Una sociedad democrática debe fomentar un pensamiento crítico que incluya la autocrítica constante. De lo contrario, la democracia no podrá sobrevivir. Hans Haacke

El Museo Reina Sofía presenta una de las muestras más esperadas de la temporada, la dedicada a Hans Haacke (Colonia, 1936). Ha sido comisariada por Manuel Borja- Villel, director del Museo, y recoge una extensa visión de su obra, convirtiéndose en la más completa que sobre Haacke se ha organizado hasta ahora.

Al artista alemán se le considera uno de los principales representantes de la llamada crítica institucional surgida a finales de los años sesenta. Su trabajo se ha caracterizado por lo crítico que ha sido con el uso comercial que se ha hecho del arte y del artista. Su obra, siempre polémica, ácida y crítica con lo establecido, se ha censurado en varias ocasiones, e incluso, algunas de sus exposiciones han sido canceladas antes de la apertura por las propias instituciones que las organizaban. El trabajo de Hans Haacke explora los mecanismos de construcción y transmisión a través de la “institución” como estructura reguladora de todas las dinámicas económicas, artísticas, políticas y sociales.

Para esta ocasión se han reunido cerca de cuarenta obras que abordan las principales preocupaciones que jalonan la trayectoria de Haacke, desde el mercado y los efectos de la globalización, hasta las relaciones entre arte y poder. Muchos de estos trabajos son instalaciones de gran formato, que están compuestas, a su vez, por multitud de obras (fotografías, collages, documentos u objetos cotidianos). Por otro lado, se han reproducido trabajos históricos y emblemáticos de la carrera del artista, como Grass Grows (1967-69), News (1969-70), o Global Marketing (1986-2011), en un intento no de reexponer su obra previa y de hacer una retrospectiva al uso, sino de “reestrenar” (como apuntan Alexander Alberro y Nora M. Alter en el catálogo) sus obras anteriores. Para Castillos en el aire Haacke ha seleccionado cuidadosamente los trabajos teniendo en cuenta las condiciones específicas del presente, ajustándose al contexto actual y local. Ha valorado el espacio físico, es decir, las salas donde expone, el lugar (Madrid, España), la época (principios de 2012) y el marco social (la crisis más profunda que ha vivido España desde la transición democrática de finales de los setenta).

La exposición se divide en dos ámbitos interconectados entre sí: uno con obras realizadas entre 1967 y 2011 y otro que alberga el nuevo proyecto del artista, Castillos en el aire (2012) que da título a la exposición. Esta obra es el núcleo de la muestra, se ha creado específicamente para el Reina Sofía y su temática se centra en la explosión de la burbuja inmobiliaria y cultural en España.

Castillos en el aire, el nuevo proyecto de Hans Haacke
En 2011 Haacke visita Madrid y su periferia, conoce el Ensanche de Vallecas y la Gran Vía del Sureste. Allí, en un descampado monumental, encuentra un núcleo urbano formado por esqueletos arquitectónicos abandonados tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. El artista descubre unas calles dentro de un paisaje que, como comentan Silvia Herrero y Chema García–Pablos en uno de los textos del catálogo, “bien podría calificarse de ruina urbana”. Las calles, casi despobladas, responden a nombres de artistas y a movimientos del siglo XX relacionados con el mundo del arte: por ejemplo, calle “Arte conceptual”, calle “Arte pop” o calle “Chillida”. El contraste entre las características de estos lugares y sus nombres sugiere un proceso y unas expectativas cuando menos truncadas. Allí, en el espacio del Ensanche de Vallecas, el artista encuentra elegantes farolas, numerosos solares y algunos edificios, pero todo está prácticamente desierto. Calles fantasmales, edificios sin terminar…, cuando alguien llega hasta allí, lo primero que contempla son los esqueletos de dos rascacielos a medio construir. Alexander Alberro y Nora M. Alter lo apuntan en uno de los textos del catálogo: “El título Castillos en el aire posee un significado literal y otro metafórico. Los dos rascacielos coronan este suburbio desolado que recuerda a los castillos medievales de los campos españoles, construcciones en ruinas que sólo conservan la torre”.

