Esta muestra anual — Mayinka — fue iniciada en Costa Rica en 2013, para celebrar el cambio de temporalidad mesoamericana o Bactuk Maya. Observa problemáticas actuales del arte originario prehispánico, filtrado por lo contemporáneo. Reflexiona acerca de procesos colonizadores y neohegemónicos que aún tensan aspectos políticos, comerciales, educativos y culturales, de ahí el subtítulo Dinero Sucio. Fue inaugurada el 12 de octubre 2019, con dos exhibiciones simultáneas: Universal Views, en la Galería No. 2, Escuela Artes Visuales IPS Academy of Art, ciudad de Indore, India; y en el Museo del Pobre & Trabajador, barriada popular de Ipís, Goicoechea, Costa Rica.

Exponer en un estudio-taller ubicado en un área subvertida por el degrado urbano, es punto de inflexión para el arte: reivindica el territorio aproximando las manifestaciones críticas y creativas a la fuerza trabajadora, e impele a reflexionar acerca de flujos económicos, geopolítica, mercado global, capitalismo salvaje, paraísos fiscales, sustracción y trasiego de bienes artísticos, perspectivas donde se imponen nuevas tácticas filibusteras disfrazadas por el comercio.

Visos históricos que provienen desde la colonia, son memorias de piratería y otras presiones del poder. La vecina República de Panamá fue punto de partida para expedicionarios con sed de oro y valores artísticos extraídos de Perú y Mesoamérica; de ahí que hoy resuene en ejes del emporio mundial como “paraísos fiscales” (recuérdese la controversia de los Papeles de Panamá).

La curadora Virginia Pérez-Ratton (1950-2010), abordó estas contingencias históricas desde ángulos de visión y soportes retóricos para varios proyectos curatoriales, como la gran muestra Estrecho Dudoso, 2006, aprecia:

La angostura de su geografía, bordeada por dos océanos que posibilitarían rutas ilimitadas, tienta al poder y a la codicia desde sus primeros tiempos. No en balde es Portobelo, el puerto construido bajo Felipe II en el Caribe panameño, la sede de ferias anuales donde confluyen centenares de mulas y tamemes cargados de expolio de la conquista, en ruta hacia el Viejo Mundo.

(Pérez-Ratton. Virginia Pérez-Ratton. Centroamérica: Deseo de lugar. 2019. P.205)

En el arte centroamericano el tema del dinero no es nuevo, para la Bienal de Lima 2003, Joaquín Rodríguez del Paso (1961-2016), uno de los artistas locales que más referencia al papel moneda como provocación, daba un dólar a quien hiciera un dibujo para su performance e instalación One Dollar. Otro de los artistas que trató el abordaje fue Rolando Castellón, quien se recuerda una estructura múltiple conformada por billetes costarricenses de cien colones, expuesta en Rastros, 2005, Museo de Arte y Diseño Contemporáneo.

Artistas y obras

Marcela Araya y José Rosales (Costa Rica), No te amo, 2015. Registra una experimentación con letras publicitarias en el techo de un edificio en Ciudad de México. «Al trasladarnos de territorio — comentan — testimoniamos una fluctuación importante en el valor del capital material y humano, entre nuestro contexto y el visitado. En ambos casos existe un estado benefactor en declive acelerado, un incremento en la desigualdad y las economías informales. No te amo reconoce el sentimiento de dislocación y desesperanza que nos envuelve, al reconocer que venimos de, y nos movemos hacia lugares castigados por las políticas neoliberales, que hacen posibles grandes despliegues publicitarios y que, sus restos materiales reutilizamos para expresar nuestra decepción».

Ricardo Ávila, (Costa Rica) El Agüisote, 2019. La cultura popular inventa amuletos para que la suerte multiplique su dinero, guardándolo -como en este caso-, en una cerámica de la Santa muerte, fetiche de gran significación cultural. Al fondo aparece la reconocida marca de alta tecnología, generando un choque de idiosincrasias y estados sociales y comerciales.

Carlos Barbarena de la Rocha (Nicaragua), Políticos y dinero, 2019. Entre los políticos abunda el dinero producto de impuestos, que no siempre son bien administrados. Las riquezas del estado son acechadas por éstos quienes se frotan las manos ante un tesoro a desbaratar.

