En las ultimas semanas ha surgido una polémica entre una empresa comercializadora de complementos vitaminados y el gobierno de Portugal. Todo ha nacido a raíz de un anuncio donde se simulaba una entrevista a una actriz sexagenaria y, cuando terminaba esta entrevista, la que hacia de periodista le preguntaba en la “intimidad” sobre cual era su secreto para poder tener un envejecimiento tan bueno. La actriz contestaba que el secreto era que ella tomaba todos los días su comprimido de vitaminas de una determinada marca de comercialización.

La polémica ha surgido en cuanto a que el anuncio dejaba entender que sin ese comprimido diario no se podría tener un envejecimiento saludable. El ministerio de salud publica del gobierno de Portugal ha emitido un informe inaudito en el que rebate las afirmaciones del anuncio, afirmando que ningún suplemento puede ser vendido como medicamento. Y menos cuando no se han demostrado sus efectos benéficos sobre la salud de los mayores.

La comercializadora argumenta, por su parte, que lleva muchos años vendiendo sus productos y que sus efectos positivos han sido siempre los mismos. Por tanto, no admite ni acepta la injerencia del gobierno portugués en su negocio.

Desconozco como acabará toda esta polémica, si el gobierno tiene y puede intervenir, limitando el libre comercio o no. Lo que si es que me recuerda esta polémica a algo que ya tratamos en un articulo anterior, los supuestos beneficios de los videojuegos y los programas de brain-training en los ancianos y sobre todo entre los enfermos de alzheimer. Los expertos han dejado claro que estos no sirven nada más que para entretener, como herramienta de ocio que son, y que si tienen algún beneficio, es en saber resolver puzles, o en la tarea concreta del juego y poco más.

Los creadores de videojuegos y de brain-training, por su parte, argumentan sobre los beneficios de sus juegos y sostienen que no necesitan que ninguna autoridad sanitaria o de otro tipo limite sus campañas publicitarias, aunque estas no reflejen toda la verdad.

De toda la vida se ha vendido la panacea, remedios casi milagrosos capaces de curar cualquier problema, por muy difícil que sea, y de revertir incluso los efectos de ciertas enfermedades tan graves como la del alzheimer. Aunque existen recomendaciones de vida sana e incluso de alimentación que parece que tienen efectos en el retraso de la enfermedad, pero no así en la cura.

Actualmente los laboratorios están trabajando tanto en la detención del avance de esta enfermedad progresiva como en el intento de la recuperación de alguna funcionalidad perdida por la enfermedad, pero todavía con resultados muy limitados, pues a pesar de los esfuerzos por comprender y desenmarañar la enfermedad de Alzheimer, día a día se van produciendo avances, lo que nos indica que todavía queda mucho por conocer. Sea como fuera, actuaciones como la del gobierno de Portugal debieran de ser lo normal y no una excepción. El cuidado de la salud e las personas por parte de los gobiernos no se debe limitar solo al fomento de campañas de prevención de vacunación, sino a labores para informar y formar a la población sobre estos productos que prometen lo que no son capaces de ofrecer.