El Reino Unido pone en marcha un plan de políticas públicas para que el país esté completamente libre de tabaco en 2030. A día de hoy los ingleses ya tienen la tasa de fumadores más baja de Europa, con menos de uno de cada seis adultos fumando.

Avanzando en nuestra salud: prevención en la década de 2020: este es el título del libro verde que recoge el ambicioso plan con el que el Gobierno inglés pretende que de aquí a 11 años, Gran Bretaña esté libre de tabaco. Las tasas de tabaquismo en Gran Bretaña se han reducido por la mitad en los últimos 35 años hasta convertirse en una de las más bajas de Europa, con menos de uno de cada seis adultos que fuman. Desde el Ejecutivo inglés aseguran, sin embargo, que quieren «terminar el trabajo» y eliminar totalmente el tabaco del país.

El plan incluye un ultimátum a la industria tabaquera por el que se le obligará a pagar el coste sanitario de las personas que quieran dejar de fumar y los fumadores deberán, por su parte, renunciar a este nocivo hábito o trasladarse a productos con riesgo reducido como cigarros electrónicos. Está previsto que se endurezcan los consejos sobre cómo dejar de fumar insertados en las cajetillas de cigarrillos y las sanciones al tabaco que se venden en el mercado negro. Fumar en lugares públicos se prohibió en 2007, y en 2016 se introdujo el empaquetado simple obligatorio de cigarrillos, sin propagandas.

Sin embargo, fumar sigue siendo la principal causa de cáncer prevenible en Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte. Para el 15 por ciento de los adultos el tabaquismo es la principal causa de mala salud y muerte prematura, y una causa importante de desigualdad. Las tasas de fumadores son mucho más altas en las áreas más humildes. En toda Gran Bretaña se estima que el 31 por ciento de los inquilinos de viviendas sociales son fumadores. En la localidad costera de Blackpool, por ejemplo, una de cada cuatro mujeres embarazadas fuma, mientras que en Westminster, en el centro de Londres, es una de cada 50.

El índice de tabaquismo en Inglaterra es el más bajo desde que comenzaron los registros en 1974. Por aquel entonces, casi un 50 por ciento de la población de Reino Unido, mayor de 16 años, fumaba. Desde que se prohibió consumir tabaco en lugares públicos cerrados en 2007, la gráfica ha dibujado una mejora en la proporción de fumadores entre los habitantes ingleses. Si las tasas de consumo de tabaco continúan bajando, una generación libre de tabaquismo será posible en 2030, como prevé la organización benéfica Action on Smoking and Health. Sin embargo, en la actualidad el tabaco es responsable de la muerte de 200 personas al día.

El Departamento de Salud del Gobierno ha dicho que aún queda mucho trabajo por hacer y ha establecido una serie de objetivos dentro de este plan, entre ellos, reducir la tasa general de tabaquismo del 15’5 al 12 por ciento, reducir el porcentaje de fumadores con la edad de 15 años del 8 al 3 por ciento y disminuir el consumo de tabaco en las mujeres durante el embarazo del 10 al 6 por ciento o menos. Una de las medidas para lograr esto es declarar campeonas de las localidades a las mujeres embarazadas que consigan estar libres de humo. El grupo Smoking in Pregnancy Challenge, que incluye varias instituciones y ONG, anima a las mujeres con dificultades para dejar de fumar a probar los cigarros electrónicos durante su embarazo, como una alternativa. Desde esta organización no gubernamental se asegura que fumar durante el embarazo causa 2.000 nacimientos prematuros, 5.000 abortos espontáneos y 300 muertes de bebés cada año en Reino Unido.

Además de los costos humanos, fumar cuesta a la economía del Reino Unido más de 14.000 millones de libras por año, de los cuales 2.500 millones recaen en el NHS, el servicio de salud inglés, y la asistencia social.

Según los expertos los cigarrillos electrónicos son una de las mejores opciones para dejar de fumar. Un ensayo clínico reciente descubrió que el 18 por ciento de los usuarios de cigarrillos electrónicos no fumaban después de un año, en comparación con menos del 10 por ciento de los participantes que buscaron ayuda a través de parches, chicles u otras terapias de reemplazo de nicotina. Comparativamente, los investigadores de UCL, la University College London, encuestaron a cerca de 19.000 fumadores en Inglaterra desde 2006 hasta 2018: las personas que usaron los cigarrillos electrónicos para dejar de fumar tenían un 95% más de probabilidades de éxito que aquellos que intentaban sólo dejar de fumar. Se estima que entre 22.000 y 57.000 fumadores en Inglaterra usan este tipo de cigarrillos y la sanidad inglesa está considerando prescribirlos.

Una encuesta de la organización Action on Smoking and Health mostró que el 72 por ciento de los adultos estaba a favor de que las compañías tabaqueras pagaran un impuesto para ayudar a los fumadores a dejar de fumar y evitar que los jóvenes empiecen. El 64 por ciento de los participantes de la encuesta estaría a favor de inserciones en productos de tabaco con información sobre cómo dejar de fumar. Esto se agregaría a las imágenes espantosas y al empaquetado sencillo, que se convirtió en ley de la UE en 2017.

Fumar causa casi 1 de cada 5 casos de cáncer y más de 1 de cada 4 muertes por cáncer cada año en el Reino Unido. Décadas de acción política han reducido constantemente las tasas de tabaquismo del Reino Unido a una de las más bajas de Europa. Pero con aproximadamente 1 de cada 7 personas que aún fuman, el tabaco sigue suponiendo un costo enorme para la sociedad y la economía inglesa.