Durante el último año se han descubierto más de 1.700 especies de plantas tanto para luchar contra la enfermedad como para adornar los jardines

Más de un centenar de científicos procedentes de todos los puntos del planeta han descubierto en el último año nuevas variedades de plantas insustituibles en nuestra vorágine diaria, como pueden ser el café, imprescindible para los muy cafeteros, yuca, chiriva y, para los más románticos, rosas y gardenias.

El número concreto de nuevas especies de vegetales encontradas asciende a 1.730 según han publicado los investigadores en el informe State of the World's Plants (Estado de las plantas del mundo), coordinado por el Kew Gardens de Londres -uno de los mayores centros de botánica del mundo-, que revela los nuevos descubrimientos en el campo y las amenazas que sufre actualmente el reino de las plantas.

Asia y Áfica son los continentes donde más hallazgos vegetales se han identificado y, en este sentido, Kathy Willis, directora de Ciencia del Kew Gardens y principal responsable del informe, considera como descubrimiento más relevante los 11 tipos de yuca encontradas en Brasil, variedades que pueden ayudar a obtener mejores cosechas para los millones de personas que dependen de esa fuente de alimento en las zonas tropicales. «Además, podemos estudiar los genes de esas especies para identificar características que pueden ayudar a crear plantas más resistentes al cambio climático», añade Willis. Por su parte, las alcaparras, la vainilla y la caña de azúcar también se encuentran entre las plantas comestibles con parientes silvestres recién descubiertos.

Igualmente, se debe subrayar el número de nuevas especies de plantas con usos medicinales: según el mismo informe se elevan a 28.000. Entre ellas, sobresalen nuevos tipos de vides trepadoras de Borneo y Ecuador, que pueden ser utilizadas en medicamentos para la enfermedad de Parkinson. Y, de cualquier modo, no se deben olvidar las 29 nuevas variedades de begonias de los bosques de Malasia, rosas y lirios de China y nuevas violetas y silenes de Turquía, que aportan más armonía y belleza a todos los conjuntos relacionados con los jardines y el cuidado doméstico de flores y plantas.

De otro lado, y según estima Joana Oliveira, experta en el tema que nos ocupa, «los resultados de las investigaciones demuestran que las plantas con hojas y corteza más gruesas, mejores estrategias de uso del agua y raíces más profundas y con mayor densidad de madera, tienen más capacidad para hacer frente al cambio climático y adaptarse a la sequía, incendios, cambios de temperatura y altos niveles de CO 2. Uno de los ejemplos es una especie de café descubierta en Madagascar, que sobrevive bajo temperaturas de hasta 40 grados». A este respecto, Willis asegura que «esa resistencia es una característica que nos permite decir que éste puede ser el café del futuro».

Junto a esto, el estudio destaca que algunas especies prácticamente desaparecieron antes de haber sido descubiertas, debido a la pérdida de hábitats naturales, y otras ya nacen condenadas en la lista de plantas críticamente amenazadas. «Es el caso de un singular árbol en flor encontrado durante la excavación de una mina de uranio en Mali, que tiene menos de diez ejemplares adultos conocidos en todo el mundo», determina Oliveira.

Otras amenazas a la cobertura vegetal del planeta son los incendios -el informe indica que 340 millones de hectáreas de la superficie de la Tierra, más que el tamaño de la India, arden cada año-, las plagas y las especies invasoras. Esos problemas podrían generar pérdidas de casi cinco mil millones de euros al año en agricultura si no se toman medidas, indica el estudio.

Es más. los investigadores alertan de que las principales plagas, como el gusano del algodón, la mosca blanca del tabaco o la oruga del taro ya son resistentes a varios pesticidas y están presentes en muchos países. El escarabajo verde esmeralda (Agrilus planiplennis), por ejemplo, nativo del este asiático, es trasladado en cajas de madera hasta Estados Unidos, donde puede matar a más de 8.000 millones de fresnos. Y un tipo de gusano típico de Norteamérica ha llegado a África, donde diezma cultivos de alimentos y provoca el éxodo de los habitantes de algunas zonas que se quedan sin comida, ultima Joana Oliveira. Por casos como esos, Willis opina que «la bioseguridad debería ser una prioridad de todos los Gobiernos».