Channa Horwitz sentó las bases de su característico lenguaje formal en una etapa temprana de su carrera, conservando dichos principios artísticos durante más de cincuenta años, hasta su muerte en 2013. A partir de comienzos de los años sesenta, una época en la que trabajaba en la periferia de una escena artística cuyas modas dejaron su obra relativamente incólume, Horwitz produjo un corpus de trabajo de marcada independencia que se expresaba en ciclos de obras y notaciones, en su mayoría en forma de dibujos que seguían las mismas reglas básicas y que describían la realidad a través de la abstracción. Horwitz se propuso crear “un mundo aparte de ritmo visual” que fuera igualmente válido en todas las formas de arte. Su interés principal era abordar el espacio y el tiempo como una unidad indivisible, un tema que parece cada vez más actual dada la creciente relevancia de lo virtual.

Esta primera exposición individual institucional de Horwitz en España reúne sus principales grupos de obras y muestra cómo transpuso sus sistemas de signos a otros géneros como la pintura, la escultura, la instalación y la performance. El proyecto se centra en la realización espacial y performativa de tres series clave: Language Series (1964/2003-2011), Sonakinatography (1968-2011) y su periodo creativo tardío (después de 1980).

La exposición comienza presentando los principios básicos de estas series y cómo fueron aplicados a través de elaboraciones cada vez más complejas y sofisticadas que se basan de manera sistemática en el número ocho y en un reducido número de instrucciones. Tanto en sus notaciones compuestas en papel milimetrado estándar como cuando desarrolla un lenguaje abstracto que se materializa en forma de círculos negros y rectángulos en una cuadrícula naranja, Horwitz juega con las posibles variaciones visuales en el plano pictórico, en el espacio y en el tiempo.

Language Series y Sonakinatography son series especialmente significativas dentro de la obra de Horwitz. No solo se encuentran entre los primeros grupos de obras de las que se derivaron todos los trabajos posteriores, sino que, además, la artista continuó trabajando y desarrollando estas dos series de forma intermitente a lo largo de toda su carrera. En sus años de madurez, Horwitz animó a los artistas más jóvenes a producir nuevas interpretaciones musicales y coreográficas de sus primeras composiciones de la serie Sonakinatography. Y también fue en la última etapa de su vida cuando abrió nuevos caminos desarrollando combinaciones libres dentro de los parámetros de Language Series, transfiriendo las imágenes del papel a las paredes y al espacio, antes de tratar finalmente este ciclo, asimismo, como una partitura que podía ser activada en el tiempo.

Hay un aspecto lúdico en muchos de los procesos de Horwitz, con el cual la artista parece buscar contrarrestar su necesidad de lograr el máximo control posible. Ella misma se impone reglas para poder romperlas cuando sea necesario. O bien aplica un sistema sin una coherencia completa, como en el caso de las Language Series (aunque el sistema existe aun cuando su implementación sea meramente esporádica); o bien repite una versión tan a menudo y con tantas iteraciones, como en algunas de las composiciones de la Sonakinatography, que sus variaciones internas socavan el sistema.

Las principales obras realizadas por Horwitz en la década de los setenta fueron variaciones de la Sonakinatography Composition III, que fue adaptada para ser ejecutada como espectáculo lírico, de danza y sonido. Pocas obras, entre ellas por ejemplo Composition # III: Poem Opera for 8 People (1968), esbozan de manera concreta la situación performativa, siendo lo más frecuente que Horwitz deje tanto el montaje como el medio abiertos a la interpretación por parte de sus compañeros artistas.

En los años ochenta, Horwitz descubrió el potencial estético y gráfico de nuevos patrones fundamentales dotados con un mayor grado de complejidad. Horwitz comenzó a desarrollar nuevos grupos de obras en los que los ángulos entre los distintos puntos de la matriz adoptaban por primera vez una función clave. Mientras que las obras agrupadas bajo el título colectivo Canon son agregados densamente entretejidos de distintos patrones lineales, las obras de las series Rhythm of Lines (1987/88), Moiré (1983/84), Flag No. 2 (1984) y Noisy (1998) se basan en cuadrículas más simples.

A principios del milenio, Horwitz volvió a Language Series, realizando nuevos motivos, tanto utilizando el mismo esquema como ampliándolo. Incrementó las reglas originales para experimentar con las posibilidades del color, incluyendo el blanco, el naranja y el negro junto con las formas del rectángulo y el círculo. También diseñó varios murales e instalaciones, de las cuales no pudo realizar más que unas pocas antes de su muerte. En el MUSAC, el dibujo Mural Proposal for Ovitz (2011) es transpuesto a gran escala por primera vez en la historia.