Mientras esperaba la apertura de Ingesta, en Teorética, curada por el hondureño Adán Vallecillo y veinte artistas centroamericanos, con un conversatorio en Lado V, me senté en la entrada de la galería a recordar experiencias personales donde comer era significativo, quizás por tener de frente además del título de la muestra, la propuesta de la artista salvadoreña Abigail Reyes, que anuncia: Aquí No hay dieta mamita, de la serie Poesía Popular, 2018, pieza adosada a fachada.

Recordé estar en Verona, Italia, en la Pasquetta de 1985, donde el valor y significado de comer es central a una cultura avanzada en tradiciones gastronómicas, y el simbolismo de sentarse a la mesa, celebración que proviene desde los romanos. Cada posición posee un significado y conlleva una conducta específica en un sistema de comportamientos y distancias que podríamos denominar «prosémica» (lenguajes no verbales). Luego de la cena subí a un tren hacia la costa adriática, conexión con otro que salía dos horas y media después de mi llegada. Me encontré solo esa madrugada; sin embargo, bajó otro personaje que había visto en la Academia de Bellas Artes de Urbino; nuca lo saludé, quizás por prejuicios pues me parecía un chico sucio, mal oliente, y cuando lo topaba yo desviaba la mirada para evitarlo. El muchacho se sentó a mi lado y nos reconocimos uno al otro. Del abrigo sacó un envoltorio en tela donde traía un prosciutto crudo (jamón serrano); con dificultad arrancó un trozo y lo compartió conmigo. Explicó que era sagrado, y para partirlo, no debía utilizar más que sus manos. ¡Qué ritual!, me dije. ¡Extrañas son las formas para ingerir alimentos!

Inició el conversatorio

Además de Miguel Ángel López, curador y codirector, participó Sthepanie William, expositora, y Sofía Villena, curadora independiente y artista, además de Adán Vallecillo, curador invitado para la celebración del 20 Aniversario de TEORéTica. Al iniciar, presentaron una imagen compuesta por distintos grabados de una serie que versó sobre la mesa, que, su autora, Virginia Pérez-Ratton (fundadora de TEORéTica y primer directora del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo), guardaba con recelo. Para ella la comida no solo era nutrir el cuerpo, sino el espíritu.

Los pueblos originarios prehispánicos se alimentaban con ingredientes que reflejan sus costumbres y tradiciones, así como la importancia que tenían en los entierros para acompañar al muerto al cruzar hacia el otro lado del río donde reposan las almas, aunando música y objetos del entorno cotidiano. En Mesoamérica, el maíz era y es central a la dieta alimenticia y costumbres; se recuerda el Popol Vuh, cuando los gemelos intentaron crear seres humanos con distintos materiales, los hacían, pero carecían de alma, fue hasta usar el maíz que la creación alcanzó perfección dentro de su manera cosmogónica y cosmológica.

Algunas lecturas de lo expuesto

A propósito del maíz, Benvenuto Chavajay Ixtetelá (Guatemala), presentó Yooq, 2019. «Apretar con la mano una tortilla de maíz recién hecha para alimentar a las crías — comenta el artista - es un gesto que madres y abuelas, tanto indígenas como mestizas, han venido transmitiendo a su descendencia».

Sandra Monterroso (Guatemala), expone Tus tortillas mi amor / Lix cua rahro, 2005, video performance de una acción en el ámbito familiar, donde la mujer prepara tortillas para su marido. La artista comenta:

Las escenas muestran un estado obsesivo, como a través de los fluidos (la mujer muele el maíz mascándolo con su dentadura y agregando saliva) se construye una metáfora, una posibilidad de encantamiento. Las palabras en Q’ekchi’ son poesía que intentan darle un sentido de imperfección y desequilibrio, en lo cual las relaciones de género se ven impuestas.