La instalación que alude a esta experiencia, ocupa dos espacios contiguos. Nada más entrar, el visitante se sorprende con una proyección inmensa sobre una pared de más de 35 metros de largo. Estas imágenes de gran formato fueron filmadas con una cámara desde el lateral de una furgoneta que recorría cada calle del ensanche de Vallecas, a velocidad de paseo. En el extremo opuesto a la proyección y enganchadas a una fina cuerda con pinzas de la ropa, cuelgan numerosas fotografías. Las imágenes “puestas a secar” fueron realizadas por el artista y retratan el Ensanche de Vallecas. El espacio contiguo alberga obras de diferentes autores que ilustran cada uno de los estilos artísticos a los que hacen referencias las calles. Así, “Arte conceptual” se acompaña de la pieza de Joseph Kosuth, One and Three Chairs (1965); o la calle del “Arte pop” se confronta con la obra Knives (1982), de Andy Walhol; la del “Hiperrealismo” con Cabinas Telefónicas (1967), de Richard Estes; o la calle “Chillida” con la obra Topos I (1984) del autor donostiarra. También hay trabajos de Antonio López Torres (calle Arte figurativo); Donald Judd (calle Arte minimal); Benjamín Palencia (calle Escuela de Vallecas); Jo Bear (calle Arte Abstracto) y Max Pechstein (calle Arte Expresionista). Junto a cada una de estas obras se exhibe una fotografía, tomada por el propio Haacke, en la calle correspondiente, con información de los edificios allí construidos.

En el centro de la sala, un conjunto de documentos suspendidos de hilos invisibles, se asemeja por la forma a un “castillo en el aire”. El viento producido por un ventilador hace oscilar los papeles y alude a la fragilidad de la construcción y al título de la muestra. En realidad se trata de decenas de escrituras de fincas inscritas en el Registro de la Propiedad. En ellas se recogen datos de los titulares, las cargas y los extremos de las hipotecas. Estos documentos se mezclan con imágenes de la publicidad utilizada por las inmobiliarias para vender las viviendas y con planos de los inmuebles construidos.

Un recorrido por las instalaciones más emblemáticas
En la exposición se puede contemplar la famosa serie sobre el creador del Museum Ludwig de Colonia, Der PralinenMeister (“El maestro chocolatero”, 1981), que analiza el modo en que el coleccionista de arte y fabricante de chocolate alemán, Peter Ludwig, empleó el capital cultural acumulado gracias a sus prácticas artísticas filantrópicas, para acceder a nuevos mercados y evadir impuestos. El fabricante, a través de las donaciones de obras de arte y de la promesa de préstamos y cesiones, intentó determinar las programaciones y los nombramientos profesionales de los museos públicos.

The Invisible Hand of the Market (“La mano invisible del mercado”, 2009), un brazo cinético que se mueve hacia atrás y hacia delante, alude al término “mano invisible”, que acuñó el economista Adam Smith en su tratado Riqueza de las naciones (1776). En esta obra Haacke alude a algunos economistas y al influyente diario The Wall Street Journal, partidario de una doctrina neoliberal a ultranza.

Hans Haacke dedica toda una sala a denunciar las actividades llevadas a cabo por Sol Goldman y Alex DiLorenzo, quienes controlaban la mayor parte de las propiedades inmobiliarias de Manhattan. En un momento determinado, la policía de Nueva York investigó posibles vínculos de los promotores con el hampa neoyorkina. En 1971 esta instalación fue censurada por el Guggenheim de Nueva York y el comisario de la muestra fue obligado a dimitir. A consecuencia de este hecho, más de un centenar de artistas se comprometieron a no exponer su obra en este Museo hasta que no se sustituyera a los responsables del mismo.

Varios de los trabajos de la muestra que se exhibe en el Museo Reina Sofía hacen referencia a los mecanismos de representación, para los que Haacke se sirve de los gráficos que usa la sociología o el urbanismo. La pieza Poll (“Encuesta”, 1970-2012) se ha instalado en una sala con cuatro ordenadores donde se invita al visitante a contestar a 20 preguntas. El cuestionario interroga acerca de cuestiones personales (edad, tendencia sexual…) y de carácter social y político relacionadas con la situación española actual (¿A qué partido votó usted en las últimas elecciones generales? ¿Hasta qué punto cree usted que la población inmigrante es responsable de la situación económica actual? ¿Cree usted que se deberían encausar los crímenes del franquismo? o ¿Cuál es la medida más importante que se debería adoptar para combatir la crisis?...). Los datos estadísticos se van actualizando y aparecen recogidos en una proyección sobre la pared. Con esta pieza, Haacke invita a los visitantes a participar en la creación de las obras y subraya el papel de diálogo con el público.

