Seguro que últimamente has leído en más de una ocasión algún artículo, post o tuit en el que se incluían las siglas DIY. Ahora es el momento de que sepas que el “Do It Yourself” o “Hazlo tú mismo” es una tendencia, un movimiento, una fenómeno útil, económico que mueve masas y engancha.

Toda la vida hemos oído lo de “cómo coser un calcetín usando un huevo de madera” que yo recuerdo vérselo hacer a mi abuela o “cómo quitar una mancha de vino con leche caliente”. De hecho, los que, como yo, fuisteis niños en los 80, recordaréis aquellos anuncios en los que se mostraban juguetes para hacer manualidades con el eslogan de “con estas manitas y mis abalorios, mi tricotosa… etc”. Y gracias a los Reyes Magos ahí estábamos todas las niñas haciendo collares con bolitas de diversos tamaños o pulseras con hilos de colores. Ya por entonces estábamos experimentando, claramente, el DIY.

Pero en la actualidad esta corriente va mucho más allá y ahora se ha convertido en, no solo una tendencia en alza, sino en una industria. Hasta la persona más patosa, menos manitas y habilidosa puede engancharse a esta moda que te permite decorar tu casa, llenar tu armario de ropa diferente y única, hacer una tarta para el cumpleaños de tu hijo, crear regalos originales personalizados y muchas opciones más mientras ahorras dinero y te entretienes.

Si echamos un vistazo más riguroso a la historia del DIY, aprendemos que el verdadero origen de esta corriente data de 1912, cuando se hablaba de hacer mejoras en el hogar o actividades de mantenimiento, aunque la frase “hazlo tú mismo” o “DIY” no se popularizo hasta los años 50. Este movimiento se asocia con la corriente musical punk e indie dado que estos artistas siempre han tendido a fabricar ropa, repararla o decorarla e incluso a gestionar sus producciones musicales con sus propios medios.

En definitiva, el DIY convierte al consumidor en prosumidor: productor y consumidor de sus propios productos.

Pero, como en todo, el DIY también tiene sub categorías. Quizá las más seguidas actualmente son el knitting y el crafting. ¿Quién dijo que lo de tejer es de abuelas? ¡Pues se equivocan! Ahora más que nunca el movimiento knitting (tejer en inglés) está más de moda que nunca. En España existe una empresa de cabecera para esta afición llamada “WeAreKnitters” en cuya página se enseña a tejer a través de varios vídeos y se puede adquirir un kit para empezar a tricotar. Pero además, el pasado 13 de junio fue el Día Internacional de Tejer en Público, un hecho que se celebró en 56 países con 882 eventos diferentes en los que los adeptos tejedores dieron rienda suelta a sus agujas de coser.

Otra categoría, quizá la que más espacio ocupa en Internet, es la de crafting o creación/transformación/fabricación. Aquí entran todo tipo de producciones e innovadoras ideas. Desde proyectos tan variopintos como la fabricación de detergente casero, la creación de mini huertos urbanos o la transformación de una botella de cristal en una lámpara decorativa, pasando por recetas para chuparse los dedos o remedios caseros para curar heridas o dolores de cabeza. Aparte de webs, hay infinidad de blogs que desgranan todos estos y muchos otros consejos, pero quizá los más destacados son, por supuesto Pinterest, pero también I Spy DIY o P.S. – I Made This, ambas en inglés, o Facilísimo, Handfie o Home Personal Shopper y La Bici Azul en español.

Y para los que, además de crear quieren un punto de encuentro de makers o “hacedores”, desde 2013 se lleva a cabo en Madrid el DIY Show o, lo que es lo mismo, una feria en la que comprar productos hechos por expertos en estas lides pero en la que también es posible asistir a talleres en los que aprender a crear cualquier cosa. El pasado mes de junio asistí a la V edición de esta feria, emplazada en el parking del hotel Puerta de América de Madrid. Varios expositores me explicaron como cultivar setas en casa, cómo crear mi propio tocado de boda e incluso dónde acudir para utilizar un espacio y herramientas en caso de de carecer de ambos a la hora de fabricar cualquier cosa. Allí observé cómo, además, varios expertos también detallaban, en diferentes cursos, los pasos a seguir para aprender a utilizar las redes sociales con el fin de emprender, cómo encontrar clientes para vender nuestras creaciones o cómo crear nuestra propia tienda online, todo ello muy relacionado con el “Hazlo tú mismo” pero en una categoría más 3.0.

Pero quizá lo que más me llamó la atención de la feria es que el hecho de que este evento se celebre en Madrid en un reducido espacio y con un puñado no muy grande de expositores no quita para que muchas fanáticas (mayoritariamente mujeres) se desplazaran desde otros lugares de la península para disfrutar de los tres días que dura la exhibición. Era el caso de Emilia, de un pueblecito de Cáceres, Miren de Bilbao o Carmen de Cádiz, quienes como yo se apuntaron (entre muchos otros) a un taller para crear carteles vintage de la mano de Recycrafts. Emilia, de unos 60 años, me contaba cómo su casita cacereña estaba prácticamente decorada con creaciones suyas de las que, por supuesto, se sentía muy orgullosa. Su visita a Madrid, decía, era exclusivamente para visitar la feria y aprender nuevas técnicas. “Llevo meses esperando este momento y estoy muy contenta de haber venido hasta aquí para disfrutar de este fin de semana tan divertido”. Para alegría de Emilia y otras muchas incondicionales, DIY Show ya anuncia en su web la VI edición de la feria que se celebrará en noviembre en el mismo emplazamiento.

Y para aquellos adeptos al DIY que, de momento, no desean abrir sus propias tiendas online pero quieren rentabilizar sus creaciones, cuentan con portales como DaWanda, en el que se comercializan toda clase de productos hechos a mano con posibilidad de llegar a cualquier interesado en Europa, o la norteamericana ETSY, una de las más conocidas, en la que es posible comprar un gorro de lana, unas perchas personalizadas o un disfraz divertido para un bebé... entre miles de artículos más, todos hechos a mano, en centenares de tiendas de usuarios DIY de todo el planeta.

Quizá estemos ante el final de las casas decoradas made in IKEA que lucen todas igual como cortadas por el mismo patrón o quizá el DIY sea una de las causas, quién sabe, de que las tiendas de diseño Vinçon, que tanto color le daban al Paseo de Gracia de Barcelona desde 1941, hayan cerrado para siempre. En cualquier caso, el DIY engancha y yo aún no me creo que haya sido capaz de crear en dos horas un cartel vintage que ya cuelga en mi habitación. Mi siguiente creación será un cabecero de madera ¡Ya os he dicho que esto del DIY engancha!

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