Maurizio Bianchi (Italia), El dinero no huele (Pecunia non olet), 2019. El emperador Vespasiano observó que la orina recogida de los urinarios públicos de Roma, era vendida para obtener amoniaco, útil en el curtido del cuero, o para blanquear manchas en la ropa, por lo que impuso valor al recaudo. Suetonio, historiador romano reveló que Tito, hijo del emperador, recriminó a su padre la naturaleza del impuesto, y éste le mostró una moneda preguntándole si le ofendía el olor del oro.

Dinorah Carballo (Costa Rica), Judas, 2019. La pieza alude al apóstol seguidor de Jesucristo, quien según la tradición judeo-cristiana traicionó al taumaturgo galileo, entregándolo a sus enemigos por treinta denarios. Un bolsito de tela es signo de su reflexión como dinero marcado, o sucio.

Juanma García (Cuba-USA), Delayed Flight, Sf. Aborda el tema USA–Cuba en el contexto de la normalización de las relaciones que comenzaron en 2014, y que terminan peor de como estaban. El Monumento a las víctimas de Maine, emplazado en el malecón habanero, y que la revolución socialista mutiló en 1961, cuando le fue derrumbada el águila de la cima de las columnas implica la reflexión: el águila nunca se repuso, y muchos auguran que hasta que no ocupe el lugar que tenía en el monumento, las relaciones entre ambos países seguirán mal. García ocupó el lugar vacío con un avión comercial, símbolo de la nueva águila en el emporio de la aeronáutica comercial.

Amit Ganjoo (India), Dinero Negro, 2019. Explora un jardín de plantas cuyas flores son papel moneda, un paraíso de ensoñación, pero subvertido por la rosa negra, el «dinero negro», signos inciertos en la economía actual. La flor se vuelve figura codiciada por su (in)existencia. Alude a un signo de interrogación, que cautiva a la literatura por el manejo semiótico del lenguaje, metáfora para su visión de mundo.

Irvin González (Costa Rica), Vacío, 2019. Pone en foco lo que puede significar este vocablo en tiempos de crisis, cuando las personas se lanzan al abismo por el vil metal, ante un sentimiento de vacío material, vacío espiritual, vacío profesional, y hasta político; pérdida de confianza en los gobernantes incapaces de generar la recuperación.

Diana Krevsky (USA), Parafiles dirty-money. Un cajero bancario es cuestionable por su higiene, en tanto es activado por tantas manos como personas lo usen, así como es el dinero sucio que dispensa. Es un signo de interrogación acerca de las relaciones interpersonales.

Illimani de los Andes (Nicaragua), La trinidad de Quetzalcóatl, 2019. La muerte y resurrección de Cristo representada en la trinidad, compone una «metáfora viviente», que trasciende hacia la muerte y resurrección del símbolo mesoamericano de Quetzalcóatl, y pasa de una creencia a otra alcanzando noción de trinidad.

Carlos Lorenzana (Costa Rica), Encuentra tu paraíso fiscal / Satisfacción garantizada, y Males nuestros que estás en los pueblos. La situación de los paraísos fiscales es una realidad mundial, cada vez los adinerados disfrazan sus fortunas en estos territorios para evadir el pago de las cargas y/o tazas impositivas.

Bernardo Jaén Marques (Cuba-USA), Mapas, 2019. El artista reflexiona acerca de la territorialidad y política en los anales de la historia colonial del istmo, modificada por laudos y tratados entre los países que son tramas de discordia. En los primeros mapas al sur de Costa Rica (Cofta Rica) y norte de Panamá, aparecía el «Reino de Veragua» con estatus político de país. Hoy es tan solo una pequeña provincia panameña, y a Costa Rica, en 1941, le fue cercenada la región de Bocas del Toro para conformar Chiriquí.

Cildo Meirelles (Brasil), Intervención a 2 Reais, S/f. Interviene dos reais del Banco de Brasil, y se apropia del valor, en tanto el papel por sí solo no vale nada, para decirnos que son los símbolos los que les cargan de contenido, y relativiza la imagen clásica de la deidad grecorromana que los ilustra, cambiándola por la de una mujer mestiza.

