Del exterior al interior, del espacio público al espacio privado y específicamente, al espacio del Museo, el reconocido artista francés Daniel Buren propone un recorrido de sombras, reflejos, luz y color.

A lo largo de su trayectoria artística, Buren ha definido su trabajo a partir de la noción in situ: una pieza realizada para ser apreciada, recorrida e incluso, destruida en un lugar particular. Se trata de un trabajo definido por la arquitectura, el paisaje, el espacio y por la gente que lo circunda.

En esta ocasión, Buren presenta un nuevo trabajo, realizado específicamente para el Museo de Arte Moderno de Bogotá. Sus pórticos y círculos de colores traslúcidos interactúan con los cambios lumínicos del espacio, generando reflejos y sombras que intervienen el espacio y exponen la arquitectura del lugar. Con un recorrido controlado hacia el interior del Museo, y a través del uso de filtros de color, junto con sus reconocidas rayas de 8,7 cms de ancho, el artista revela un elemento indómito e inconstante, pero siempre presente en el espacio: la luz natural.

Esta obra confronta al espectador con un espacio conocido y lo invita a explorar el lugar con nuevos ojos, demostrando que su interacción con el entorno no se limita a la percepción visual. La luz, la sombra y el color -frecuentemente asociados únicamente al sentido de la vista- son también condiciones espaciales y determinan la manera en que asumimos o enfrentamos un espacio determinado.