El corazón tiene razones que la razón no entiende, decía Blaise Pascal. Sin embargo, hay un doctor que se ha adentrado en lo más profundo del concepto para explicarnos qué pasa por nuestro cuerpo cuando nos enamoramos. Su nombre es Enrique Sandoval, y su intención es desmontar la teoría de que el amor es algo aleatorio y descontrolado. Veamos si consigue convencernos en un par de párrafos.

‘Te quiero a tres metros sobre el cielo’, decían en una película adolescente de no hace demasiado, y aunque el argumento no se merece precisamente un Goya, digamos, la frase nos puede introducir perfectamente al tema inicial con el doctor Sandoval: ¿Se puede medir el amor? Para compensar mi anterior cita, entramos en juego ahora con los Escolásticos, que ya decían en su momento algo como que las bases fisiológicas son razón necesaria pero no suficiente para el amor. Y es que somos cuerpo y elementos químicos que se relacionan.

Según el doctor, el amor se puede medir en forma de cambios en nuestro cuerpo y, a pesar de lo que puedan pensar muchas personas, tiene un orden en nuestro cerebro, no es algo aleatorio. Por supuesto que no se puede tomar pastillas para enamorarse –todavía- pero sí hay elementos comunes en las personas enamoradas.

Aunque es mucho más complejo de lo que vamos a exponer a continuación, podemos decir que hay varios cambios entre los que destacan los producidos en el sistema nervioso (que es el que controla nuestro actos), en el cerebro y en nuestras hormonas. Se han identificado neurotransmisores (que son las sustancias que usa el cerebro para transmitir información entre las neuronas) que están presentes en personas enamoradas, y además lo están en diferentes cantidades. Las más habituales son:

  • La Dopamina, que está relacionado con la adicción, en este caso al amor. Esta sustancia se ha relacionado además con los juegos de azar, drogas etc.
  • La Oxitocina, que probablemente se conozca por su uso como fármaco para inducir el parto, se ha relacionado con la capacidad de forzar lazos permanentes entre los amantes. Hay estudios que dicen que cuando alguien da un abrazo a otra persona o coge de la mano a alguien hay una descarga alta de esta sustancia.
  • La Serotonina, conocida por su relación con los diferentes estados de animo. Y es que las personas que sufren depresión suelen tener un nivel disminuido de Serotonina.
  • Y la última gran sustancia es la famosa Adrenalina, que está presente y vinculada con el estado de excitación.

Según el doctor, se puede poner nombre y apellidos a cada una de las reacciones químicas que se entrelazan para formar esa sensación única y especial que sentimos cuando estamos enamorados. Pero, después de saber los elementos comunes que se alteran, ¿se puede decir que el amor entonces es una patología? ¿Existe una base orgánica o fisiológicas?

Parece que hay estudios que dicen que sí, pero eso sería llegar demasiado lejos. Por ahora nos quedamos con la duda de si está en nuestro código genético o es una tendencia marcada por nuestros genes; si viene del corazón, de la razón o del cerebro; o si es un conjunto de sustancias químicas como las que provocan explosiones nucleares, -claro que estas, las del amor, son mucho peores-. En realidad nos quedamos como estamos, porque quizás preferimos seguir poetizando un concepto tan bonito como es el amor. No sé vosotros, pero yo me quedo con la idea de que: “En el amor hay siempre algo de locura, pero también en la locura hay siempre algo de razón”. Friedrich Nietzsche.