El análisis de la realidad más inmediata que rodea a occidente y su dimensión sociológica costumbrista se expresan de formas muy diferentes en las exposiciones que acoge La Casa Encendida desde el pasado 13 de febrero.

"Contando con la gente", de Neïl Beloufa, y "Generación 2015", de diversos jóvenes talentos españoles, son las dos exhibiciones del lugar que podemos disfrutar en Madrid hasta el día 5 de abril.

La primera de ellas, "Contando con la gente", está producida por ICA Touring Program y The Institute of Contemporary Art of London en colaboración con la Casa Encendida. En ella, Beloufa, artista francés de origen argelino, se sirve de las técnicas audiovisuales y escultóricas para generar lugares o espacios extraños con los que conseguir una mirada a la sociedad actual.

El autor tiene como objetivo evaluar la influencia de los interfaces del mundo contemporáneo y de la tecnología digital como herramientas para modificar los aspectos de la vida y de la comunicación interpersonal. Mediante vídeos como Vengeance (Venganza, 2014), World Domination (Dominación Mundial, 2013) y Data for Desire (Datos para el deseo, 2014) NeÏl Beloufa pretende que el espectador tome conciencia de la realidad diaria que le rodea.

Junto a estas presentaciones audiovisuales, proyectadas sobre pantallas poco habituales como la superposición de dispositivos de distintos tamaños o en superficies rugosas de metal y resina, se encuentran piezas escultóricas de arte moderno y diferentes materiales que ejemplifican nuevamente ese costumbrismo actual.

Por otra parte, "Generación 2015" representa un escenario que, si bien pretende nuevamente hacernos reflexionar sobre el mundo que nos rodea y sobre la consideración del arte moderno, es totalmente diferente. Los espacios amplios, las luces blancas y la mezcla de las piezas artísticas de diversos autores son los elementos esenciales de la exposición.

Llama la atención el escenario presentado por Cristina Garrido bajo el título #Jwiitmtesdsa? (2015). En un pequeño espacio de paredes blancas, la autora expone una serie de elementos habituales como un ventilador o una planta y lo acompaña de una pequeña pantalla donde el espectador puede escuchar un vídeo mediante auriculares.

Su producción audiovisual se basa en una consecución de imágenes de exposiciones y de testimonios que pretenden dar respuesta a la consideración del arte moderno y de su expresión en las salas occidentales. Para la autora, la manera de colocar las obras, la capacidad que tienen de ser fotografiadas o incluso el ambiente de la sala, son componentes clave para que una exposición sea exitosa.

Sobres sin abrir de hace unas décadas, tiendas de campaña colgadas del techo e incluso el concepto de ‘norte’ representado en una brújula son otras de las obras que podemos encontrar en esta exposición múltiple, un plan muy acertado si queremos reflexionar sobre nuestro entorno.