En todos sus modelos y colores, la vespa ha sido más que una moto. Marcó un estilo de vida y una moda. Rápidas, accesibles y más cómodas por su amplitud, sobretodo para la mujer acostumbrada a llevar falda, pero también protagonista de eventos espectaculares como el I Rallye "Vespa", el II Rallye "Cantábrico", el III Rallye "Internacional" y la ascensión al Collado del Portaro. Por eso, a muchas de sus funciones se le une su afán competitivo que parece no tener límites.

El origen del que derivó la vespa hay que remontarlo a 1884 en Sestri Ponente, Italia. El senador Rinaldo Piaggio fundó un taller para trabajar la madera, fruto de una vocación que heredó de su hijo Enrico Piaggio, fabricó barcos, vagones de ferrocarril... y cuarenta años más tarde instala en Pontedera, cerca de Pisa, una fábrica de motores de aviación y de aviones de combate. Sin quererlo, había nacido una clara vocación de ayuda al transporte.

Por eso, llegó el momento de fabricar un medio nuevo de transporte que fuera cómodo, de fácil manejo, de sencillo aprendizaje y de poco consumo, que fuera útil a todos y, aunque muchos observaron el invento con cierto escepticismo, el señor Piaggio con el gérmen ya terminado exclamó: "Bello, sembra una vespa" (Bello, parece una avispa, en italiano), aludiendo a la forma del vehículo: parte trasera más gruesa conectada a la parte frontal por una cintura delgada, y el manillar como las antenas.

En 1946 se materializó: la primera vespa rodaba por las calles italianas. Había dado comienzo el "fenómeno de la vespa". Sólo diez años después, en 1956, rodaban un millón de vespas por Europa y en poco tiempo invadió todo el planeta.

La vespa es uno de los más provechosos inventos del siglo XX. Incluso España en su afección de "la españolada" (acción propia de los españoles) culmina una hazaña muy popular y conocida por todos, "la españolada" ante notario y en Valladolid, donde recorre un kilómetro con 30 personas a bordo, récord todavía no batido. "La españolada" en el amor, las guerras y en el deporte... pero también en la vespa.

También en España, la fábrica española creó un producto propio en 1968, para afrontar la caída de las ventas, el Vespino, de patente española, producciéndose hasta 1990. Después vendría Piaggio, que adquirió la mayoría de las acciones de Moto Vespa SA, y Derbi. La deslocalización provocó el cierre de las fábricas en 2003. Pero ¿quién no ha tenido, alguna vez, una vespa de un modelo u otro?

La realidad es que la vespa se convirtió con las modas y la publicidad en un icono, seductora y elegante, capaz de provocar emociones y capaz de seducir, atraer al receptor o reforzar la pertenencia a un grupo o a un estilo de vida concreto.

La publicidad de la vespa se convirtió en una forma de identidad del propio país y del mundo, para el consumidor y el público, dándole la oportunidad y la ayuda de conocer la cultura de un lugar.

Y es que la vespa es protagonista de muchas de las peliculas de la época. Tal es el caso de Vacaciones en Roma, del año 1953, dirigida por William Wyler y protagonizada por actores de la talla de Gregory Peck, Audrey Hepburn, en ese momento desconocida, ingenua e inocente, lo que hizo que el público la adorara siempre; y Eddie Albert. La cinta consiguió los Oscar a la mejor actriz revelación (Audrey Hepburn), mejor guión y mejor vestuario. Éxito de crítica y de público, llena de escenas memorables como el paseo en Vespa, entre otras, y que convirtió tanto a su protagonista como a la ciudad en un lugar para la eternidad.

En el siguiente vídeo puede vivirse la acción de los dos protagonistas recorriendo en vespa la ciudad de Roma y mostrando algunos de los rincones más populares, produciendose, con ello, un interés mundial por el famoso vehículo de dos ruedas y los recorridos turísticos en moto por la ciudad.