La Galería Elvira González inaugura la exposición Alexander Calder. Gouaches, la segunda muestra individual en la galería del artista estadounidense. Realizada en colaboración con la Fundación Calder de Nueva York, la exposición reúne una cuidada selección de gouaches sobre papel, gran parte de ellos expuestos por primera vez.

Aunque más conocido por sus mobiles, stabiles y esculturas monumentales, A. Calder (1898 – 1976) se traslada a Nueva York en 1923 para estudiar arte y formarse como pintor. Sus primeros óleos abstractos fueron realizados años después, tras una transformadora visita al estudio de Piet Mondrian en octubre de 1930. Calder quedó profundamente impresionado por los cuadros que vio en el estudio y su concepto del espacio, el movimiento y el color en los cuadros de Mondrian, escribiendo poco después que aquella visita “me produjo un shock que inició cosas..”

Calder comienza a familiarizarse con la técnica del gouache en los años treinta, pero fue a mediados de los cuarenta cuando este medio se convirtió en un elemento clave de su práctica artística. Como explicaba Jean Lipman en su conocida publicación sobre el artista, “este tipo de acuarela opaca respondía mejor a su particular temperamento que la acuarela normal - demasiado traslucida- y que el óleo -demasiado lento-”. Calder abandonó paulatinamente su trabajo en óleo para centrase en esta técnica, que “encajaba a la perfección con su espíritu vivaz rápido y de expresión espontánea”. En los años cincuenta el matrimonio Calder vive ocho meses en Aix-en-Provence, Francia, donde ocuparon dos casas diferentes. En cada una, Calder montó estudios provisionales, a los que llamaría gouacherie, dedicados a su trabajo con gouache, medio que le capturó y continuó cultivando a lo largo de toda su vida. “Había hecho gouaches antes, pero aquí me estaba concentrando casi exclusivamente en ellos”, escribió en su autobiografía; “estaba desarrollando algo nuevo”.

Esta exposición profundiza en la particular visión de Alexander Calder, que fue alegre, dinámica y colorida, pero también rigurosa y transgresora. Por la rapidez que le permitían, los gouaches nos dejan comprender su canal creativo más espontáneo. Estas obras a menudo inspiraron y respondieron a su producción escultórica y a obras a gran escala.

Alexander Calder. Gouaches coincide en el tiempo con dos exposiciones dedicadas al artista en España: Calder Stories en el Centro Botín de Santander y Calder-Picasso en el Museo Picasso de Málaga.

Alexander Calder (Pensilvania, 1898 - Nueva York, 1976) utilizó su innovador genio para transformar profundamente el curso del arte moderno. Nacido en una familia de artistas reconocidos, aunque más académicos, comenzó a desarrollar un nuevo método para esculpir; doblando y retorciendo alambres con los que empezó a “dibujar” figuras tridimensionales en el espacio. Reconocido por la invención del mobile, cuyos elementos suspendidos y abstractos se mueven y balancean en cambiante armonía. La palabra, acuñada por Marcel Duchamp, en 1931, hace alusión a las nociones de “moción” y a “motivo” en francés. Los mobiles más tempranos se movían con un sistema de motores, aunque este mecanismo fue abandonado según fue desarrollando mobiles que respondían a corrientes de aire, luz, y la interacción humana. También creó obras abstractas estáticas, que Jean Arp nombró como stabiles.

Desde los años cincuenta en adelante, Calder dirigió su atención a encargos internacionales y progresivamente se dedicó a realizar escultura de exterior a gran escala con chapa de acero. Algunas de estos grandes encargos incluyen 125, para el New York Port Authority en el Aeropuerto John F. Kennedy (1957); Spirale, para UNESCO en Paris (1958); Teodelapio, para la ciudad de Spoleto, Italia (1962); Trois Disques, para la Exposición Universal en Montreal (1967); El Sol Rojo, para los Juegos Olímpicos en la ciudad de México (1968); La Grande Vitesse, que fue la primera obra de arte pública financiada por el National Endowment for the Arts (NEA), para la ciudad de Grand Rapids, Michigan (1969); y Flamingo, en Chicago (1973).