Dialogar sobre arte y participar en el proceso creativo de la mano de un artista permite a los escolares de Primaria abordar los temas curriculares desde una perspectiva diferente.

Este programa educativo sitúa en colegios a nueve artistas: Iñaki Gracenea, Zaloa Ipiña, Nerea Lekuona, Maider López, Karlos Martínez Bordoy, Manu Muniategiandikoetxea, Jorge Rubio, Ibon Sáenz de Olazagoitia y Manu Uranga donde trabajan en estrecha colaboración con los profesores de los centros.

Muchos escolares aprenden mejor cuando el aprendizaje es más activo y cuando hay mayores posibilidades de elección. En este programa de 20 semanas de duración se hacen preguntas, se despierta la curiosidad, se exploran nuevas ideas inspiradoras y se experimenta la emoción de descubrir.

Cada proyecto es único y está personalizado, ha sido diseñado de forma abierta y redirigido sobre la marcha para ajustarse lo máximo posible a las habilidades e intereses de cada persona. A menudo implica dar espacio a la improvisación, al juego, la exploración, la investigación, el experimento y el error. El proceso artístico en el que los estudiantes se embarcan les lleva a pensar, valorar, elegir, probar, dudar, divertirse, perderse, bloquearse y, por supuesto, errar, ya que sin error no hay avance.

Cuando termina el curso, llega la puesta en escena del proceso creativo. En todo desarrollo artístico, la exposición pone el broche final: el público percibe y recibe lo creado, y el ciclo llega a su término. Como cada verano, el Espacio educativo del Museo se llena de obras. En esta ocasión, entre el 18 de junio y el 15 de septiembre, el público podrá contemplar las obras expuestas, presentadas en varias secciones: Letras, en la que el lenguaje, el vocabulario y la escritura han sido parte fundamental; Reciclaje y consumo, que engloba distintas obras fruto de la reflexión en torno a estos temas; Mapas, arquitecturas y naturaleza, que incluye vistas de pájaro, recorridos y maquetas de diferentes espacios; y Fotografías y películas, que reúne paisajes y personas, animaciones stop-motion, performances y otras creaciones. Los escolares tienen la oportunidad de asistir a la inauguración de esta muestra, junto a sus profesores y los artistas que han trabajado con ellos. Ver sus obras expuestas en el Museo es la culminación de un año de emociones; supone una inyección de autoestima y de reconocimiento que muchos no olvidarán.