Hablar de inteligencia es hacerlo del resultado de un test que evalúa precisamente la inteligencia, esto parece una obviedad, pero está en la base de las polémicas relacionadas con la comparación entre pueblos.

Desde que se diseñó el primer test de inteligencia, han sido muchos los intentos por crear un cuestionario que recoja el máximo número de capacidades humanas evaluadas. Así los test, además del desempeño académico, recogen pruebas de lenguaje, de lógica e incluso de destreza visual.

Igualmente los test actuales no solo tienen en cuenta el número de aciertos alcanzados, sino también el tiempo de la ejecución de la prueba.

Pero lo que no ha cambiado con el tiempo es ofrecer un índice a modo de «nota final» que separa a los inteligentes de los que no lo son, distribuyendo los resultados en una escala donde compararse con el resto para saber si se es igual, más o menos inteligente que la medida de la población.

Si bien esto es conocido quizás no lo sea tanto el efecto Flynn, donde se daba cuenta de que la inteligencia de la población ha ido cambiando con el tiempo, obteniéndose mejores resultados globales de la población a medida que pasan las décadas, aspecto que ha sido ya evidenciado desde la infancia, esto es, los niños son más inteligentes que sus padres cuando estos eran niños.

Todo con la salvedad de que los instrumentos han ido cambiando, a pesar de lo cual los resultados se mantienen en distintos países a lo largo del mundo, pero: ¿existen datos actuales sobre el efecto Flynn de inteligencia?

Esto es precisamente lo que se ha tratado de averiguar con una investigación realizada desde la Universidad de Oslo (Noruega) cuyos resultados han sido publicado en el 2014 en la revista científica Journal of Intelligence.

Los datos se extrajeron del registro militar de los nacidos entre los años 1938 a 1985, que tuvieron que alistarse al servicio obligatorio entre los años 1969 y 2000, lo que ha permitido conseguir reunir información de casi 330.000 reclutas, cuyo nivel de inteligencia se ha obtenido a través del test precedente al WAIS hasta 1990, y posteriormente a través de General Ability (GE) que tiene una alta correlación con el test WAIS.

Un análisis que equipara en edad a todos los participantes, a pesar de las distintas generaciones que van pasando, lo que permite dar una gran validez interna a los resultados de los datos, además del gran número de participantes del estudio.

Esto ha permitido incluso establecer comparaciones dentro de la familia en donde se tienen datos de varias generaciones, para poder comprobar si han existido o no variaciones de inteligencia a lo largo del tiempo.

Los resultados indican que se ha producido un incremento de la inteligencia de generación a generación.

Estos resultados vuelven a poner de actualidad uno de los efectos más polémicos con respecto a la inteligencia denominado efecto Flynn sobre todo en casi veinticinco años de estudio, constatando que la inteligencia mundial ha ido cambiando a lo largo de los años, haciéndose necesaria una revisión periódica de los cuestionarios de inteligencia.

Las especulaciones sobre por qué se produce esta mejora de la inteligencia no son tan claras, argumentándose en ocasiones a un mayor acceso a la comida, a la sanidad e incluso a la tecnología como los responsables de dicho cambio.

Es cierto que, si pensamos en nuestros padres, apenas tuvieron la oportunidad de conocer la televisión, y menos, los padres de estos.

Igualmente, la medicina ha avanzado tanto en los últimos años que en un par de años, los instrumentos de intervención quedan como objetos para museo, debido a que la técnica los va renovando continuamente, y con ello mejorando la calidad asistencial.

A pesar de ello, son teorías, ya que estos avances afectan «por igual» a todos los países del mundo, máxime desde que hay internet y que un descubrimiento en cualquier parte del mundo es rápidamente difundido en otros países.

Pero si bien se ha hablado de los beneficios que ha tenido el «tiempo» en la inteligencia, estas conclusiones han sido cuestionadas recientemente por un estudio realizado entre cinco países europeos cuyos resultados se han publicado en la revista científica PNAS, donde se observa una caída de la inteligencia en la población joven, entre los 18 a 19 años, nacidos entre 1970 y 2009, observando cómo a partir de 1975 en vez de mejorar el nivel de inteligencia, como era esperable por el efecto Flynn, este disminuye.

Las teorías que tratan de explicar esta contradicción son variadas, desde un «mal uso» de los test, no ajustados al lenguaje actual, hasta un «efecto techo» que haría que no se pudiese seguir avanzando.

Igualmente se ha defendido que la tecnología, considerada como un aspecto positivo y de desarrollo de la inteligencia, podría tener en los más jóvenes un efecto contrario, al aumentar el número de tiempo dedicado al ocio, reduciendo el de lectura o el dedicado a otras actividades intelectuales.

Por tanto, actualmente queda la duda de si se están «educando» adecuadamente a los menores, o si los cambios introducidos entre 1975 y la actualidad están provocando una caída de la inteligencia, beneficiada por el «exceso» de dependencia tecnológica, ¿Usted qué piensa?