Para su primera exhibición individual en el Perú, avaf –actualmente habiendo asumido un formato ‘unipersonal’ liderado por Eli Sudbrack– presenta una selección de obras recientemente encargadas y trabajos ya existentes en las dos salas de exhibiciones temporales de MATE, así como en el patio exterior del museo, revelando de esta forma los desarrollos más recientes de su práctica artística. Al igual que en proyectos anteriores, el título de la exhibición, abstracto viajero andinos fetichizados, proviene de una derivación ligeramente disparatada del acrónimo del grupo que alude, lúdicamente, a algunas de las ideas que influencian la obra presentada. El diálogo con el contexto local, otra importante característica de proyectos anteriores, se materializa en la instalación de la Sala de Exhibiciones Temporales I. Sin embargo, mientras que en el pasado este diálogo estaba mucho más enfocado en narrativas individuales y en el comentario crítico de ciertos temas de actualidad –como la ‘guerra contra el terror’ de George W. Bush o la represión de la vida nocturna neoyorquina realizada por el exalcalde Rudy Giuliani– abstracto viajero andinos fetichizados parece representar un alejamiento de este enfoque temático, desplazándose más bien hacia el replanteamiento y la síntesis de algunos aspectos que han caracterizado la producción de avaf desde sus inicios.

El diálogo con la cultura peruana emergió de manera más o menos accidental, durante un viaje de investigación a Lima realizado por Sudbrack, en el que visitó el Museo Amano y se encontró con sorprendentes ejemplos de textiles precolombinos. El artista se sintió particularmente atraído por los audaces esquemas de colores y por los patrones geométricos utilizados por la cultura Wari, donde identificó extraordinarias correspondencias con el propio trabajo de avaf. La cultura Wari surgió alrededor de 680 AC y se expandió desde los Andes centrales hasta la costa del Perú, gobernando este vasto territorio durante 300 años (800 años antes de los Incas), para finalmente desaparecer por causas desconocidas. La abundancia de color ha sido siempre un rasgo característico de la obra de avaf, y en los textiles Wari logró encontrar numerosas resonancias en términos de paleta y combinación de colores. Es como si, más allá de la inmensa distancia geográfica y temporal que separa esta cultura precolombina del artista, hubiesen encontrado una manera convergente de comunicarse a través del color.

De una manera muy típica, la pieza central de la instalación que ocupa la Sala de Exhibiciones Temporales I consiste de un conjunto de cuatro alfombras producidas en colaboración con Elvia Paucar Orihuela, tejedora de San Pedro de Cajas, quien aprendió el oficio de su padre, el Gran Amauta Santiago Paucar, uno de los maestros tejedores más reconocidos de la región. avaf creó los diseños de las alfombras combinando algunas de las formas encontradas en los textiles Wari con elementos de su propio trabajo. Luego Elvia las tejió a telar utilizando la técnica heredada de su padre.

La primera incursión de avaf en cuanto al significado y potencial del color dentro de su propio trabajo señala, sin duda, a un movimiento de reevaluación del rol que cumplen ciertos elementos en su práctica y la exploración de caminos desconocidos que pueden llevar su trabajo hacia nuevas direcciones. Un movimiento similar puede encontrarse en la Sala de Exhibiciones Temporales II, donde se muestra un programa de video de dos horas que contiene imágenes capturadas por Sudbrack a lo largo de veinte años, junto con una selección de videos cortos. El programa, que reúne más de 60 clips grabados con cámaras de celular, ofrece una mirada casi arqueológica sobre la amplia gama de referencias que ha nutrido su producción artística a lo largo de los años, así como un registro amateur de algunas de sus obras más icónicas y las muchas fiestas y performances que se llevaron a cabo en sus instalaciones.