El visitante que se asoma a la ciudad romañola de Rímini va penetrando en un ambiente de la memoria, de testimonios que atraviesan los siglos en lugares que permanecen cercanos entre sí: desde de la época imperial romana —con imborrables huellas como el puente de Tiberio y la casa del Cirujano—, el «Trescientos» pictórico riminés, el Castillo Malatestiano y el Templo Malatestiano —una obra maestra del Renacimiento de Leon Battista Alberti—, el Teatro Galli —inaugurado por Giuseppe Verdi—, hasta los rincones que rememoran al genial cineasta Federico Fellini, cuando se cumple el centenario de su nacimiento en la ciudad apodada «la perla del Adriático», convertida en la «provincia universal» de Fellini.

Fiel a la afirmación de Fellini, «Rímini es una dimensión de la memoria», la placentera localidad no podía quedarse atrás ni dejar de ponerse al día. ¿Y cómo lo hace? Pues, destinando su patrimonio histórico a las nuevas manifestaciones creativas del arte. El más reciente ejemplo lo constituye la inauguración del museo Part ubicado en el conjunto monumental formado por el Palacio del Arengo (siglo XIII) y el Palacio del Podestá (siglo XIV), los dos vetustos edificios que imperan en la céntrica y espléndida plaza Cavour, alcanzando una perfecta armonía entre la arquitectura medieval y el arte contemporáneo.

La intención de esta risueña ciudad se traduce en una trayectoria de proyectos ya ultimados, como la sorprendente apertura de los Palacios del Arte, el nuevo museo que acoge el núcleo permanente de la colección de obras maestras contemporáneas, fruto de las donaciones de artistas, coleccionistas y galeristas a la Fundación San Patrignano, para sostener a la comunidad del mismo nombre.1 Cabe mencionar que esta colección, constituida por los trabajos de afirmados artistas de ámbito italiano e internacional, sigue en continuo incremento desde 2017.

Compaginar una colección del arte más actual con los muros históricos del patrimonio riminés fue el reto principal para el complejo proyecto de este flamante museo, a cargo del arquitecto Luca Cipelletti, con el objetivo de atraer a todos los públicos. De hecho, el interior de los medievales palacios del Arengo y del Podestá se encontraban en un inmerecido estado, contrastando con la edad de sus prometedoras fachadas.

Así pues, era primordial recuperar los elementos originales más significativos y llevar a cabo las intervenciones de modernización técnica, instalaciones, pinturas, así como nuevas carpinterías, con un logrado resultado de una síntesis entre funcionalidad y respeto histórico para el montaje de la prestigiosa colección contemporánea, comisariada por Clarice Pecori Giraldi. La colección está formada por unas 70 obras que afrontan temas clave como la marginación, el malestar social, la acogida y el renacer. La generosa donación aúna artistas de la talla de Mario Airò, Vanessa Beecroft, Sandro Chia, Enzo Cucchi, Nicola de Maria, Damien Hirst, Emilio Isgrò, William Kentridge, Igor Mitoraj, Mimmo Paladino, Tullio Pericoli, Michelangelo Pistoletto, Mario Schifano, Julian Schnabel, Ettore Spalletti, Grazia Toderi y Francesco Vezzoli, entre otros. Merece atención especial la obra site-specific de David Tremlett, realizada con la ayuda de los muchachos de la comunidad San Patrignano. Toda la puesta en escena se ha ido adaptando a las proporciones arquitectónicas.

La planta baja se ha destinado a la cafetería y a la taquilla, de donde inicia el recorrido museal. Se prosigue en las dos salas del Podestá, dedicadas completamente a la exhibición de las obras. Mientras, en la planta superior, en la sala del Arengo, la galería gira alrededor del imponente fresco del Juicio Universal realizado por Giovanni di Rímini. Desde la entrada se obtiene una percepción del volumen en su totalidad, iluminado por la claridad natural de las políforas, y se va descubriendo las obras expuestas. Por el lado luminoso de las ventanas, lucen las esculturas; el otro, hacia el norte, se presenta más idóneo para las obras pictóricas y fotográficas, que necesitan una luz más suave. En la sala siguiente, la colocación se revela con gran simplicidad, con la idea de exponer la colección completa, adornada con los elementos decorativos de madera de roble.

Como subraya el alcalde de Rímini, Andrea Gnassi, refiriéndose a la apertura del Part:

Esto sucede en Rímini, un lugar percibido desde hace años como símbolo de una contemporaneidad instantánea. En el Part se concentra una Rímini, nueva y al tiempo antigua. Con procesos de regeneración urbana, en donde el arte, la cultura y la creatividad constituyen los motores de un desarrollo fundado por fin en las relaciones y en el concepto más noble de comunidad.

Lo cierto es que el Part, lejos de ser un simple contenedor de arte, activa nuevas redes de significado que brindan al visitante una experiencia única suscitando inesperados puntos de vista.

Nota

1 La Comunidad San Patrignano es una comunidad terapéutica gratuita de recuperación para los drogadictos en Italia, fundada en 1978 por Vincenzo Muccioli, cuyo retrato preside en el Part.