Hace algunas semanas y gracias a que nuestra común amiga, la historiadora alemana y experta en asuntos del Tíbet, Isrun Engeldhardt, nos ayudó a establecer contacto, comencé a comunicarme con el reconocido biólogo canadiense nacido en Ucrania, Valerius Geist. Especialista ampliamente conocido en temas de biología, comportamiento y dinámica social de grandes mamíferos, es también defensor de la cacería ética. En 1991 publicó un trabajo sobre la taxonomía de los argalís o muflones, Ovis ammon, reconociendo siete subespecies. Más tarde, mientras estudiaba ejemplares del argalí tibetano (Ovis ammon hodsonii) en la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia (hoy, Academia de Ciencias Naturales de la Universidad Drexel), encontró que tenía varias hembras recolectadas por el zoólogo y explorador Ernst Schäfer (1910-1992) y el aventurero y naturalista Brooke Dolan II (1908-1945) durante la segunda Expedición Dolan al este del Tíbet entre 1934 y 1936. Sorprendentemente, entre ellas había algunos machos pequeños, similares en tamaño y características a las hembras. Estos pequeños machos mostraban «desarrollo retrasado y estaban en compañía de hembras» al ser capturados por Schäfer en las empinadas montañas de una sección particular del este de Tíbet. Esos machos enanos y atrofiados, eran completamente diferentes de los machos típicos de gran tamaño y cuernos muy desarrollados que fueron recolectados en las áreas vecinas más bajas del valle formado entre tales montañas.

En nuestra correspondencia, Valerius me sugirió leer un artículo publicado en 2014 por Der Spiegel, basado en los descubrimientos sobre la presencia de intrusiones de genes de neandertal, denisovano y otros humanos arcaicos, dentro del genoma de humanos modernos. El articulo incluye tres mapas que muestran la distribución de varios genes primitivos (HLA – A* - 11; HLA – A – C; HLA – A) y el pseudogén RRM2P4 a nivel mundial. Estos mapas muestran con claridad que la región de Hsi-fan tiene una alta concentración de genes humanos primitivos. Esta alta concentración de los llamados genes de «humanos tempranos» están «expandiéndose» desde esa región que se encuentra entre las enormes paredes de las montañas occidentales de las provincias de Yunnan y Sichuan, en China, el valle del río Brahmaputra en India y partes del norte de Birmania y el este de Tíbet, incluidos también como parte del área en cuestión.

Allí encontramos un sorprendente solapamiento de genes y características humanas arcaicas, mezclados también con una fauna arcaica prepleistocénica y una alta diversidad biológica y cultural. El paisaje tan particular de la región presenta una serie de complejos procesos morfológicos y geológicos, así como un clima que favorece la retención del primitivismo de los organismos que allí viven, incluidos los humanos. Las características geográficas exclusivas de la región son ideales para escapar de persecución de cualquier tipo; allí los depredadores son muy escasos o inexistentes. Uno podría esperar fácilmente que los antiguos humanos que vivieron en el área hayan permanecido allí más tiempo gracias a tal entorno topográfico. De igual manera, también pudieron resistirse a la invasión de humanos más modernos que se dispersaban «fuera de África» ​​luego de la erupción del supervolcán Toba ocurrida hace 75.000 años en Sumatra.

La región es, de hecho, una «fortaleza de supervivencia» con enormes desfiladeros donde humanos antiguos y modernos sobrevivieron durante la glaciación Würm (también llamada Edad de hielo), el período glacial que terminó hace unos 12 mil años. Parece también que durante dicha glaciación Würm, en esta región de Hsi-fan, humanos modernos y primitivos post-Toba sobrevivieron «codo con codo» por más de 40.000 años hasta el periodo de desglaciación (surgiendo entonces numerosos problemas como sucedió en Europa durante el mismo periodo). Sin embargo, una etapa de tan largo contacto fue más que suficiente para permitir un flujo de genes de humanos arcaicos hacia humanos modernos. La extensión de la influencia tropical presente durante la glaciación debe haber sido mínima en comparación con los tiempos más recientes. Además, cuando los homínidos de Denísova llegaron un tiempo antes desde el norte, aparentemente lograron cruzarse con humanos arcaicos de Hsi-fan como pudiéramos sospechar basándonos en el ADNmt del primer genoma denisovano analizado y publicado en 2010, tomado de un antiguo y desconocido homínido que fue descubierto al sur de Siberia. ¿Pero cómo es esto posible?

