Esta exposición versa sobre el profundo sentimiento de conexión que la arquitecta Lina Bo Bardi (1914-1992) tuvo con el dibujo. Más que una herramienta de diseño, para ella el dibujo era un medio expresivo primordial alimentado por un fuerte sentido de la curiosidad y la duda. Pese a que nunca defendió que fuese un lenguaje artístico independiente, lo abrazó con intencionalidad artística. Para ella el dibujo era a la vez nombre y verbo, resultado y proceso, objeto y relación.

A lo largo de su vida, Bo Bardi conservó más de seis mil dibujos y bocetos en sus archivos personales en São Paulo, Brasil. Esta muestra arroja luz sobre una pequeña pero cuidadosamente organizada selección compuesta de cien de estas imágenes, que ilustran el amplio y rico espectro de su pensamiento y su producción. Estos dibujos se complementan con imágenes de su obra constructiva y de su actividad como diseñadora de exposiciones.

Según el comisario Zeuler Rocha Lima, la exposición no pretende brindar ni una interpretación general de los dibujos de Lina Bo Bardi ni una selección de lo que podría considerarse erróneamente como sus piezas más atractivas desde un punto de vista visual. La muestra, en cambio, ofrece una genealogía concisa y un conjunto de imágenes que invitan al visitante a entrar en contacto con su gran diversidad de dibujos, así como a establecer libres asociaciones entre las múltiples facetas de su obra.

Ante la pérdida de protagonismo de la habilidad en el dibujo a mano en las artes en general y en la práctica arquitectónica en particular, los dibujos de Lina Bo Bardi siguen siendo una constatación siempre refrescante de la importancia y el valor permanentes de su pensamiento libre y auténtico y de las manos diestras y educadas.