«Cuando juegas con fuego sabiendo que te quemarás, quedarás como un tonto dolido en el silencio y aprenderás que no debiste hacerlo».

(José Tejada Maury)

Pretender jugar a ser Dios sin estar lleno de virtudes, es similar a arrojarse al vacío sin saber en dónde terminarás. Con esta frase parodiamos todo el espectáculo mediático que se le dio al colisionador de hadrones o colisionador de protones, tal como se bautizó a la partícula divina que nos conduciría a explicar no sólo el origen de la materia, sino del universo, y del que hoy nadie se ha vuelto acordar debido a que fue la reprobación académica del mundo científico contemporáneo, sobre todo por la calidad de personas e instituciones que participaron en tan bochornoso insuceso que colocó a la física de las partículas en un pedestal del inframundo, al pretender imponer en forma teórica conceptos de unos sucesos o eventos que jamás se han dado ni se darán en la práctica, particularmente tratar de pretender amarrar, atar o ligar dos partículas que por su configuración electromagnética se repelen. Desastroso que el mundo académico acepte esta falacia y conviva con ella por el mero hecho de desconocer que los protones, por tener cargas iguales, se repelen entre sí, o que lo haga a sabiendas por las dos causas consecuentes: ignorancia y/o sumisión.

Más fue el despegue publicitario a un hecho que ni aún en ciencia ficción, cabría la posibilidad de ejecutarse materialmente. Es una vergüenza universal, sobre todo en cabeza de la CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) y todos los «científicos» que participaron en este fiasco.

¿Qué fue lo que sucedió en la frontera franco-suiza (cerca de Ginebra) y cuál sería el objetivo inicial de este proyecto científico?

Considerado el proyecto científico más ambicioso de la historia, el LHC (colisionador de hadrones) intentaría identificar con la total certeza los ladrillos fundamentales con que se construyeron las estrellas, los planetas y hasta los seres humanos. Este fiasco contó con la participación de 40 países, con un costo de 6.200 millones de euros y la maravilla de 10.200 «científicos» de 500 universidades del planeta Tierra. Lo cierto fue que el mundo estuvo a la expectativa, algunos ingenuos estaban temerosos y los prepotentes ufanándose de ser megapoderosos e indestructibles, prestos a desbordar toda su soberbia en un mundo dormido y lleno de mentiras piadosas ante una academia arrodillada, sumisa bajo la férula de la intelectualidad importada, al servilismo intelectual y al dogma bravucón y fruslero de quienes pretenden arrogarse la tenencia del conocimiento.

Esta vez a la cabeza de la matrona de la mentira y de la amnesia el CERN (Consejo Europeo para la Investigación Nuclear); resulta aberrante que no sólo la CERN, sino los 10.200 «científicos» de las 500 universidades de los 40 países que participaron hayan ignorado que jamás dos protones van a reaccionar por tener cargas iguales, pues éstos se repelen, sin embargo le introducen un fraude a la física de partículas al referirse a una interacción nuclear fuerte.

¿Cuáles eran los otros objetivos del LHC?

Descubrir realmente qué es la masa, descubrir qué es la materia oscura, descubrir cuántas son las partículas totales del átomo, descubrir la existencia o no de las partículas supersimétricas, descubrir por qué no hay más antimateria, y por último descubrir cómo era la materia durante los primeros segundos siguientes al Big Bang.

¿Por qué no les funcionó este espectáculo mediático?

Sencillamente se lanzaron a una aventura fantasiosa sin tener en cuenta el marco teórico conceptual y haber olvidado cómo se ha desenvuelto a través de la historia todo lo referente a los experimentos sobre la materia.

Se olvidaron que los fisicoquímicos alemanes Fritz Strassman y Otto Hahn, descubrieron la fisión del átomo de Uranio al ser bombardeada con neutrones. Strassman recibe el Premio Nobel de Física y Otto Hahn el de Química en 1944, la fisión con neutrones se logra debido a que los neutrones no tienen carga, pues no se pudo elaborar con protones ya que éstos se repelían debido a que poseen cargas iguales y con esto quedó sentado y confirmado a través de la experiencia en la práctica que dos protones jamás reaccionarán por su configuración nuclear. No se entiende por qué la CERN y todos los participantes ignoraron esta experiencia histórica y se embarcan en un viaje al fracaso para quedar como un escarnio público silenciado por las academias y los medios.

¿Y en qué consiste la partícula divina?

