A pesar de circular ya casi por la tercera década del siglo XXI, en España, el campo sigue siendo campo. Y los millenials rurales, haberlos haylos. Y por extraño que parezca, les gusta las mismas cosas que a los urbanitas de la nueva era tecnológica. Les gusta y necesitan internet. Porque en el campo también hay explotaciones agrarias y negocio rural…

Pero internet todavía no llega por fibra óptica o ADSL de banda ancha a cerca de un tercio largo de nuestro país.

Aun así, pese a nuestra natural inclinación al pesimismo y el critiqueo, pese a las fundadas dudas de que las líneas ADSL de alta velocidad cubran todo nuestro territorio en el año 2020 –como exigen las directivas europeas– resulta que aún podemos consolarnos de forma medianamente satisfactoria ya que también existen soluciones para poder navegar por internet, enviar importantes correos electrónicos, pasearse por los mercadillos de apps del Google Play o de iTunes, es decir, para disponer de internet en lugares donde no llega ni ADSL ni fibra óptica. Es la llamada tecnología WiMAX para practicar el «internet rural».

Por explicarlo de forma muy básica, esos pueblecitos de la vieja España, o grandes extensiones naturales prácticamente despobladas, pueden también disfrutar de conexión a internet ADSL –parece que con una capacidad de hasta 20 MB de banda y velocidades máximas de hasta 1 Gb/segundo– a través de WiMAX mediante una conexión relativamente sencilla vía antenas repetidoras. Vamos, una antena que transporta datos a través de microondas: ondas de radio en frecuencia de entre 2,5 a 5,8 GHz.

Por simplificar: un cielo abierto a ser posible sin obstáculos, una antena orientada o parabólica del tipo de las de toda la vida, decodificadores, routers tipo… WiMAX permite acceder a internet por banda ancha, allá donde las grandes compañías operadoras no tienen previsto involucrarse, dada la escasa cifra de negocio –debido a la pequeña densidad de posibles usuarios– que representa. Y tarifas entre unos 30 y 80 euros, dependiendo de la velocidad a contratar.

Otra cosa es la cobertura WiMAX en España, que es bastante aceptable en Cataluña, País Vasco, Castilla y León, Navarra, Andalucía y La Rioja; mejorable en Aragón, Asturias, Murcia o Galicia; y francamente perfectible en Comunidad Valenciana, Castilla La Mancha, Extremadura, Madrid, Canarias y Baleares.

Sin embargo, para aquellos a quienes les gusta vivir conectados a nuestro mundo global y tecnológico del tercer milenio y tienen la fortuna de vivir apartados del mundanal ruido, la buena noticia es que en España existen bastantes operadores. Son pequeñas compañías a las que le va muy bien este nicho WiMAX de mercado «campestre», de cifras no extremadamente altas, pero lo suficientemente atractivas –entre 200 y 500 millones de euros– como para desarrollar el servicio y el consecuente negocio. Algunos ejemplos de estos operadores:

Toda España: Iberbanda y Eurona.
Galicia y Asturias: Tngo.
Madrid, Sevilla, Valencia, Murcia y Asturias: Netllar.
Alicante, Valencia y Almería: Portal Wimax. Alicante, Valencia, Murcia y Albacete: Aeromax.
Zona Sur: WiNet.
Granada, Málaga, Almería, Sevilla y Córdoba: Nostracom, Jetnet.
Valencia: Tecavicas.
Madrid, Toledo, Cuenca, Sevilla, Alicante: Excom.

Así, la «interoperabilidad mundial para acceso por microondas», o lo que es lo mismo, el Worldwide Interoperability for Microwave Access, es decir WiMAX, nos facilita el acceso a internet, aunque tampoco hay que olvidar otras opciones como el Internet por satélite, la tecnología 4G o incluso soluciones de redes de tipo colaborativo como la que propone Guifi.net.