«The answer lies in the zoo-geographic study conducted in the 1930s by Ernst Schäfer. The Hsi-fan region is a land of parallel running deep and steep canyons holding such mighty rivers as the Brahmaputra, Mekong, and the Yangtze. It is affected by massive uplifts and, climatically, by both, the Indian Monsoon coming from the southwest, and the South-East Asian Monsoon coming from the east. Due to the enormous elevation differences from canyon-bottom to ridge top, and due to its southern locality, it draws in from the south the Indo-Malayan fauna, and from the north the Siberian-Tibetan fauna. Consequently, there is a stacking of habitat belts in these canyons from the Tropic to the Arctic».

En esta zona, algunos de los farallones se elevan como enormes acantilados a más de 3.000 metros sobre el suelo del valle. Los despeñaderos orientados hacia el sur son «bañados» por el aire tibio que es generado por ciertas condiciones tropicales de los valles. Desde los suelos del valle hasta llegar a la zona del glaciar, encontramos una vegetación sumamente variada:

«… beginning with tropical forests, bamboo jungle, grasslands, cloud-forests, Palearctic mountain forests, rhododendron &willow thickets, sub-alpine dwarf conifer scrubs, and finally alpine habitats and glaciers on the top of the ridges. There are in addition sharp vegetation differences generated by aspect, such as south-facing as opposed to north-facing slopes. And its a landscape peppered in elevation with large and small spots of fertility, wherever fertile silt and loess happens to accumulate».

Estos factores permiten una increíble biodiversidad. Como prueba de ello podemos mencionar como ejemplo la asombrosa variedad de aves. Solo en el área propiamente de Hsi-fan se conocen 60 géneros de aves. Pero extendiéndonos desde Hsi-fan hacia la región limítrofe entre India y Tíbet, encontramos otros 40 géneros. En el área que va desde la región alpina / ártica (saltando la India) hay 27 géneros más. Finalmente, extendiéndonos desde el Hsi-Fan hasta el noreste de India, encontramos otros 20 géneros. La región de Hsi-fan contiene numerosas especies de aves primitivas, pero también mamíferos muy primitivos, en grupos tales como ciervos, caprinos, osos, cánidos, vivérridos y roedores. También existen formas diversas de plantas, muchas de ellas endémicas y particularmente adaptadas a la región del Hsi-Fan. Está claro que el paisaje favorece a muchas especies adaptadas a los acantilados y la presencia de tantas barreras ecológicas limitadas por agua y hábitat también favorece la presencia de numerosas especies endémicas. Las plantas y muchos otros organismos son igualmente diversos. Además, históricamente, los mega-herbívoros y carnívoros parecen haber sido escasos, lo cual no es ninguna sorpresa. Todo este conjunto de características tan particulares ha sido, para los habitantes adaptados a las mismas, un refugio efectivo para escapar de depredadores y cazadores.

Después de visitar y explorar esta región en busca de muestras zoológicas para llevar a la Academia de Ciencias de Filadelfia, Ernst Schäfer, gran conocedor de zoología, ecología, comportamiento animal y etnología, se percató y escribió sobre lo difícil que era cazar en la región de Hsi-fan. A continuación, parafraseo algunas de sus palabras, originalmente escritas en alemán en uno de sus diarios:

«... aquí encontramos los acantilados más profundos de nuestro planeta (...) como resultado, muchas tribus han estado contenidas en estas montañas remotas. Aquí encontramos un gran museo de reliquias etnológicas. Alrededor de 40 0 ​​50 tribus (...) todos atrofiados y tan pequeños como los animales enanos que tenían».

Schäfer señaló también que tan severas condiciones eran la razón principal por lo que especies tan vulnerables a la cacería como lo son los pandas gigantes y los pandas rojos (Ailuropoda melanoleuca y Ailurus fulgens, respectivamente) sobrevivieron entre los altos muros cubiertos de jungla. Curiosamente, la primera expedición de Dolan II fue realizada con la intención de recolectar al menos un Panda gigante con fines científicos y exhibirlo en el museo de la Academia.

Los pandas eran virtualmente desconocidos y el primero en ser visto por el mundo occidental fue a manos del misionero francés Armand David (1826-1900) gracias a una piel que le regalaron y pudo mostrar luego de 1869. El zoólogo y ornitólogo alemán Hugo Weigold (1886-1973), quien también formaría parte de las expediciones de Dolan II, fue el primer occidental en ver a un cachorro de Panda vivo y pudo comprarlo en 1916, aunque murió días después. El misionero australiano James Huston (J.H.) Edgar (1872-1936) es frecuentemente mencionado como el primero en haber visto a un panda vivo, silvestre, también en 1916. Sin embargo, esto fue puesto en duda por Brooke Dolan II en una carta enviada al mastozoólogo de Harvard Glover Morrill Allen (1879-1942):

«As for the Reverend Edgar’s account of a white bear in a tree between Batang and Derge, I would as well expect to see an Indian rhino on that road. Edgar was essentially a “leg puller” and as far as natural history is concerned did not know the difference between a mouse and a rat. The nearest bamboo is many days travel south of Batang, several hundred, the Lord knows what distance north or west. The road from Batang to Derge runs through poplar, prickly oak, barberry, willow, etc. Sowerby, who accepts this yarn, has never been in Szechuan».

