Francisco García Rosas "Puyol Rose", es un joven fotógrafo nacido en la ciudad de México el 20 de Febrero de 1987.

Me cuenta que desde pequeño tomaba las cámaras de sus padres para poder hacer tomas que le gustaban. "Claro, casi siempre echaba a perder el rollo y era regaño seguro".

Estudió ingeniería en la Universidad Autónoma Metropolitana, pero su interés en la fotografía lo lleva a cambiar el rumbo profesional, iniciando estudios formales de fotografía en 2010 con Alfonso Romero y con el maestro Carlos Alcázar, entre otros.

"Siempre fui muy analítico y observador en todo lo que me rodea, esas ganas de aprender, ver, preguntar, encontrar mi ojo (mi forma de ver o percibir) hasta mi forma de expresarlo de modo que cause algún efecto en quien lo mire".

Me comenta que su estilo es muy libre: aventuras, personas, rostros, viajes, en la ciudad, etc. "Siempre hay algo que me atrapa, me jala y atrae. Veo siempre algo artístico, así es que puedo decir que en la naturaleza, en la gente, en el mismo cosmos, hay arte".

Su reto al desenvolverse en el medio de la fotografía artística en México es enfrentar la desvalorización de su trabajo y la falta de apreciación artística, pero considera que su mayor reto día a día es superarse, escuchar y aprender de diversas experiencias, y de las historias de grandes maestros fotógrafos... independientemente de las complejidades inherentes a su profesión.

Como todo artista, su meta es generar pasión en la gente que mira su trabajo, transmitirles sentimientos y propiciar atracción y amor por el arte.

Otras de sus grandes pasiones son la música y los viajes de aventura. Ha recorrido los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl en busca de encontrarse a sí mismo en la inmensidad de los paisajes donde se desvanecen los límites y se respira la majestuosidad y perfección de la naturaleza, al igual que el desafío de escalar a bajas temperaturas y con condiciones climáticas que ponen a prueba la resistencia física y perseverancia humana.

Puyol Rose ha expuesto su trabajo en diferentes exposiciones colectivas y ha vendido obras en diversas subastas, siendo las subastas organizadas por la fundación México Vivo (organización que busca promover una sexualidad con salud entre la población mexicana) de su muy particular interés por la empatía que siente con la finalidad de empatar el arte y su comercialización canalizándolo a acciones que promuevan la filantropía.

El trabajo de este fotógrafo nos muestra una visión de lo cotidiano, en donde se resaltan elementos simples y triviales, que nos llevan a dar una lectura específica y muy personal de un momento común. Es como ver un mismo semáforo pero en universos paralelos, en donde cada quién, de acuerdo a su contexto personal, tiene un diferente sentimiento promovido por los claroscuros y matices que se encuentran en la imagen. Y es ahí en donde se diferencia la fotografía artística de la publicitaria. Esta última nos propiciar salir a hacer o adquirir determinado producto, mientras que la fotografía artística nos lleva a rascar nuestro interior para analizar los sentimientos que nos genera una imagen, figura o forma.