga temporada en estado de abandono. Más de 20 puestos fueron rehabilitados: antiguas carnicerías, pollerías, casquerías, e incluso los propios bares que ya estaban dentro del mercado. Ahora, el Mercado de San Fernando nos permite comprar productos artesanales y de primera calidad para llevar a casa y también consumirlos en el propio recinto, acompañados de vinos y cervezas que se sirven en el mismo lugar.

Un domingo por la mañana, después de recorrer el rastro madrileño, se puede bajar por la calle de Embajadores e ir al encuentro de este mercado que está antes de llegar a la glorieta del mismo nombre. Los puestos abren hasta las cinco de la tarde pero lo normal es que el tiempo se te quede corto. Puedes recorrer los puestos y como están llenos de curiosidades, pasan las horas sin otro reclamo que el hambre y la sed que te llevará a la sección gastronómica.

En San Fernando puedes comprar libros al peso, tomates ecológicos, aceitunas de kalamata, telas africanas, licores nacionales, cervezas con sabor a frambuesa… Es toda una tentación acceder a productos que normalmente no encontramos en otras tiendas o supermercados.

El Mercado tiene también su espacio para la música y el ocio. En su patio central se suelen programar conciertos y, en ocasiones, actividades para adultos y niños. Los más pequeños también tienen su espacio para el juego. Mientras sus padres compran y degustan las especialidades de los distintos puestos, estos corretean y participan en la actividad que se esté llevando a cabo.

En Madrid ha crecido en los últimos años la iniciativa de la recuperación de mercados de abastos tradicionales. Entre ellos podemos visitar: el de San Antón, San Ildefonso, Vallehermoso, La Cebada o Barceló. Cada uno de ellos tiene un aire distinto que también va impregnado del barrio en el que esté situado. El Mercado de San Fernando conserva el sabor de Lavapies, un distrito multicultural, alegre. Sus vecinos tienen ganas de disfrutar de sus calles y de todas las alternativas de ocio que se les proponen.

Los precios son populares, pero si alguien quiere llevarse alguna delicatessen le costará un poco más, aunque existen productos para todos los bolsillos. Lo curioso es ver a los comerciantes que ya estaban en el Mercado tradicional conviviendo con los nuevos emprendedores que apuestan por el consumo tradicional, así como por la agricultura y ganadería ecológicas. Ambos se entienden, se respetan y conviven en armonía desde sus distintos puestos.

Se puede visitar el Mercado de San Fernando durante todo el año. Sus paredes no entienden de frío o calor ni de avances de temporada. El visitante siempre es bienvenido. Lo ideal es hacer la compra entre semana y los fines de semana ir a tomar un aperitivo largo, sin prisas y disfrutando de un ambiente único en el corazón de Lavapiés.