Presidente del Instituto de Pensamiento Positivo, conferenciante, escritor, periodista, emprendedor, Sergio Fernández cogió las riendas de su vida ahora hace más de diez años para convertirse en la mejor versión de sí mismo.

Su misión y función es ofrecer herramientas prácticas a la gente para que puedan emprender y convertirse en su propio jefe, mejorar su economía y vivir con abundancia.

Para Sergio, emprender es conocer cuál es tu misión en la vida y esto está estrechamente relacionado con el beneficio que este emprendimiento tiene en la gente.

¿Qué te hizo dar el paso a lo que hoy eres?

Las cosas que te pasan en la vida, creo que vienen marcadas antes de nacer. Aunque, en mi caso concretamente, el cambio viene a partir del viaje que hice con un amigo en 2007. Yo para ese entonces ya tenía una agencia montada que no funcionaba del todo bien y siempre había coqueteado y me habían interesado los temas de desarrollo personal y profesional, pero a partir de ese viaje, decidí ir a por todas y empezar en serio con esa idea que llevaba tanto tiempo rondándome en la cabeza.

No todo empezó a funcionar perfectamente desde el principio, cuando me decidí a emprender con la idea que tanto me seducía desde hacía tanto tiempo, todo se fue gestando poco a poco, paso a paso. Pero fui insistente y me entregué a mi pasión hasta llegar a lo que hoy se conoce como el Instituto de Pensamiento positivo y los masters de emprendedores que ofrecemos, aparte de los libros que he escrito y un programa de radio que he dirigido, que ofrece información y ayuda a cerca del desarrollo personal y profesional.

¿Crees que todo el mundo puede ser emprendedor?

Por supuesto, todo el mundo que quiere ser emprendedor puede serlo, pero tiene que estar dispuesto a pagar el precio que esto conlleva. Es muy importante tener una actitud emprendedora y persistir en nuestros objetivos.

¿Se puede ser emprendedor trabajando para otro?

El trabajar para uno mismo o para otro es un asunto relevante. Ser emprendedor consiste en aportar sentido a tu vida.

Si alguien quiere emprender pero no sabe qué camino coger y le gustan muchas disciplinas diferentes, ¿qué consejo le darías para que se pudiese decidir por una de ellas?

Les diría que escojan la disciplina donde puede ofrecer más valor. Siempre somos más felices cuando más aportamos a los demás. Antes de elegir o realizar cualquier tarea profesional o personal está bien preguntarse cómo podemos ayudar a más gente o de qué manera se van a poder beneficiar de ello el mayor número de personas.

Por ejemplo, si nos ponemos a hacer una lista de los diez momentos más importantes de nuestra vida, seguro que están relacionados con lo que hemos aportado y compartido con los demás. Por ejemplo, recuerdo cuando era profesor de cine y preguntaba en clase a qué se querían dedicar mis alumnos. La mayoría me decía que querían ser directores, pero no sabían cuál era realmente el fin de serlo. Ser directores de cine parece ser lo más “cool” de la profesión, pero eso no es un fin.

Si me hubiesen dicho: «queremos ser directores para entretener con buenas películas a la gente», esto tendría un significado, un sentido.

A veces, el problema es que confundimos el medio con el fin.

¿Qué le dirías a alguien que te dijese que quiere ser un actor de Hollywood?

Le contaría mi ejemplo de cuando estuve en Londres trabajando. La mayoría de españoles que estaban allí y no sabían hablar el idioma, como yo, intentaban optar por trabajar en tiendas o restaurantes, yo en cambio, probé entrar en el Ayuntamiento y lo conseguí.

Al final es una cuestión de probabilidad, la mayoría de la gente cree que, sin hablar el idioma, lo más fácil es conseguir trabajo en una tienda o restaurante, nadie se planteaba trabajar en el Ayuntamiento de Londres, sin saber inglés. Esto significa que hay mucha más gente que se presenta para trabajar en este tipo de puestos y que prácticamente nadie lo hace para cosas que pueden parecer mucho más difíciles. Pero yo creo que es todo lo contrario.

Al final las cosas mediocres son más difíciles de conseguir… Y si no, dime ¿cuánta gente se presenta a unas oposiciones? ¿cuántos van a Hollywood intentando ser actores? ¿qué te parece más difícil?

¿Qué piensas del emprendedor que prueba un negocio y lo vuelve a probar y falla?

La vida es eso, consiste en probar y probar y en investigar. La vida es movimiento constante. Siempre es mejor probarlo que no hacerlo, en eso consiste la historia de la humanidad.

Aparte [de eso], lo más interesante de la vida no está en cuando consigues tu objetivo, si no en disfrutar del camino. Siempre aprendemos si vamos con esa mentalidad.

¿Cuanto tiempo crees que hay que dedicarle a un negocio para que salga bien?

Todo y nada… (risas). Yo creo que las 24 horas del día, cuando te comprometes con algo y te apasiona lo que haces, no puedes dejar de hacerlo. De todas maneras, para ser muy bueno en algo, tal y como popularizó el sociólogo y periodista Malcom Gladwell, hay que dedicarle un promedio de 10.000 horas. Prueba a dedicarle 10.000 horas a algo que te gusta y después hablamos…

¿Puedes darme unos consejos para la gente que quiere conseguir sus sueños?

En primer lugar, les diría que para emprender tienen que tener claras dos áreas:

Ser un especialista de tu área, por ejemplo, si tienes una productora audiovisual, saber todo a cerca de las cámaras, montaje, etcétera.

Saber de las áreas propias del acto de emprender, que corresponde a el área financiera, comercial, administrativa... Si eres un especialista en el tema de productoras audiovisuales, pero no sabes cómo vender un vídeo, nunca podrás ser emprendedor.

Nosotros desde el Instituto de Pensamiento Positivo ayudamos y enseñamos a la gente a ser emprendedores, a través de nuestros cursos, artículos o charlas que tenemos colgadas en nuestra web, totalmente gratuitas.