Iliana Moya (Costa Rica), Cartografías de la discordia, 2019. En Bolivia, los pobladores de reservas indígenas son desplazados y perseguidos. Trasciende que el presidente de ese país vendió a los chinos los derechos de explotación por 3.000 millones de dólares, cuya noticia circula en Europa calificada de ilegal. La artista instala cartografías de esas reservas donde se permite la caza y colecta de plantas de subsistencia, marcando las zonas en conflicto: Incendios, explotación y persecución de sus habitantes, y un globo terráqueo donde se aprecia que la mitad de ese país es parte de la selva amazónica. Al pie de los mapas, se exponen piedras pintadas de dorado, simulando pepitas de oro, pero embarrealadas y manchadas de sangre.

Moyo Coyatzine (Costa Rica). Varias intervenciones al espacio expositivo. El chamán de la cultura mesoamericana aprovecha cualquier espacio remanente para instalar sus percepciones del tema, como unos billetes y monedas enterradas, para reflexionar sobre el significado de éstos valores de cambio, portadores de suciedad u otros gérmenes políticos y sociales.

Zole Solano, Daniel y Tomás González (Costa Rica), El amor de la abuela no tiene precio, 2019. Dos niños regalan a su abuela paterna una memoria compuesta con fotografías de sus viajes a Tikal, Guatemala, para parodiar la publicidad de Master Card: El Amor de la Abuela, No Tiene Precio.

Zulay Soto (Costa Rica). Colectar Dinero Sucio, 2019. Aunque es mala educación por parte del pueblo rayar e ironizar escribiendo frases sucias en el papel moneda, la artista Zulay Soto colecciona este papel moneda, y realiza collages interviniéndolos con carga lúdica y cuestionamiento social.

Christian Salablanca (Costa Rica), Llévame a la fama, 2018. Él recoge y pide dinero a las personas de un precario suburbano. Lo recaudado es dinero ilícito, en tanto se usó para la compra de drogas o porque fue robado; lo acumula utilizando cinta adhesiva en la cual escribe: Llévame a la fama. Emplaza la manera de como muchos jóvenes buscan dinero fácil evadiendo obligaciones primarias, como estudiar o trabajar.

Othelo Quirval (Costa Rica), ¿Cuál acumulado?, 2019. La lotería nacional juega en cada emisión El Acumulado. Millonario premio extraordinario que, si no sale, engrosa hasta premiar cuantiosas sumas. Sin embargo, es paradójico que la población gasta y gasta para probar suerte, y lo único que aumentan son esos fajos de papel que ya no valen nada.

Ernesto Pérez Ramírez (Costa Rica), Toten. 2018. Esta pintura en tela aprecia flujos paradójicos que nos sume en las mareas de la conciencia: Pueden representar al océano, al río, o a las riquezas que corren por las redes como transacciones lícitas, pero también al margen de la ley.

Edgar León (Costa Rica), IZO Métrico Estructural. La metáfora alude al trasiego de obras artísticas desde la colonia, y que aparecen en grandes colecciones en el mundo.

Hugo R. Vidal (Argentina), No Hay un peso. La fotografía de un billete argentino parodia la volatilidad de la moneda de ese país sudamericano; problemática de la cual el mundo no está exento.

Universal Views

Trascendental, en la muestra tanto edifica un puente cultural entre India y Costa Rica: Mayinca se exhibe simultáneamente en Galería No. 2, Escuela de Artes Visuales IPS Academy en Indore. Interesa, en tanto la semilla germina al otro lado del planeta, abriendo nuevos surcos al pensamiento el cual motiva y reflexiona sobre la descolonización. En este aspecto, India, alberga un ámbito histórico común con el continente americano, de imposiciones hegemónicas durante importantes etapas de su acontecer. Amit Ganjoo, director de esa escuela y organizador de Miradas Universales, expuso dobles de las obras generando un punto de itininerancia y colaboración, que visualice el arte de nuestras naciones. Pero, y aún más sustancial, significa abrir ventanas al acontecer en materia de arte actual, lo cual no solo informa, sino que forma a las generaciones de artistas.

Museo de Pobre & Trabajador

Cuestiona, entre otras críticas, a la cultura oficial, espacios y presupuestos de recursos públicos intangibles para la colectividad. El motivo gráfico identificador de Dinero Sucio proviene de la fotografía de un antiguo billete local de 50 colones, exhibido en el Museo Nacional de Costa Rica; presenta la particularidad de estar manchado de sangre. Interesa, en tanto lo instigado por el arte, y que en esas tensiones del mercado global, territorialidades, geopolítica, tráficos y economías salvajes, hay espinas y también corre la sangre.