De Beatriz Cortez (El Salvador/EEUU), se exhibe Generosity I, 2019, acero, plástico, y semillas de maíz, frijol, amaranto, quinoa, y sorgo. Es una especie de cápsula espacial para preservar semillas antiguas y naturales del planeta Tierra, en un lugar que no estuviera al alcance de la industria de las semillas genéticamente modificadas. Agrega:

Después de la destrucción del medio y el planeta, cuando lleguen otras eras, existan otros mundos donde pueda reproducirse la vida, en esta o en otras galaxias, esta cápsula preservará lo que fue posible hacerlo en la Tierra gracias a los avances tecnológicos, conocimientos, espiritualidad y valentía de los pueblos indígenas de las Américas ante el colonialismo, la explotación del medio, el capitalismo salvaje, la contaminación, y el sobrecalentamiento.

El fogoso y polifacético artista e investigador Raúl Quintanilla Armijo (Nicaragua), expuso Mastique la Mística 1996/2019. Cuestiona la decadencia del sandinismo:

La obra abre interrogantes alrededor de la vigencia que puede tener en el presente la asimilación de una ideología que perdió sus ideales originales. El molde de la imagen comestible reproduce la forma del mítico sombrero usado por el revolucionario César Augusto Sandino.

La nacional Stephanie Williams (Costa Rica), con la pieza La sal de los otros, 2019, acerca a su actual abordaje a la idea de resiliencia y desplazamientos. Comenta:

Reviso las salinas o salares, desde su relación con lo ancestral y la manera de habitar dichos lugares, y una especie de peregrinación hacia los territorios de sal: la sal viaja a través del aire y se asienta modificando los terrenos.

Las fotografías remiten a una especie de lenguaje con las manos (kinésica), como signo de historias o relatos posibles (trazos, líneas, huellas, rastros y recorridos), adquiriendo la forma como de una especie de paisajes sobre la piel, donde los cristales de sal y pigmento que acompañan las manos.

Christian Salablanca (Costa Rica), expone Manta del cielo, 2019, y Medir el pellejo, 2019. Comenta:

La materia para las fotografías son desperdicios de carnicería en los que tracé una línea de medición, sin números, a partir del tatuaje. Y en «Manta del cielo», utilicé una tela-colador que en este caso filtran grasa, práctica económica en los estratos populares donde reciclan los aceites de las fritangas.

Al apreciar la muestra, parece colgar un estómago humano, avistando a la función de convertir lo ingerido en nutrientes y separar los restos de lo digerido que va al intestino grueso.

El video performance presentado por Naufus Ramírez-Figueroa (Guatemala), 3 fantasmas, 2014, explora la conducta de un personaje que, con toda parsimonia y carácter lúdico, talla con machete unas sandías. Entresaca la forma de fantasmas, como los de la noche de Halloween, provocadores de las actuales tensiones del mercado y el marketing, como nuevos filibusteros desplazando nuestras narrativas y costumbres.

Caroline Lacey y NadiA (Lacey, EEUU; NadiA, El Salvador), con Sin título, de la serie «Reina del país más violento del mundo», 2018, aprecian aspectos de la herencia cultural indígena, como aprender a cocinar platos tradicionales como el tamal de elote.

En otra de las imágenes, disfruta de un combo infantil de $2.99 de Pollo Campero en el centro comercial Galerías. Comenta:

En El Salvador, los centros comerciales representan el tipo de espacios públicos seguros. NadiA puede ver desde el sitio la Colonia Escalón, y el centro de llamadas que atiende a Estados Unidos donde ella trabajó, antes de sufrir una crisis nerviosa, debido a las prácticas explotación.

Carlos Fernández (Costa Rica), con Un error del sistema, 2019, acrílico sobre lienzo, repasa la historia de la agricultura urbana. Comenta:

Nos topamos con que la crisis del movimiento agro-urbano se incrementa durante la segunda guerra mundial. En este momento fueron las propagandas gráficas del gobierno de Estados Unidos que invitaban a formar parte de los huertos urbanos "Victory Gardens". Se necesitaba producir alimentos y la mayor parte de la mano de obra estaba en la guerra, entonces, la estrategia fue movilizar a las mujeres de hogar a agruparse en los huertos para alimentar a una nación entera.