De manera que los primeros occidentales que ciertamente vieron pandas silvestres, vivos, fueron Kermit (1889-1943) y Theodore Roosevelt Jr. (1887-1944) en 1929. Cazaron un ejemplar, y obtuvieron una piel, y ambos animales se encuentran aún en exhibición en el Museo Field de Historia Natural de Chicago. Tiempo después, en 1931, Schäfer y Dolan II recolectaron los pandas que han estado en exhibición en la Academia desde 1933.

Sin lugar a dudas, los primeros humanos tuvieron casi dos millones de años para adaptarse y establecerse en la región de Hsi-fan. Schäfer también mencionó haber encontrado evidencia arqueológica indicando su presencia. En esa área general, un fósil de Homo erectus, con unos 1,7 millones de años, fue encontrado en la región de Yunnan, en China. Los hombres de la Cueva del ciervo rojo de Longlin y Maludong del suroeste de China pueden también «encajar» en esta región.

Pareciera que el tamaño pequeño fue un rasgo evolutivo cuyas características morfológicas «primitivas» nos recuerdan al Australopithecus, y según Valerius, podrían llevarnos a pensar que el Homo erectus era altamente adaptable a las condiciones cambiantes. Es por esa razón que algunos grupos humanos pudieron adaptarse particularmente al duro paisaje de los farallones y despeñaderos de la región de Hsi-fan y su rica y diversa biota.

«It’s a landscape made for thorough exploitation by courageous, agile hunter-gatherers. Most remarkable, the archaic humans in the Hsi-fan survived the Toba Super Eruption Event some 73,000 years ago, despite their proximity to it, while pre-Toban “out of Africa” modern immigrants perished. This accentuates the deep canyon complex of the Hsi-Fan region as a “Survival fortress”. The influx of archaic genes into moderns occurred with post-Toba “out of Africa” immigrants. The Denisovans to the north also survived, as they mixed in Melanesia with post - Toban “out of Africa” immigrants. Also, the survival of archaic people virtually into the Holocene, despite the traumatic events during and following the Toba Super Eruption, is also evidenced by the Longlin and Maludong cave finds. The survival of archaic, but not of modern humans, supports the notion that colonizing the Hsi-Fan complex by modern hunter-gatherers would have been very difficult in the presence of well-adapted archaic competitors».

Por lo tanto, el Homo erectus adaptado a esta región, utilizó esas tierras de acantilados y despeñaderos del Hsi-fan como refugio durante un período de tiempo muy largo en el cual los humanos modernos tuvieron la oportunidad de contactar a humanos primitivos.

Es muy significativo que durante el tiempo en que Schäfer estuvo en el Hsi-fan a mediados de la década de 1930 todavía existían unas 50 tribus concentradas en la región, rodeadas de chinos. Probablemente estas tribus eran refugiados de larga data. La auténtica pobreza de la existencia post-glaciar en ausencia de megafauna, fue una condición que generó una agricultura marginal que aún se conservaba durante la visita del alemán. Schäfer claramente se percató que el tamaño del cuerpo de los nativos, así como el tamaño de su ganado, era diminuto.

Valerius ha podido leer al detalle la tesis que Schäfer escribió para la obtención de su Doctor habilitatis (abreviado como Dr. habil., esta expresióin hace referencia a la «habilitación», la más alta calificación académica que una persona puede alcanzar en ciertos sistemas universitarios; no existe como tal en la mayoría de países hispanohablantes) y ambos hemos leído la mayoría de sus trabajos investigativos y otros escritos. Al referirse a las tribus arcaicas y del Hsi-Fan que consiguió durante su visita, Schäfer afirma que los chinos, a diferencia de los nativos de India, han sido intolerantes a la diversidad y siempre intentan convertir culturalmente a los grupos contactados y conquistados. Un claro ejemplo de esto es lo que hicieron con el pequeño reino de Tíbet. Desafortunadamente, lo que Schäfer pudo ver de aquellas culturas aborígenes en el Hsi-fan y en Tíbet, ya no existe, lo cual hace que sus escritos y notas sean hoy de un valor incalculable.

