Un cáncer desencadenado por un suceso traumático o una situación estresante. Aunque la comunidad científica sitúa los orígenes de esta enfermedad en causas muy distintas a las mencionadas, no es extraño encontrar que dicha afirmación obtiene una popular acogida en la sociedad; y esto con el peligro que ello conlleva, pues cuando el origen de una enfermedad se busca en razones fuera del consenso médico científico, también se tiende a buscar allí las soluciones. Esta tendencia está provocando el auge de pseudoterapias y movimientos de corte espiritual que difunden con enorme éxito nociones engañosas sobre la salud y la enfermedad.

Hablamos sobre este tema con Emilio Molina Cazorla, vicepresidente de APETP (Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas), coordinador del Área sobre el Origen Emocional de la Enfermedad en la Red de Prevención del Sectarismo y Abuso de la Debilidad (RedUNE) y miembro del Consejo Asesor de ARP- SACP (Sociedad para el Avance del pensamiento Crítico).

¿Hasta qué punto se ha extendido entre la sociedad la idea de que la enfermedad puede tener un origen emocional?

Más de lo que uno podría imaginar, hasta el punto de encontrar supuestos profesionales de la salud que lo predican. Hasta cierto punto, parece evidente que una enfermedad puede estar causada por problemas emocionales; ahí tenemos las enfermedades psicosomáticas. Pero se coge la parte por el todo y se generalizan y malinterpretan hechos sin llegar a entender sus sutilezas: en lugar de "un estado sostenido de estrés puede causar ciertos problemas muy concretos", se dice "toda enfermedad está causada por un conflicto emocional no resuelto" y se aplican reglas absurdas: por ejemplo, se promulgan pensamientos mágicos como "tengo un cáncer de pecho por un conflicto emocional con mi madre". Toda persona tiene conflictos emocionales a lo largo de su vida, lo que dificulta cognitivamente el separar esa correlación espuria entre contrariedades de la vida cotidiana y enfermedades.

¿Cuál es el origen de estas creencias?

En tiempos de Hipócrates ya se hablaba de la "teoría de los humores", cuyo desequilibrio causaba las enfermedades. En la actualidad surgen gurús que creen haber descubierto la causa última de las enfermedades y cómo curarlas. Su mensaje es muy atractivo para cierta gente, por lo que siempre encuentran un caldo de cultivo en que medrar.

¿Qué dice la comunidad científica?

Sabemos que nuestra interacción con el mundo genera respuestas hormonales de diverso tipo cuando nos abocamos a situaciones placenteras o nos enfrentamos a otras incómodas, y que esas hormonas pueden causar, en el caso del estrés, disfunciones importantes cuando se sostienen en el tiempo. Pero también sabemos que en absoluto pueden causar enfermedades que se le achacan, como el cáncer, además de que conocemos los mecanismos biológicos de dichas enfermedades y que ya estaban y siguen presentes en todo ser vivo.

¿Qué peligros supone mantener estas creencias?

Para empezar, una desinformación sobre salud nos puede motivar a tomar decisiones desacertadas para su gestión propia y ajena. Una persona que crea que con "tomar conciencia" de un conflicto (muchas veces incluso inexistente, inducido o sugerido por el falso terapeuta) logrará curarse de su enfermedad, retrasará o desestimará la aplicación de tratamientos reales. En enfermedades leves el único problema evidente será una estafa económica. Pero para enfermedades graves, hablamos de la diferencia entre la vida y la muerte. Otro peligro es la separación sectaria: al suponer que familia y amigos son tóxicos y causan los conflictos que "les hacen enfermar", se les induce a separarse de su entorno.

A nivel social también hay peligro: un adepto en un puesto de responsabilidad (un médico, un profesor, un consejero de cultura o de salud, un redactor de medios de comunicación) puede acabar introduciendo estas creencias en los sistemas en los que trabajan, dándoles prestigio y llegando a normalizarlos y oficializarlos, como ocurre actualmente con otros claros fraudes sanitarios como la homeopatía.

¿Crees que esta tendencia puede estar ligada a otro tipo de "modas espirituales"?

Sin duda. No hay movimientos de pensamiento estancos y es muy común comprobar como hay cierta "politoxicomanía" entre movimientos pseudoterapéuticos de tipo "espiritual" o "energético" (o filosofías que se usan como curativas), como el reiki, el Ho'oponopono, y muchos otros de corte new age. El propio vocabulario ("resonar", "vibraciones", "desequilibrios", etc.) suele ser compartido entre ellos, realimentándose.

¿Qué movimientos ves más peligrosos en la actualidad?

Por su factor de crecimiento y su enorme peligrosidad para la salud mental y física y su carácter sectario, los más peligrosos en España serían la "Bioneuroemoción" y la "Nueva Medicina Germánica", seguida de la "Biodescodificación". Los casos de muertes (incluso tras rechazar paliativos para "no interferir en el curso natural de la enfermedad"), familias rotas y gente desnortada son devastadores.

¿Qué claves darías a una persona que cree en esto para hacerle reflexionar sobre este asunto en un sentido crítico?

En general el problema de la información es el problema de seleccionar fuentes fiables. Cuando reciban información sobre salud, sería recomendable acercarse a profesionales diversos en ese campo (otro problema son los profesionales adeptos, lo cual lo complica), preguntarles por el asunto y contrastar la información recibida por las diversas fuentes. Otro consejo sería que, a la hora de buscar en internet sobre la eficacia de algún método, se busquen las posturas críticas con consultas como "escepticismo terapia X". En el caso del "origen emocional", les instaría a recordar que las enfermedades ocurren en plantas, huesos de dinosaurio e incluso bacterias; existen mecanismos biológicos que explican las enfermedades sin que dependan de factores mentales.

Pero los habrá tan convencidos que poco se podrá hacer...

Lamentablemente. En casos extremos, sólo queda sugerir a los familiares que recopilen toda la documentación posible del caso y se pongan en contacto con asociaciones de protección de la salud para denunciarlo y eviten la impunidad en este tipo de tropelías.

¿Por qué razones una persona abraza así una idea que no tiene evidencias frente a la medicina científica que lleva siglos en constante avance?

Porque somos humanos. El mensaje es muy atractivo: "no importa qué dolencia tengas; puedes tener el control absoluto sobre ella y curarte por ti mismo, sin tratamientos médicos". Hay gente muy vulnerable por varias causas como malas experiencias con el sistema o desahuciados por el mismo (o simple desconfianza), o con problemas de tipo paranoide o mal informados por personas que creen de confianza (y vuelvo a sacar a colación el gravísimo problema de los malos profesionales y autoridades adeptas).

Hay quien desconfía de la ciencia y todo lo que representa, con proclamas como "esto es toda una 'farmafia' interesada en hacer negocio en que sigas enfermo". Irónicamente, pagan muchísimo más dinero a verdaderos estafadores por supuestos remedios que no funcionan, por consultas que les llevarán a la sugestión de problemas personales o familiares, que les acercarán un poco más al abismo... y les seguirán sonrientes, totalmente acríticos, cegados por una confianza absoluta en que curarán, suspicaces o incluso beligerantes con quienes les intenten advertir del peligro.