El presente es un regalo que normalmente no valoramos. A veces solemos estar tan preocupados por el futuro, y tan cargados con el peso del pasado, que somos incapaces de vivir y disfrutar del momento presente.

No nos damos cuenta que según nuestro mundo interior, así es nuestro mundo exterior.

Todo lo que nos ocurre fuera es una proyección de lo que nos está ocurriendo dentro: sentimientos, emociones, desequilibrios, pensamientos.

Da igual en el momento de nuestra vida que nos encontremos, planta la semilla y asume que todo lo que ocurre en tu vida es responsabilidad tuya y solo tú puedes hacer que cambie.

Tú puedes cambiar, si lo quieres.

Tú puedes encontrar tu Paz Interior, si lo quieres.

Tú eres el responsable de tus decisiones.

Tú eres dueño de tus pensamientos y tienes el poder de cambiarlos.

Tú puedes iniciar el camino, si quieres.

El Poder está dentro de ti, nunca lo has perdido, recupéralo. No es tarde.

Acepta tu responsabilidad.

Motívate para cambiar, deséalo, actívate y no pierdas de vista la diana, ese punto a dónde quieres ir.

No hace falta que busques fuera de ti; ahí, en el exterior, no vas a encontrar nada importante. Busca dentro de ti. Ahí está la semilla del cambio. Ahí está tu semilla esperando ser plantada para que comiences a regarla y crecer.

Tienes el poder de decidir. Sólo tú lo tienes. No esperes a que los demás decidan por ti.

Tienes el poder de ser lo que tú quieres ser. Olvida lo que piensen los demás.

La vida es mucho más que todo lo externo. La esencia está dentro de ti.

Mírate dentro. No te fijes solo en esos resultados. Busca en ti el porqué de lo que no sale bien.

Solemos culpar a los demás de nuestros fracasos, pero el verdadero problema está dentro de nosotros.

No culpes ni a tu pasado ni a tus circunstancias. No importa de dónde venimos, importa a dónde vamos.

Todos hemos tenido experiencias negativas en nuestras vidas, pero eso no quiere decir que tengamos que vivir un futuro negativo.

Levántate.
Camina.
Responsabilízate.
Transfórmate.
Liderándote.

Nuestros pensamientos determinan el mundo que vemos.

No conozco ninguna meta que no venga acompañada de problemas, pequeños o grandes, antes de llegar a ella. Identifícalos cuanto antes, trata de resolverlos y llegaras antes al objetivo. Cada problema es una meta en sí.

El 90% de los obstáculos que encontramos para conseguir algo están dentro de nosotros. El 10% fuera. Con lo que el verdadero problema eres tú.

Cambia.

Si otros llegan, por qué tú no vas a llegar. Si otros cambia, por qué tú no vas a hacerlo. No tienes que cambiar el mundo, tienes que cambiar tú.

Aspira arriba, inténtalo. Nada ocurre por que sí. Todo cambio requiere de una determinación y esfuerzo.

He rescatado este texto de los Tratados Morales de Séneca y dice:

«Miraré la muerte con el mismo rostro con que oigo hablar de ella. Por grandes que sean, me someteré a los trabajos, fortaleciendo mi cuerpo con el espíritu. Con la misma igualdad de ánimo despreciaré las riquezas tanto presentes como ausentes; no me entristeceré de verlas en otros lugares, ni estaré más animoso si me deslumbran a mi alrededor. No haré caso de que venga o se ausente la fortuna. Miraré todas las tierras como si fueran mías y las mías como si fuesen de todos. Viviré como quien sabe que vive para los demás y por eso mimo daré gracias a la naturaleza. ¿Pues de que otra manera puedo arreglar mis otros asuntos? Ella me hizo a mí para todos y a todos para mí. Cuanto posea no lo guardaré sórdidamente ni lo derrocharé con prodigalidad. Nada creeré poseer mejor que lo que doy bien. No ponderaré los beneficios por el número o el peso, ni por otra estimación que la del que los reciba. Y nunca me parecerá mucho lo que reciba una persona digna. Nunca haré nada por la opinión, sino por la conciencia. Cuanto haga, siendo yo solo testigo, creeré hacerlo en presencia de todo el pueblo. El fin de mi comida y bebida será cumplir la necesidad de la naturaleza, no llenar el vientre y saciarlo. Seré amable con mis amigos, suave y condescendiente con mis enemigos; concederme antes de que se me pida y atenderé toda petición honesta. Sabré que mi patria es el mundo y los dioses mis protectores; que ellos están por encima de mí y me rodean, censores de mis hechos y mis dichos. Y cuando la naturaleza reclame mi espíritu y mi razón lo despida, saldré con el testimonio de haber amado la buena conciencia y las buenas inclinaciones y que nadie vio disminuida su libertad por mí, ni menos la mía por nadie».

Intentar iniciar el camino es plantar la semilla del cambio.

De qué nos sirve tener un coche impresionante si ni siquiera sabemos a dónde vamos.

Tampoco hace falta tanto esfuerzo, solo querer.