ADN Galería presenta el próximo 30 de junio “Al final de todos los sueños humanos no hay más que polvo”. Una exposición que pone en diálogo la obra de Núria Güell (Vidreres, 1981) & Levi Orta (La Habana, 1984) y Adelita Husni-Bey (Milán, 1985) bajo la curaduría de Juan Canela (Sevilla, 1980). Los proyectos, distantes en muchos aspectos pero colindantes en su esencia, se reúnen bajo un mismo denominador común: la voluntad de desafiar convenciones preestablecidas apostando por diversas alternativas de futuro.

Sostiene Marina Garcés (Barcerlona, 1973) que “lo que realmente nos desconecta del futuro o nos hace tener una relación de pérdida de control sobre éste es, precisamente, la imposibilidad de imaginar, y por lo tanto de tener una relación directa con las consecuencias de nuestra propia acción, tanto lo que hace uno como lo que hacemos en común.”

“Experimentar nuestra interdependencia, experimentar el nosotros como dimensión de nuestra propia existencia, es una vía para reconquistar el mundo.” Vivimos unos tiempos en los que predomina una especie de fuerza vulnerable imprescindible para tal reconquista. Una fuerza, en palabras de Juan Canela, que solo afecta porque es afectada y que es hija de aquella debilidad existencial descrita por Tiqqun como el Bloom, que es veneno y antídoto, que te lanza al fondo para volver a tomar impulso y romperlo todo.

Canela nos habla de esta fuerza vulnerable fluida, indeterminada, extraña, contradictoria y mutante. Una fuerza que nace de la aparente imposibilidad de cambiar el mundo, de sentir que nada de lo que hagamos tendrá una consecuencia en nuestro entorno. Esta fuerza, que discurre cómoda por espacios desdibujados, se hace consistente en prácticas híbridas que cabalgan distintos ámbitos de acción y reflexión. Prácticas como las propuestas de Núria Güell & Levi Orta o los proyectos de Adelita Husni-Bey, artistas que transitan entre el activismo y el arte haciéndose fuertes en sus paradojas, circulando entre el pensamiento crítico, la pedagogía o la acción directa para generar proyectos que, implicando a distintos actores en sus desarrollos, inciden en diversas capas de los procesos de cambio políticos y sociales.

El título de la exposición toma prestadas las palabras de Federica Montseny (Madrid, 1905 – Toulouse, 1994). Sindicalista, anarquista y escritora de novelas, fue la primera mujer en ejercer un cargo ministerial en España, en el marco de la II República. Montseny estaba convencida de que una de las mejores herramientas para la transmisión de ideas y conocimiento era la literatura, siendo así que siempre defendió que la estética y la ética en las producciones libertarias perseguían el mismo fin. Lo mismo sucede con estos proyectos que destilan un aroma libertario en continua búsqueda de ese complejo equilibrio. Un lugar complicado en el que consiguen mantener una posición coherente y ética en el mundo del arte desde una firme posición política. Surgen entonces una serie de propuestas artísticas que conllevan una implicación que va más allá de lo estético o intelectual abordando lo personal. Sin titubeos, Güell & Orta y Husni-bey se entregan a las problemáticas que abordan para “revolverse en el fango y cambiar la realidad circundante.”

El futuro, lo que está por venir, ha sido últimamente uno de los temas más abordados por pensadores, críticos y agentes culturales. Muchos se han planteado la posibilidad de imaginar formas de vida alternativas a la moderna máquina colonial capitalista. Muchos han pensado en cómo virar el rumbo errático que hemos dibujado para el planeta. Para esta exposición en ADN Galeria, Juan Canela ha reunido varios proyectos recientes de estos artistas que, de algún modo, se proyectan hacia el futuro generando un diálogo entre prácticas que a veces se tocan y a veces se distancian pero que, sin duda, se entienden.

La estética de un mapa inmobliario (2017), de Núria Güell & Levi Orta, aborda la cuestión migratoria, la guerra y el derecho a la vivienda en este mundo globalizado. Este proyecto, que se desarrolló durante un año en el MiMA Middlesbrough Institute of Modern Art, recoge el testimonio de varias familias de refugiados sirios de la zona de Teesside (foco de asentamiento de refugiados, en el noroeste de Inglaterra) y de algunos de los voluntarios que tratan de ayudar en esta complicada situación. La potencia poética de las palabras de estas familias exiliadas que describen los hogares que han dejado atrás al huir de la guerra son una demostración de este delicado equilibrio que persiguen el arte y la cultura – a veces desde posiciones un tanto paternalistas – en abordar complejas situaciones sociales. De este modo, Güell & Orta no se limitan a examinar la problemática en cuestión, sino también el papel que pueden (y deben) jugar los agentes culturales en esta crisis.

En este proyecto ambos artistas aplican la que denominan metodología de la “réplica analítica”. Desarrollada por ellos mismos, esta mecánica consistente en reproducir, dentro del marco artístico, los fenómenos existentes en lo social o en lo político. Tal reproducción actúa como una lente de aumento que permite analizar desde una perspectiva crítica los matices y conexiones de lo que demasiadas veces, por interiorizado, se normaliza. De este modo, el proyecto culmina con la compra de una de estas tantas propiedades que los ciudadanos sirios han tenido que dejar atrás para establecer una sucursal del MiMA allí.