El afán de destruir el planeta y la vida de parte de la avaricia mercantilista se verán neutralizados por energías más compatibles con el medio ambiente y con la dignidad humana.

(José Tejada Maury)

En la publicación del mes anterior hicimos referencia al movimiento continuo y a la posibilidad de elaborar mecanismos para producir energías renovables. Si bien no se comparte la intención de utilizar el campo para satisfacer la demanda de energía eléctrica, ya que la tierra debe ser destinada a la producción de alimentos en un mundo, donde en pleno siglo XXI, más 1,300 millones de personas son pobres y 24 mil personas mueren cada día de hambre en el mundo. El 75 % de estos fallecidos son niños menores de cinco años. Es decir que 18 mil niños y niñas de entre uno y cuatro años mueren de hambre cada día.

Por otro lado, en el caso de los generadores eólicos que, al igual que los paneles solares, no solo causan contaminación visual, sino que lesionan especies voladoras, además tendríamos que ir pensando en la cantidad de desechos y su destinación cuando ya empiezan a deteriorarse o a perder su vida útil.

Existen diversos procedimientos para elaborar dispositivos de movimiento continuo con el fin de aplicarlos para la transformación de la energía cinética en potencial y viceversa.

Podemos elaborar un motor con sus respectivos componentes, es decir, con rotor y carcasa, rodamientos y, en donde va la carcasa, colocar cartucheras para en estos espacios introducir imanes de neodimio en vez de bobinas inductoras eléctricas con su debida polaridad alternada, para así obtener un motor con movimiento perpetuo sin requerir de ninguna fuente externa de alimentación. El material sobre el cual se adosan los imanes debe ser paramagnético o antimagnético, el rotor del motor debe ser del material tradicional usado en motores rotativos.

También podemos montar el rotor sobre cojinetes y elaborar soportes para sostener los imanes de neodimio, colocados con la polaridad requerida para mover el rotor.

Con dichos motores se repotencian las revoluciones y se montarán grandes centrales eléctricas sin tanto riesgo como las centrales nucleares o las contaminantes como las del petróleo, carbón y gas natural y las represas hídricas que tanto daño han causado en Colombia, no solo en presupuestos gubernamentales, sino en deterioro ambiental.

Es de anotar que pretenden mostrar como bondadosas las centrales nucleares y hasta el momento ninguna entidad ha explicado o informado a dónde van a parar los desechos de estas industrias.

A mano de la ciencia, estamos en capacidad de elaborar imanes de neodimio de alto poder y larga duración (cien o más años) para el uso requerido.

Sería más coherente tener a futuro centrales eléctricas de movimiento continuo magnético elaboradas a base de imanes de neodimio.

Otros sistemas de generación eléctrica

Con la cantidad de componentes que existen en el mercado hoy en día ya no es tan complicado producir la energía que se requiere, sea para uso industrial, doméstico, comercial, automotriz, naval o aéreo. Por consiguiente, no podemos considerar a las celdas fotovoltaicas y a los aerogeneradores como una tabla de salvación, cuando en el fondo son depredadores ambientales y humanos. Solo armando los dispositivos estamos en capacidad de montar nuestro propio sistema de generación.

Vamos a explicar el siguiente caso: tomamos una unidad de almacenamiento continuo de 5,000 a 10,000 vatios, la cual podrá ser de 110 o 220 voltios; es lógico que dicha unidad debe ser cargada anticipadamente, ya que esta será la que arrancará inicialmente el motor eléctrico de 2 o 3 caballos de fuerza (H.P.) de 1,800 revoluciones por minuto (r.p.m.) y de 110 o 220 voltios. Este será el encargado de hacer girar al generador de corriente alterna (C.A.) de igual número de revoluciones por minuto (r.p.m.) y de mínimo 20,000 vatios. El rotor del motor eléctrico y del generador se acoplan con una chumacera para que queden bien alineados y, así, al entrar en movimiento el motor, hace girar al generador de corriente alterna. Habrá que sacar la diferencia de vatios que serán utilizados para retroalimentar a la unidad de almacenamiento continuo, que estará alimentando al motor eléctrico que hace girar al generador; luego se utiliza un estabilizador de voltaje. Por lo general, un motor de dos H.P. consume 1,400 vatios y la unidad de almacenamiento continuo de 5,000 a 10,000 vatios es para los picos. Cuando el generador entra en actividad, debido al sistema de la unidad de almacenamiento, la corriente generada al motor pasa directamente del generador. Por eso se aconseja mínimo un generador de 20,000 vatios. Al entrar en funcionamiento el generador, se puede, mediante el mecanismo de automatización, suprimir la unidad de almacenamiento continuo y, a través de relés electrónicos, se mantiene retroalimentado el motor por cogeneración simultánea (SAGEAYCOS: sistema alternativo de generación eléctrica por autoinducción y cogeneración simultánea). El sistema también se puede arrancar manualmente o por pedaleo, para ello se requiere alcanzar el número de revoluciones por minuto para poner en funcionamiento el generador de corriente alterna y, con ello, alimentar el motor acoplado al generador eléctrico. Para esto se requiere adaptar los mecanismos de engranaje mecánicos.

Si usted es empresario o industrial puede adquirir un generador de 34 kilovatios o de mayor capacidad; no requiere de mucho espacio para diseñar y ejecutar una sala de generación dentro de las instalaciones. El técnico puede asesorarlo y ensayar antes de montar el sistema como mejor le parezca de acuerdo con su conocimiento en la materia.

Se puede montar el sistema con un motor de 1,600 revoluciones por minuto de 110 o 220 voltios y un generador síncrono o sincrónico y, de allí, elevar el voltaje de 380 a 13,200 con máquinas estáticas para montar fácilmente una central eléctrica sin tantas complicaciones. También se pueden montar generadoras comunitarias para lugares apartados de los centros urbanos. Este sistema se ha denominado «represas en seco», ya que solo se requiere un cuarto de máquinas, sin la infraestructura de las represas con caída de agua.

En todo caso, se entrega este trabajo a la humanidad como solución a los problemas derivados de la contaminación y depredación ambiental, teniendo en cuenta que, actualmente, una cuarta parte de la población mundial carece de electricidad, sobre todo en algunas regiones del planeta como es el caso de algunos países del África.

Por otro lado, es una alternativa para poner freno a la depredación ocasionada por las empresas extractivas de carbón, como es el caso del departamento de la Guajira en Colombia, en donde se han privatizado y militarizado los cuerpos de agua (recurso vital) para ponerlos al servicio de las trasnacionales mineras del carbón, derivando una hambruna y sequía en sus comunidades. Es hora de que los países que utilizan estos energéticos tomen verdadera conciencia sobre el daño que se le está haciendo a la naturaleza y a las comunidades, pero, sobre todo, a la vida del planeta.