Ignacio Pinazo (València, 1849-Godella, 1916) abrió un espacio nuevo para el tratamiento del naturalismo, la luz y la investigación. Con sus toques y pinceladas ágiles que transmitían una realidad en movimiento, definió un estilo personal caracterizado por las formas libres y la defensa de la autonomía del arte que reivindica la experiencia y la interpretación a partir de su aspecto inacabado.

En este camino hacia un determinado realismo que anunciaba la independencia artística y la superación de estereotipos académicos, la expresión plástica sigue la vía abierta por los defensores de la sensibilidad moderna como el poeta Charles Baudelaire, que reclamaba el valor de “lo transitorio, lo fugaz”, evitando las formas existentes. Este espíritu de modernidad implicaba un salto hacia el futuro que se plasma en la búsqueda de la innovación, en la pretensión de una autonomía respecto a las instituciones y las valores estéticos aceptados. La voluntad de representar el mundo actual requería buscar nuevos caminos en la práctica artística.

La obra de Ignacio Pinazo interpreta ejemplarmente este nuevo orden incorporando las nuevas técnicas y temas, y adquiriendo un progresivo dinamismo que le otorga un lugar privilegiado en el desarrollo de la pintura realista y su estudio de la luz y el movimiento. En esta nueva presentación de los fondos que posee el IVAM se enfatiza este cambio de sensibilidad centrado en las propuestas visuales de Pinazo, que consiguió superar la tradición académica y conciliarse con el pensamiento y los descubrimientos de su época.