Los físicos la llaman la partícula de Dios porque es la pieza que les falta para comprender la estructura de la materia a nivel subatómico.

Lo que no entienden ni entenderán jamás los físicos, es que la energía es una función variable de la materia, es decir la energía es coexistente con la materia. No existe energía sin materia y materia sin energía. Entonces, dentro de esta encrucijada, diseñan un argumento teórico como el bosón de Higgs. Existe una partícula, llamada bosón de Higgs, responsable del valor de la masa del universo. Para justificar el «origen de la masa», es decir, así como en materia de derecho existe un término conocido como mico igualmente a la física de las partículas se le introdujo un mico llamado bosón de Higgs. Lo que nos induce a concluir que todo lo que se haya dicho y hecho con respecto a la física de las partículas o al origen del universo sigue puesto en duda.

Si tomamos como referencia la explosión atómica de Hiroshima y Nagasaki, podemos inferir que allí lo que se aplicó mediante procedimiento fue la desintegración de la materia y se extrajo la energía cinética contenida en los átomos del uranio o en el plutonio mediante reacción en cadena, jamás hubo transformación de materia en energía, como tampoco podemos afirmar irresponsablemente que este proceso es reversible para sostener la necedad de que la energía se transforma en materia y de allí podemos deducir que una explosión sólo genera destrucción, desintegración y muerte, jamás una explosión genera vida, por lo tanto la hipótesis del Big Bang arbitrariamente impuesta como teoría, queda sin piso científico. Por consiguiente, ya es la hora de tomar el consenso para unificar criterios en torno a que el universo no salió ni vino de ninguna parte, sino que siempre estuvo allí y que la energía es una variable dependiente de la materia, es decir; la energía sin la materia no puede existir.

Por estos días estuvo en nuestro país (Colombia) el Nobel de Física Serge Haroche (2012), en la ciudad de Medellín, como uno de los miembros de la Misión de Sabios para la Cumbre Colombo Francesa de Investigación, Innovación y Educación Superior, que se realiza en Eafit y CES hasta el 14 de junio . En un artículo publicado en un medio bajo el título de Todo lo irracional es peligroso para la ciencia, afirma que «una teoría no es válida sino hasta que haga predicciones posibles». No se entiende por qué la física de partículas sigue sosteniendo el concepto de fusión nuclear, cuando mediante experiencia ese concepto quedó abolido. Igualmente hace referencia a la energía nuclear como energía limpia, lo irracional de sus afirmaciones es que este señor ignora que la energía nuclear es altamente contaminante, desconociendo, por ejemplo, como en el período de Gobierno de César Gaviria Trujillo(1990-1994) dicho gobernante se dedicó a importar desechos radiactivos y fueron enterrados en una población de Colombia (Huanchaco, Valle del Cauca). Lastimosamente este Nobel de Física, a pesar de considerarse racional, actúa en forma irracional e irresponsable. Ellos usan la energía nuclear y exportan los desechos a otros países. Seguirán los Chernóbil, Fukushima, Hiroshima y Nagasaki ambulantes por la irracionalidad de los sabios.

Aun cuando los objetivos aparentes del proyecto se mencionaron arriba, al parecer y dada las circunstancias en la que intervinieron autoridades en energía nuclear(CERN y 500 universidades del planeta), se presume que en el fondo se trataba de buscar una alternativa de generación eléctrica similar al Sol, es decir, fabricar un Sol artificial para tener el monopolio de las alternativas energéticas y ser los amos y señores del desarrollo de las economías de los pueblos del mundo para desplazar en el menor tiempo posible a las fuentes tradicionales . El fracaso prematuro por ignorar la historia y el marco teórico, les hizo ver la realidad

Se vuelve a insistir que la solución a todo este asunto está en SAGEAYCOS (Sistema Alternativo de Generación Eléctrica por Autoinducción y Cogeneración Simultánea),como el único sistema a nivel global para detener y evitar que se siga contaminando y destruyendo al planeta.

Bibliografía

Entrevista a Serge Haroche, El Colombiano.
Wikipedia: Gran colisionador de hadrones.
La partícula divina, Muy interesante.
Qué es un mico, El Espectador.
Tejada Maury José de Jesús. Mitociencia y mercado. La educación al servicio de las transnacionales. ISBN:978-958-44-7206-9. Publicada 8 de septiembre de 2010. Talleres editoriales Prometeo cía. Ltda. Barranquilla.