Paul Ramírez-Jonas (EEUU/Honduras), con Scale Model, 2000, escultura funcional del sistema solar, usa el diagrama ubicado en la base de la maqueta, las frutas se pueden organizar para representar cualquier mes del año 1968. Explica Paul:

Cada una de las posibles configuraciones remite a momentos políticos cruciales en donde Estados Unidos tiene un protagonismo particular, algunos de estos eventos son: 4 de abril, asesinato de Martin Luther King Jr; 3 de mayo conocido como el “Lunes Sangriento”, marcó uno de los momentos más violentos para el movimiento estudiantil de París; 6 de junio asesinan a Robert Kennedy; Estados Unidos continúa su guerra contra Vietnam del Norte y el movimiento hippie cobra fuerza; 2 de Octubre, la masacre de Tlatelolco en la Ciudad de México y 21 de diciembre, la nave espacial Apolo 8 es lanzada a la luna”.

Para el artista el sol es una vela dispuesto en una lámpara a prueba de fuego.

La instalación de Sergio Rojas Chaves (Costa Rica), Breadhomes, 2018, bollos de pan y madera, parte de la serie Tools for Bird Hospitality, es realizada a partir de pan descartado de panaderías, que se transforma en hogares para aves. Comenta: “Las aves tienen la opción de comerse la casa o utilizarla para anidar.

Algunas otras propuestas que componen INGESTA, son de Lía Vallejo (Honduras), Los nutridos, 2019, dibujo en tinta sobre papel. Elyla Sinvergüenza (Nicaragua), San Pedro-Carrera de Patos, 2019, registro de performance. Milena García (Nicaragua), La cena, 2019, óleo sobre papel. Gabriel Rodríguez (Guatemala), Frijol estomacal, 2019, lápices de color sobre papel. Christian Pérez-Vega (Costa Rica), Placeres ordinarios que fácilmente se convierten en dolor I y II, 2019, lápiz sobre papel. Libertad Rojo (Panamá), Bodegón XXI, I y II, 2019, inyección de tinta sobre papel. Fernando Cortés (Honduras), Hambre, 2019, registro de performance.

En conclusión

El tema de la comida en el arte posee distintos referentes en el tiempo y espacio, así como aproximaciones técnicas y conceptuales. En el conversatorio introductorio se comentó que, Virginia Pérez-Ratton, realizó a inicios de los noventa, varias muestras con sus grabados con el tema de la mesa producidos en Francia y/o en su taller La Tebaida, en Concepción de Tres Ríos. Se recuerda además los caramelos de Priscilla Monge, en cuyo interior dispuso dientes humanos, provocando asco al saborear el fondo de la golosina. En 2009, Guillermo Vargas-Habacuc, en Via Ventura 6, Milán, Italia, invitó al público a inaugurar su propuesta, que consistía en un video proyectado en las paredes de la sala. En las fotografías de la acción se aprecia al público ingiriendo los bocadillos, pero no se percataban que la gastronomía, era parte de la discordia o jugada del arte. Habacuc comentó:

Se recolectó el sudor de personas inmigrantes: un cocinero egipciano, una trabajadora del sexo nigeriana, un constructor marroquí, un albañil rumano, un vendedor ambulante senegalés, y un conserje peruano. Posteriormente, con el sudor, se prepararon varios alimentos, los cuales fueron servidos y consumidos por los asistentes ese día del agasajo. Después, fue proyectado el vídeo de la preparación de los alimentos.

(Vargas, G. Habacuc. Documentación del evento 2009)

El tema del comer en el arte contemporáneo, posee dramáticas percepciones, cuando conduce a altos índices de obesidad en la población, consabidas afectaciones a la salud, y una de los abordajes más angustiantes, cuando la publicidad y el marketing impelen a consumir en sus campañas publicitarias que atiborran la ciudad, la televisión y cualquier otro medio comunicativo. Se vuelven tácticas de dominación y hegemonía a pesar de la crisis psicológica y de la salud que empujan la paradoja, que los artistas centroamericanos, curados por Vallecillo, trataron con singulares percepciones críticas y cuestionamientos.