Desde noviembre de 2019 hasta el momento en que se escriben estas líneas, mayo de 2020, el planeta está siendo traumatizado por la pandemia del Covid-19. Más de cuatro millones de seres humanos se han infectado con esta enfermedad viral y de este gran número nos acercamos ya a los 300.000 muertos. Todo va tan rápido que hace una semana Italia y España estaban a la cabeza de fallecidos en Europa, mientras que ahora el Reino Unido ya ocupa la primera posición (más de 32.000 muertos), seguido de Italia (más de 30.000), Francia en tercer lugar (26.646 el 11 de mayo) y España en cuarto (26.621 el mismo día).

La mayoría de los análisis confirmados muestra un origen asiático de esta plaga, particularmente proveniente de un mercado de animales vivos de Wuhan, China. Los mapas genéticos del virus causante revelan que viene de pangolines e intermediarios murciélagos como declara la prestigiosa revista Current Biology, no es un arma biológica como muchos sugieren.

La historia de esta pandemia del siglo XXI comenzó en los primeros días del país comunista. Una manera de resolver la hambruna durante el colapso inicial de la economía China en los años 70 era desnacionalizar la producción de alimentos y tener mercados más productivos. Esta política relajó los controles sanitarios y veterinarios sobre grandes cantidades de los criadores locales de animales, no solo los domésticos tradicionales como reses, pollos, ovejas y cerdos. Animales de la vida silvestre, incluyendo cientos de especies diferentes, especialmente ejemplares exóticos y muchos en peligro de extinción, eran mantenidos en razón de satisfacer la gigantesca población humana en China y su gusto por platos exóticos.

El típico patrón de cría en estos mercados como el de Wuhan es un área aglomerada y húmeda donde la fauna domestica comparte con la silvestre y los humanos. La proximidad de estas especies maximiza la productividad, pero incremente la contaminación con heces, orina y particularmente enfermedades entre los organismos vivos. Ya se sabe que el virus original del SARS que apareció en el año 2002 provino de un Mercado similar en el sur de China.

Como esa epidemia del 2003 afectó la región, algunos mercados y el mal uso de la fauna silvestre fueron clausurados, no obstante unos meses más tarde fueron reabiertos. En noviembre del año 2019 apareció en Wuhan lo que sabemos. Este mercado fue cerrado. Sin embargo, surgen algunas preguntas: ¿por cuánto tiempo se mantendrán clausurados, cuantos más mercados como este existen, y que acerca de los no registrados?

Muchas personas incluyendo los más estudiados insisten que este coronavirus del 2019 es un arma hecha por el hombre. El sector místico y religioso extremista dice es una venganza de los dioses por nuestra forma de vida moderna, así que debemos recluirnos y aminorar nuestro progreso tecnológico. Gente desde la más prudente izquierda hasta la derecha declara que Israel y los Estados Unidos son los responsables. Ellos olvidan que el gobierno de Xi Jinping ha reconocido el origen de la pandemia, claro luego de la dura batalla de muchos valientes médicos liderados por el Dr. Li Wenliang. No obstante, estos grupos siguen defendiendo al gigante del lejano oriente.

La peste negra del año 1349 vino a Europa desde China desembarcando en los puertos italianos de Génova. Esa plaga diezmó un cuarto de la población del viejo continente en esos tiempos medievales (unos 25 millones). La peste bubónica es una zoonosis también; esto significa que su germen pasa de diferentes animales al ser humano. Hoy en día, tenemos ciencia, en muchos países un buen cuidado médico, y un amplio rango de medios de comunicación de masas para alertar y educar a la población. Sin embargo, si continuamos permitiendo el mercado ilegal de fauna silvestre, criaderos sin control así sea para alimento, diversión, productos exóticos, etc.

Las pandemias por zoonosis como el Covid-19, o peores por llegar, serán un riesgo continuo.