Si bien es cierto que los cazadores-recolectores arcaicos durante los tiempos glaciales tuvieron una vida dura en la región de Hsi-fan, esta se volvió intolerable durante la desglaciación y la posterior extinción de la megafauna, conduciendo a una invasión de humanos modernos y al exterminio de los arcaicos cazadores-recolectores, con el posterior desarrollo de una agricultura de subsistencia marginal. La diversidad tribal en el Hsi-fan, rodeada de la cultura china dominante, es, por lo tanto, un ejemplo cultural moderno del «fenómeno de refugio» enfatizado por la ecogeografía de la región.

Por lo tanto, la hibridación entre humanos arcaicos y humanos modernos en el área tuvo lugar de la misma manera que ha sido postulada para la hibridación de neandertales con humanos modernos en Europa. Estos últimos adoptaron ocasionalmente a bebés de los primeros colonos del Homo erectus que habían sido asesinados o dispersados. Los niños adoptados formarían luego parte de las comunidades de humanos modernos, quienes también habrían podido aceptar otros humanos arcaicos y cruzarse con ellos, como lo menciona el paleontólogo y biólogo evolutivo Nick Longrich en un artículo que recientemente me envió al buen amigo y ecólogo venezolano Rafael Herrera (quien también me sugirió algunas razonables correcciones a un primer borrador de esta nota):

«Elsewhere, DNA tells of other encounters with archaic humans. East Asian, Polynesian and Australian groups have DNA from Denisovans. DNA from another species, possibly Homo erectus, occurs in many Asian people. African genomes show traces of DNA from yet another archaic species. The fact that we interbred with these other species proves that they disappeared only after encountering us».

La propuesta de esa idea de nombrar a la región de Hsi-fan como una «fortaleza de supervivencia», fue desarrollada por Schäfer, un científico brillante y controvertido, en su tesis para obtener su calificación de Doctor Habilitatis: Tiergeographisch-Ökologische Studien über das Tibetische Hochland. (eine biogeographische Arbeit auf Grund dreier Forschungsreisen nach Tibet und in die himalajanischen Hochgebirge) [en inglés: Zoo-geographic Ecological Studies of the Tibetan Highlands (a bio-geographic work based on three Expeditions into Tibet and the Himalayan mountain ranges)]. En ésta, el zoólogo y explorador alemán, presenta una síntesis biogeográfica sobre la biota del Tíbet oriental y el Hsi-fan. Este trabajo, desafortunadamente nunca fue publicado, y hasta lo que sabemos, solo existen tres copias incluyendo la que recientemente apareció en la Biblioteca Nacional de Berlín.

Como mencioné al comienzo de estas notas, mientras recolectaba y estudiaba muestras representativas de los argalís tibetanos que Schäfer cazó de manera no-selectiva, Valerius notó la presencia de machos adultos con cuernos y «tamaño corporal» diminutos. Verificó entonces la presencia de dos tipos de machos, «los que abandonaban a las manadas femeninas por irse a pastar a los ricos y ondulantes pastizales bajo los acantilados y los escombros que las hembras y sus crías ocupaban por motivos de seguridad» y los que permanecen con las hembras en los terrenos escarpados. El primer grupo de machos estaba conformado por animales de gran tamaño y largos cuernos, capaces de escapar de sus depredadores corriendo a alta velocidad; los otros, de pequeño tamaño y aspecto femenino, permanecían en tierras de pastoreo excesivo. Sin duda, una interesante estrategia evolutiva de la especie. Las duras condiciones de la región de Hsi-fan influyeron y promovieron el enanismo de todas las especies, incluyendo los humanos, que viven en los acantilados, tal y como Schäfer había sugerido hace tantos años.

Schäfer fue un escritor prolífico, publicó unos 100 trabajos científicas, incluyendo más de 15 libros. Su disertación para el Dr. Habil. está llena de observaciones e ideas muy originales. No solo tenía este científico una mente enciclopédica para los detalles, sino también una gran capacidad de síntesis y podía detectar y explicar con claridad asuntos complejos.

Yo he estado investigando acerca de Schäfer por un largo tiempo y he aprendido muchas cosas sobre él, gracias a sus trabajos y publicaciones. Pero Valerius lo conoció personalmente, se comunicaban con relativa frecuencia, se visitaron e incluso recibió de Schäfer una copia de su inédito Magnum Opus. Poco después de la publicación del artículo On the Taxonomy of giant sheep (Ovis ammon Linnaeus 1766) y durante una visita a Alemania, Valerius llamó a Schäfer para mencionarle cuán precisa era su teoría sobre la «fortaleza de supervivencia», y para comentarle también sobre la presencia de los machos atrofiados entre las hembras de los argalís tibetanos,

«… [there are] two forms of mature males! … [Valerius] phoned him …, and [Schäfer] laughed with joy. He died eight days later».