Se ha reconstruido la obra News (“Noticias”, 1969-70), compuesta por una impresora que va escupiendo en papel continuo informaciones relacionadas con la crisis económica y la situación política, que son emitidas por setenta medios de comunicación procedentes de todos los rincones del mundo. Grass Grows (“La hierba crece”, 1967-1969) ha sido presentada por el artista en varias ocasiones a lo largo de su carrera. Se compone de un cúmulo de tierra donde crece la hierba que funciona como contrapunto orgánico a los flujos económicos, sociales y políticos en los que se centra la obra de Haacke.

En Cowboy with Cigarette (“Cowboy con cigarrillo”, 1990) se hace referencia al primer grupo de empresas tabacaleras, Philip Morris, que patrocinó una exposición de Picasso y Braque en el MoMA. Para esta instalación, Haacke recrea un par de obras del artista malagueño y elabora un collage con recortes de periódico que hacen referencia a los riesgos de consumo de tabaco, el patrocinio artístico y documentos internos de la empresa Philip Morris.

Global Marketing (“Marketing global”,1986) analiza el modelo de la compañía Saatchi & Saatchi basado en el lanzamiento de una única estrategia, nombre de marca y campaña publicitaria para todo el mundo y en concreto su acción en Sudáfrica. Hay que mencionar el conjunto de fotografías realizadas por el propio Haacke entre 1959 y 1982, pertenecientes a su colección particular y que se exponen ahora por primera vez. Éstas muestran a lo largo de todo el recorrido la relación entre la organización natural y la cultural, y suponen críticas hacia diferentes hechos.

Hans Haacke o la denuncia del sistema
Haacke estuvo vinculado al grupo Zero de Düsseldorf, un colectivo de jóvenes creadores que, a finales de los años cincuenta, se caracterizó por la búsqueda de nuevas estrategias artísticas. Sin embargo, muy pronto encontraría sus propios caminos. Partiendo de elementos naturales (el hielo, la tierra, el agua, el aire), creó estructuras complejas en las que el tiempo, la energía y el espacio adquirían formas transitorias, de modo que no obtenía piezas convencionales de exposición, sino procesos que él llamaba Realzeitsysteme (sistemas en tiempo real). De la experimentación con sistemas físicos pasó al sistema animal, para pasar luego, a finales de los años sesenta, a investigar sistemas sociales en tiempo real, a través de procesos que integraban al espectador en la obra mediante encuestas y estudios. Aunque sus trabajos han sido frecuentemente polémicos, el artista ha expuesto en los más importantes museos, entre ellos la Tate o el Pompidou, que poseen también algunas de las principales obras del autor. En España ha estado presente en diversas muestras colectivas, además de la individual que la Fundación Tápies le dedicó en 1995.

Hans Haacke estudió en la Staatliche Werkakademie de Kassel (1956-1960) y en la Tyler School of Art de la Universidad Temple en Filadelfia (1961-1962). Ha obtenido importantes becas y premios. Desde 1963 ha simultaneado su actividad artística con la pedagógica. Esta labor le ha llevado a merecer, asimismo, distinciones como el doctorado Honoris causa por la Universidad Bauhaus de Weimar. Actualmente es profesor emérito en la escuela Cooper Union de Nueva York, en la que impartió clases entre 1967 y 2002.

Catálogo
Con motivo de la exposición, el Museo Reina Sofía editará un catálogo, en inglés y en castellano, donde se recoge la trayectoria del artista e imágenes del proyecto realizado específicamente para el Museo. La publicación contará con una introducción de Manuel Borja-Villel y Teresa Velázquez, y textos de Alex Alberro y Nora M. Alter, Marta Buskirk, Vicenç Navarro, Silvia Herrero y Chema García–Pablos.

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