Es posible que sea uno de los coches más famosos y caros del panorama automovilístico a la par que el más deseado por los amantes del coleccionismo. El Rolls Royce y su elegante factura se han convertido en el vehículo ideal en el que los diferentes mandatarios y representantes de las casas reales europeas, la española incluida, se mueven para acudir a una diversidad de importantes actos oficiales. No obstante, si hay algo que llama la atención en cualquier Rolls Royce que se precie es la esbelta imagen elaborada en plata que se alza sobre el capó y que recuerda a una especie de mujer alada. Pues bien, la historia que se esconde detrás de esa imagen parece sacada de cualquier película o novela romántica, pero al leer estas líneas vais a descubrir que la historia es cierta y que aconteció en el siglo XIX. Por cierto, esa figura alada recibe el hermoso nombre de ‘Espíritu del Éxtasis’.

El protagonista de esta historia es John Douglas Scott Montagu, un político conservador inglés al que se considera pionero en el desarrollo y sobre todo difusión de la industria automovilística allá por el año 1880. Noble por naturaleza y miembro del parlamento inglés a una temprana edad, al estallar la Primera Guerra Mundial, Montagu decidió alistarse en la Fuerza Aérea y más tarde convertirse en Asesor de Transportes en la India, país que por entonces pertenecía al Imperio Británico. Fue un hombre curtido, de mente abierta y con unas inmensas ganas por descubrir el mundo que se abría ante él. Se casó con Lady Cecil Kerr y posteriormente con Alice Pearl, las dos mujeres nobles con las que tuvo a los que con el tiempo, se convertirían en herederos de un jugoso patrimonio. Es en este punto donde la historia se vuelve más dramática y propia de un guion hollywoodiense, ya que Montagu nunca quiso a sus mujeres tanto como a Eleanor Thornton, una joven aspirante a actriz que a la edad de 22 años entró a trabajar como su secretaria personal. John y Eleanor se convirtieron en amantes durante muchos años, hecho que pareció no molestar a las mujeres del noble. Se quisieron en secreto a pesar de las habladurías de las gentes y acabaron teniendo una hija que, desafortunadamente y quizá debido a presiones sociales, fue enviada a un centro de adopción.

Y ahora seguro que os estaréis preguntando, ¿qué tiene que ver esta historia con el Rolls Royce? Como ya he dicho antes, por aquella época la industria del automovilismo comenzaba a despuntar y Montagu fue uno de los mayores promotores, además de mecenas. Empezó a frecuentar ferias relacionadas y acabó entablando estrechas relaciones con diferentes casas automovilísticas, entre ellas Rolls Royce, un vehículo que ya empezaba a levantar pasiones en las altas esferas de la época. El escultor Charles Robinson Skyes, conocido de Montagu y uno de los pocos testigos de la secreta y apasionada historia de amor que mantenía con Eleanor, se ofreció a materializar esa pasión realizando una escultura de la mujer. Eleanor aceptó y posó durante días hasta que le obra estuvo terminada. Fue entonces cuando Montagu tuvo la idea de que esa pequeña escultura acompañara a todos los Rolls Royce que empezarían a fabricarse años después. 1909 fue el año en el que ‘La mujer alada’ o ‘El espíritu del éxtasis’ empezó a acompañar a los diversos modelos de Rolls Royce que empezaban a aparecer en el mercado.

¿Y qué ocurrió con los protagonistas de esta historia? Uno de los últimos datos que se tienen de John y Eleanor como pareja data de 1915, año en el que iniciaron un viaje en barco a través del Mediterráneo para llegar a la India. A mitad del viaje, el barco fue atacado por un torpedo alemán y se hundió, llevándose la vida de Eleanor y otras cien personas. En cuanto a Montagu, fundó una de las primeras revistas de automovilismo que se conocen y siguió trabajando por la promoción de los vehículos en Inglaterra hasta su muerte, en 1953.